Dos mujeres cercadas por el atardecer. - Núm. 32, Marzo 2005 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56739056

Dos mujeres cercadas por el atardecer.

AutorFormoso, Christian
CargoPoema

DOS MUJERES CERCADAS POR EL ATARDECER I -Oh dios, levanta mi cabeza sumergida en este ancho caminar de los abismos. Demonios me han vencido, me han traído su correa de lamento, de fuego alimentado con sangre, hecho pálido desvelo en la llama de una promesa impura, escondida como ando y temblando, entre los árboles, escondiendo mi pecho sediento. Y le doy agua con su boca de mañana, y le doy de comer con su mano escondida en lo hondo de las hojas, en la suya madera húmeda del bosque que recibe mi mancha como una hora de crepúsculo en su guante enrojecido, en mi boca enrojecida, con las paredes echando aire por hablar sin boca ni denuncia. Es todo lo que doy de mí estas noches, tendida a su lado como un río de calores y de sombras transformadas. No tengo otra esperanza más que ver, este día llegando hasta la noche. II Hijo, mío amado hijo de piedra, esta cárcel de tierra me aleja de tu mano echada en la marea, de tu voz que viene a cerrar mi sangramiento, estoy lavando tu nombre y disputándolo a los muertos. Y ahí va - dicen los otros- mostrando mi mortaja, mi resto coagulado de alegría. Pero dolor, promesa de mi gozo, aire de mi lecho abandonado y taciturno ¿qué cortó tu respiro, hundido en la espesura de la muerte y de este bosque, ahogado en la rompiente de mi llanto? Yo habría andado por ti hasta las horas más frías, y habría hecho por ti una nave feliz yendo a otras estaturas. Mas ya no puedo estarme quieta, tranquila entre el desvelo y la luz...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR