El crimen de una esposa acosada - Grandes procesos. Mis alegatos - Libros y Revistas - VLEX 370608286

El crimen de una esposa acosada

AutorEduardo Novoa Monreal
Páginas195-222
195
Dana Szerer, polaca, de 38 años, residente en Chile desde 1948
1
casada
en 1952 con el topógrafo de origen ruso Davor Katzarov, madre de
dos niñitas de 10 y 11 años de edad, se presenta al retén de Carabine-
ros del mineral XX en la madrugada del 19 de marzo de 1966, para
denunciar que acaba de disparar al pecho de su marido con la pistola
de su amigo Franz Mueller.
Con esto se inicia uno de los procesos criminales más difíciles en
que me haya tocado intervenir. La inculpada me ha encomendado su
defensa hallándose convicta y confesa de un hecho que, conforme a
la legislación chilena de la época,
2
tiene asignada como única sanción
la pena de muerte por fusilamiento.
El juez letrado del departamento inicia una acuciosa investigación
que va a ir proporcionado poco a poco muchos retazos de verdad.
Mi meta final, como abogado defensor, consiste en recoger, ordenar
y relacionar cada una de esas verdades parciales, de manera que una
vez reunidas todas ellas y encajadas unas con otras en su debido lugar,
sean capaces de proporcionar una visión cierta, única e integrada de
los hechos, que permita probar la irresponsabilidad de Dana y explicar
de manera armónica y veraz el conjunto de los hechos establecidos.
Dana explica al juez que sus primeros once años de vida matrimonial
fueron felices, pero que en 1963 Davor la mandó a Valdivia, quedán-
dose él en el mineral. Fue entonces, al reunirse nuevamente, cuando
ella empezó a notar un cambio notorio en la conducta de su marido:
no sólo bebía mucho sino que también parecía haberse aficionado al
empleo de drogas y manifestaba una verdadera obsesión sexual.
1 En este caso, de carácter tan especial, he preferido alterar no sólo los apellidos y datos
principales de los protagonistas, sino alterar también el lugar de los hechos.
2 Era lo que disponía el art. 390 del Código Penal antes de su modificación por la Ley
N9 17.266, de 6 de enero de 1970.
VI
EL CRIMEN DE UNA ESPOSA ACOSADA
Un rompecabezas psicológico
GRA NDES PROCES OS
196
Por entonces empezó a maltratarla físicamente y, con el tiempo,
llegó a pegarle prácticamente todos los días. Dana se resiste a dar a
conocer al tribunal la razón de estos malos tratos, pero, urgida por
el juez, termina explicando que Davor le exigía la presencia de otra
persona para tener relaciones sexuales con ella y que, además, le exigía
que esa persona la poseyera a ella antes que él. Ante su negativa, Davor
la golpeaba duramente, la injuriaba en forma soez y la amenazaba con
estrangularla, a sabiendas de que ella tenía horror a la muerte por
estrangulamiento por haberle tocado presenciar de niña, durante la
Segunda Guerra Mundial, numerosas ejecuciones en la horca. “Mi
marido me acusaba continuamente de estar yo loca y me decía que
conjuntamente con el doctor Valdés me internaría en el manicomio”.
En varias oportunidades ella dio cuenta a Carabineros del maltrato
que recibía. De tanto beber, su marido debió solicitar atención médi-
ca en el hospital. “Ayer en la noche, agrega, fui dos veces al retén de
Carabineros a dejar constancia de que él me amenazaba de muerte”.
Termina agregando que hace una semana que no duerme y anda
escapada y preocupada de evitar encuentros con Davor que puedan
originar que este cumpla sus amenazas.
Dana expone que Franz Mueller, un joven ingeniero suizo que
trabaja en el mineral, llegó a su hogar por invitación de Davor: este
insistía en que Franz se quedara a alojar allí y a menudo la obligaba a
salir con él en auto. En el desarrollo de este cuadro, Davor empezó a
presentar una verdadera disociación psíquica, pues por una parte la
agobiaba dándole trato de “puta” y calificando a Franz como su amante
y, por otra, le decía que la única manera de evitar que la matara era
acostándose con este en su presencia.
En los últimos días –dice Dana al juez– Davor había entrado en
una verdadera crisis de desquiciamiento psicológico, por lo que a
ella le sobrevino anoche pánico por el hecho de tenerse que que-
dar con él en la casa. Por ello se quedó afuera, dentro del auto de
Mueller, a corta distancia de su hogar. Cuando se encontraban allí
llegó Davor y trató de entrar a la casa por la ventana con mucha
violencia, ante lo cual ella y Franz se fueron al retén, siguiéndolos
Davor hasta allí.
Consiguió ella que los carabineros retuvieran a Davor en el casino
del retén mientras ella se retiraba. Su marido había anunciado en esos
días que también daría muerte a sus propias hijas; esto motivó que
ella sacara de un maletín que Mueller dejó en su auto una pistola de
propiedad de este.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR