Apendice 1: sintesis historica.
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Historia y cultura hispano-árabes
La cultura árabe de la que nosotros hablamos en la actualidad tiene muchos elementos comunes con la que encontramos en sus orígenes históricos. Muchos, porque hay elementos que han perdurado desde tiempos remotos y que se han conservado en esta cultura; pero también hay que tener en cuenta cambios importantes que se han producido, entre otras causas porque antiguamente el concepto de 'árabe' no designaba a una nación o religión sino que era más amplio que lo que hoy conocemos. Por otra parte, es importante señalar que la revelación del Islam a través del profeta Muhammad no sólo cohesionó pueblos sino que trajo consigo una nueva cultura que iba a dominar en gran parte del mundo por muchos años, cultura que a pesar de haber sido víctima de constantes contradicciones, muestra hasta el día de hoy rasgos de sus antiguas tradiciones. Y así, en un camino que se confunde con la búsqueda de nuestras propias raíces llegamos a España, o más bien a la península Ibérica, en donde encontramos al Islam y sus conflictos políticos, su apogeo y su caída. Lo que pretendemos es acercamos a un principio, a un comienzo de esta 'historia', que tal vez nos ayude a entender el "ahora' y cómo es que se ha gestado este 'presente'.
Para acercarnos al tema de nuestro Seminario, el reconocimiento de la(s) imagen(es) del Islam, nos hemos propuesto las siguientes etapas: el establecimiento de un contexto histórico/ las preguntas por el problema de la construcción de las identidades, las imágenes y las alteridades / el estudio de nuestro corpus textual. Por razones de jerarquía de los temas, en la construcción de este informe hemos ordenado estas etapas planteándonos en el capitulo introductorio el problema de las identidades, las representaciones y la alteridad, incluyendo nuestras conclusiones; este apartado está seguido de los estudios individuales de nuestro corpus textual. En este capitulo anexo, por último, hemos consignado los aspectos principales de la historia del Islam, y en especial de su historia de ocho siglos en la península ibérica.
El concepto étnico de árabe
Los árabes constituyen el sustrato de la población de toda un área geográfica que va desde el océano Atlántico hasta los montes Zagros incluyendo el norte de África, el valle del Nilo, el Levante, Mesopotamia y la península de Arabia.
Toda esta zona tiene como principal característica la presencia del desierto, lo que determinará una forma de vida y un modo de producción que se va a definir por el pastoreo nómada.
El centro de esta zona es la península Arábiga, lugar de origen del pueblo árabe, y va a ser ahí donde se asentarán los primeros pueblos sedentarios. Son importantes las muchas migraciones hacia las zonas fértiles, que hacen de esta zona la cuna de una población que recibía influjos de muchos grupos.
El nomadismo determinó una forma de vida y una visión de mundo especial que se constituyó en el lazo que unía a todos los pueblos de la zona.
Etimológicamente, la palabra árabe denota la acción de trasladarse en forma continua, su antónimo es misr que va a darle nombre al sector de la población que se ha vuelto sedentario (con este vocablo se designaba a Egipto). Con el correr del tiempo el significado de la palabra "árabe' ha evolucionado hasta llegar a su significación actual que, en términos generales, conlleva la pertenencia a una nación[540]. Por otra parte, lo que habitualmente ha sido denominada 'la expansión del Islam', como veremos posteriormente, corresponde a la gran oleada migratoria árabe de los siglos Vil y VIII y es la que finalmente va a despertar la conciencia de unidad de todo este mundo.
Como unidad geográfica, Arabia se extiende desde las cercanias de Palmira hasta el Océano Indico y desde el Mar Rojo hasta el Golfo Pérsico, y la unidad de esta zona va a determinar, sin duda, la forma de vida y la cultura de todos los pueblos vecinos. Antes del surgimiento del Islam, la península se encontraba en un estado de fragmentación política, religiosa y cultural. Las diferencias geográficas que se manifiestan en la península Arábiga han marcado las dos formas de vida existentes en la zona: el nomadismo y el sedentarismo. Según esto debemos distinguir tres grandes núcleos: la Arabia del sur, la Arabia del norte y la Arabia central [541].
La forma de vida de los beduinos, propia de la Arabia Central, predominó en toda la península arábiga en los tiempos anteriores al Islam. Su estructura social básica era la tribu en que predominaba el vínculo de parentesco. El beduino se configura como un tipo humano que por sobre todo ama su libertad. "Su vida se basaba en un estricto código ético, expresado por la palabra Muzuwwa--que significa bravura, virtud, honor--y cuyos elementos más relevantes eran el valor, la lealtad, la generosidad, la protección al débil y el sentido de hospitalidad" [542].
El beduino pre-islámico fue inmortalizado en la poesía y en especial en la obra de Antara:
Si te cubres con velo ante mí, (sabe que) hábil soy en vencer caballeros con coraza; Alábame por lo que de mi sabes, que soy de amable trato, cuando no se me hace injusticia; y si se me hace, mi réplica es acerba, amarga de sabor, como el gusto de la tuera. Yo he bebido mucho vino, tras caer la calor, pagándolo con reluciente (moneda) acuñada, en ocre vaso, estriado, emparejado con brillante botella, a la izquierda, tapada ... Mas, cuando bebo, sólo consumo mi dinero, e integro queda mi honor, sin mella; Y al pasar la embriaguez, mi liberalidad no disminuye: son cual sabes mi nobleza y calidad. ¡Cuántas veces a marido de beldad dejé por tierra, silbando sus miembros, cual comisura de labio hendido!. Mis manos se adelantaron con rápida cuchillada y el surtidor de un tajo del color del drago[543]. (Fragmento de una mu allaqa de Antara) La religión beduina era una forma de politeísmo animista; estos nómadas adoraban a tres dioses principales que estaban subordinados a un dios más elevado, Allah. Además cada tribu tenía sus propios dioses y sus formas de adorarlos.
Algunas tribus ya establecidas fundaron ciudades con un mayor grado de desarrollo, tales como Medina, Taif y La Meca. Entre estas tres, de especial importancia es La Meca, por su relevancia en el comercio internacional. Por otro lado esta ciudad, dominada por la tribu de los Qurays, se iba a convertir en lugar de peregrinación debido a la construcción del santuario de la Kaaba, o 'Casa de Dios', que reunía a las principales divinidades árabes.
Un profeta y el surgimiento de una nueva religión
La mayoría de los historiadores coincide en que Muhammad nació el año 570 en la ciudad de La Meca, en una familia aristócrata dedicada al comercio de caravanas. Su padre murió antes de su nacimiento y su madre cuando tenía sólo 6 años, por lo que Muhammad es criado primero por su abuelo y luego por su tío.
La vida del profeta antes de la predicación es poco conocida; se sabe que trabajó en el comercio de caravanas hasta que recibió el primer mensaje de Dios el año 610. Se cree que Muhammad pudo haber sido influenciado por comunidades cristianas y judías, con las que tuvo contacto[544].
"Muhammad supo entonces que Dios lo había elegido para ser su enviado, encargado de recitar a los hombres las revelaciones que le transmitía Gabriel o el espíritu divino; estas revelaciones fragmentarias, agrupadas más tarde, constituyeron el Corán, expresión de la propia palabra de Dios, cuyo texto se presenta simplemente de esta manera: como un dictado sobrenatural registrado por el profeta".[545]
Así, surgen los principios del Islam: existe un dios único y omnipotente que recompensa a los hombres según sus actos. Los hombres, entre otras cosas, deberán someterse a Dios, obedecerle, hacer oración, dar limosna, peregrinar a los santos lugares y hacer ayuno.
En un principio Muhammad no fue escuchado sino por su familia, sus amigos más cercanos y una parte de la población más humilde de la ciudad. Las personas más influyentes de la urbe veían a esta nueva religión como una amenaza a sus intereses políticos y económicos por lo que, en un primer momento, Muhammad fue perseguido, hasta que en el año 622 sale de la ciudad para irse a Medina. Esta fecha es fundamental, ya que marca el inicio de la era musulmana (conocida como Hégira).
Ya en Medina, Muhammad aparece como el jefe teocrático de la Umma o comunidad de creyentes basada en la unidad de la fe. En este lugar se crea el primer lugar de oración, la mezquita (lugar de postración y reunión) y se sientan las bases del Islam. Se estableció así una suerte de pacto que reguló las relaciones entre las comunidades musulmanas y otras comunidades esbozándose así un primer esquema de constitución.
En un período de enfrentamientos entre la comunidad musulmana y otras comunidades, la nueva religión adquiere forma en relación con aspectos que serán determinantes en el futuro: el derecho y la organización familiar, por ejemplo. En el año 630 Muhammad consigue entrar nuevamente en La Meca, esta vez victorioso, y logra consolidar su obra, erradicando el paganismo e implantando una nueva forma de vida en toda la península Arábiga. A su entrada en La Meca, Muhammad ingresa al templo, la Kaaba, donde destruye los antiguos ídolos para implantar definitivamente su doctrina monoteísta.
El 8 de Junio de 632 Muhammad muere, y es enterrado en el solar de su casa en Medina, lugar donde se encuentra la Mezquita del Profeta.
Es importante notar la relevancia histórica y social del surgimiento de esta nueva religión. El Islam logró unificar toda una zona que se encontraba fragmentada por las barreras geográficas, además de cohesionar a los pueblos en torno a un sólo dios omnipotente y justiciero. De aquí en adelante la expansión del Islam será rápida y llevará la cultura de una desértica zona a Europa y así al mundo occidental; en el 711 entra en España y en el 718 ésta se encuentra dominada casi en su totalidad por los árabes.
Aparte El Islam no sólo trasladará una nueva religión...
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