¿Ciudad sin ciudadanos? Fragmentación, segregación y temor en Santiago **. - Vol. 30 Núm. 91, Diciembre 2004 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 56650478

¿Ciudad sin ciudadanos? Fragmentación, segregación y temor en Santiago **.

AutorDammert, Luc

Resumen

La imagen de la ciudad como espacio de interacción y celebración de las diferencias está siendo amenazada en Santiago. Visiones alternativas la muestran como espacio de conflicto, desorden e inseguridad, donde la diferencia se convierte en un elemento peligroso que requiere ser excluido o segregado. De esta manera se desarrolla una ciudad sin ciudadanos, es decir, una no-ciudad, que sirve como espacio de movimiento pero no de interacción. El objetivo de este articulo es empezar a analizar esta problemática desde uno de sus elementos: la sensación de inseguridad. El resultado plantea interrogantes sobre la ciudad que se está construyendo y sus posibles consecuencias.

Palabras clave: temor, fragmentación, Santiago de Chile.

Abstract

The city's image us space of diversity and us a celebration of difference, is under threat in Santiago. Alternative and dominant images depict the city us conflictive, unruly, disorderly and insecure," where difference became a dangerous element that should be excluded or segregated. In this way, a "city without citizens" is being built, a "no-city" in which people does not interact, just move in the space. The main objetive of this article is to analyze this situation by focusing on one of its elements: fear of crime. The result presents many questions that need to be addressed about the city that is being built and the social consequences of this process.

Key words." Fear of crime, spatial fragmentation, Santiago de Chile.

  1. Introducción

    La imagen clásica de la ciudad como espacio de interacción y celebración de las diferencias está siendo amenazada. Visiones alternativas la muestran como espacio de conflicto, desorden e inseguridad; donde la diferencia se convierte en un elemento peligroso que requiere ser excluido o segregado. Así, la imagen de ciudad que se consolida es expresión de la sensación de desprotección frente a lo desconocido, que inunda a la sociedad en la actualidad.

    Sin duda, el aumento de la criminalidad y el temor o sensación de inseguridad frente a la posibilidad de ser víctima de un delito son elementos que opacan la vida urbana, atacando sus pilares económicos, sociales y políticos (Bannister y Fyfe, 2000). Ambos fenómenos pueden ser claves para interpretar el proceso de desaparición de la esencia misma de la ciudad, es decir, la presencia de la diferencia y del encuentro ciudadano.

    Ahora bien, ¿cuáles son los factores que generan temor en la población urbana? Los intentos de explicar el temor al delito son variados y apelan a factores diversos; si bien no se cuenta con una respuesta única para los diferentes contextos, se puede afirmar que hay variables individuales, sociales y de contexto que juegan roles claves en este proceso. Con relación a las primeras, por ejemplo, las mujeres así como los adultos mayores presentan niveles de temor más altos debido a la preocupación por los hijos, en el primer caso, y por el aislamiento que viven cotidianamente, en el segundo. Las variables sociales por su parte, se vinculan por ejemplo con el rol de los medios de comunicación de masas, la confianza en las instituciones del Estado o la sensación de impunidad frente a los hechos delictuales, variables que impactan directamente en la conformación de la percepción ciudadana. De igual forma, en el Informe de Desarrollo Humano 1998 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo se hace hincapié en la presencia del temor al delito como una expresión de la "anomia democrática" del Chile de los '90, donde la figura del delincuente se convierte en un chivo expiatorio que concentra otros temores relacionados con la precarización de la vida cotidiana (PNUD, 1998). Finalmente las variables de contexto, es decir la calidad del medio donde se vive, juegan un rol central tanto en el aumento de la criminalidad como del temor en la ciudad.

    Si bien un importante número de estudios han interpretado la relación entre criminalidad y ciudad, el análisis del temor urbano es relativamente reciente en América Latina (algunas excepciones son Caldeira, 2000; Svampa, 2001; Dammert y Lunecke, 2003). Pese a ello, estudios desarrolados en Europa y en Estados Unidos, cuyos resultados en parte pueden ser extrapolados a nuestra realidad, concluyen que el temor tiende a aumentar la vulnerabilidad personal, y actúa como un elemento que segmenta a la población, reduciendo aún más su interés por participar en comunidad (Crawford, 1997).

    Como telón de fondo encontramos que la ciudad latinoamericana se caracteriza hoy por un proceso de transformación dominado por nuevas modalidades de expansión metropolitana, como la suburbanización y la policentralización, la fragmentación de su estructura, así como por la polarización social y la segregación residencial, entre otros (De Mattos, 2004: 5). Estos procesos se expresan en su mayor dimensión en las áreas metropolitanas de la región, siendo Santiago (1) una manifestación evidente de estos fenómenos que tienden a consolidarse. Situación que no sólo deteriora la calidad de vida, sino que también pone en duda el modelo mismo de ciudad que se está construyendo. En otras palabras, es evidente que una buena gestión, crecimiento e inversión en infraestructura no son elementos suficientes para crear ciudad. La integración de la ciudadanía, la existencia de espacios públicos de intercambio y la participación efectiva en los mismos, son elementos centrales para este proceso.

    En este sentido, es posible que estemos construyendo ciudad sin ciudadanos. Si bien la afirmación parece retórica, el análisis de estos procesos, así como de sus consecuencias en el discurso y el accionar de los habitantes urbanos, establece este peligro como cierto. En este proceso aparece lo que se puede denominar la no-ciudad como elemento caracterizador del fenómeno de construcción urbana actual. Este concepto hace referencia a la definición de Auge (1993) de los "no-lugares", aquellos espacios que se caracterizan por ser carentes de identidad, de relaciones y de contenido histórico. Se puede afirmar que el proceso ha consolidado un modelo de no-ciudad cuya característica es la presencia de espacios de confluencia anónimos, que sólo permiten un furtivo cruce de miradas entre personas que nunca más se encuentran. Es así como los ciudadanos se convierten en meros elementos de conjuntos que se forman y deshacen al azar, y que por ende se convierten en usuarios que mantienen una relación esencialmente contractual.

    A partir de esta transformación de la idea clásica de ciudad (2) hacia la de no-ciudad, el presente artículo busca contribuir al análisis y discusión de estos cambios en nuestra ciudad capital, sin pretender dar cuenta del amplio debate académico existente en torno a los temas de fragmentación y segregación de la ciudad. Así, las principales interrogantes que orientan el presente análisis son las siguientes: ¿Cuál es el rol del temor al delito en la construcción urbana? ¿Cuál es la relación entre temor y fragmentación urbana? Y finalmente, ¿cómo ha calado este proceso en el discurso ciudadano sobre la vida en la ciudad?

    Estas interrogantes deben formar parte de la investigación y definición de la ciudad que queremos construir para permitir enfrentarlos de forma sostenible y evitar así la amenaza de la no-ciudad.

  2. Santiago: segregación y fragmentación territorial

    Santiago actualmente se caracteriza por la presencia de altos niveles de segregación residencial y fragmentación. Si bien la segregación muestra una nítida tendencia al distanciamiento físico entre barrios de ricos y de pobres (Rodríguez y Winchester, 2001), este fenómeno no necesariamente lleva a consolidar un modelo urbano dual, sino más bien a interpretar la ciudad a partir de la presencia de escalas de segregación donde se evidencia "un retroceso de la segregación residencial en una escala espacial grande, y al mismo tiempo, una intensificación de la segregación a una escala espacial reducida" (Sabatini y Cáceres, 2004:11). De hecho los procesos de metropolización y apertura al interior de la ciudad, ligados a la globalización, generan lógicas de separación y de construcción de nuevas fronteras urbanas (Smith y Williams, 1986). Esta situación se percibe en la mayoría de las grandes metrópolis latinoamericanas, donde los procesos de reconstrucción democrática y crecimiento económico de las últimas décadas, más que producir ciudad, han...

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