Experiencia comparada - Núm. 263, Marzo 2017 - Serie Informe Económico - Libros y Revistas - VLEX 671705989

Experiencia comparada

AutorSusana Jiménez - José Tomas Wainer I.
CargoIngeniera comercial y magíster en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. - Estudiante de Ingeniería Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Páginas9-10
Libertad y Desarrollo
9
3. EXPERIENCIA COMPARADA
s interesante constatar cómo otros países han
resuelto su escasez relativa de agua con el desarrollo
de infraestructura adecuada. Un caso emblemático
es el de Singapur, que ilustra muy claramente que la
escasez de agua es una condición relativa y superable, que
guarda relación básicamente con la capacidad económica.
Este país, conformado por varias islas, no cuenta con agua
dulce, pero ha logrado satisfacer sus necesidades por la vía
de construir acueductos para importar agua desde Malasia,
embalses que le permiten aprovechar el agua acumulada de
las precipitaciones y el desarrollo de plantas de desalinización
de agua de mar. Esta inversión en infraestructura ha evitado
que su supuesta debilidad o carencia de agua se traduzca
en un impedimento al desarrollo y progreso del país.
También hay otros casos interesantes de analizar para
constatar la importancia de la inversión pública y privada
para dar una solución real a la escasez de recursos
hídricos, ya sea por la limitación de oferta o los mayores
requerimientos de demanda. Los casos de Israel y Perú
ilustran, respectivamente, muy bien ambas situaciones.
Pese a que Israel está compuesto en un 93% por tierras secas
y sufre de una permanente escasez de agua, ha logrado
aumentar en un 1600% el valor producido por su agricultura
local durante los últimos 65 años. Para esto, se ha basado
principalmente en dos ejes: una aplicación extensiva del
riego por goteo y un compromiso con el desarrollo de
fuentes hídricas alternativas (Tal, 2016). Se estima que la
disponibilidad natural de agua per cápita israelí está entre
150 y 190 m3, muy por debajo del nivel de presión hídrica
severa (500 m3). Utilizando fuentes no convencionales han
podido aumentar esta cantidad a 260-310 m3 por habitante
(Katz, 2016).
La estrategia hídrica de Israel se basa principalmente en
4 iniciativas que captan gran parte de las inversiones en
recursos hídricos para manejar su disponibilidad de agua
(Tal, 2006):
E
3.1 Israel
i) Administración y transporte de aguas del Mar de
Galilea: a partir de 1964, Israel comenzó a transportar
agua desde su norte más húmedo, principalmente desde
el Mar de Galilea, hacia el resto del país, permitiendo
signicativamente su desarrollo en agricultura. El agua
se distribuye a través del Acueducto Nacional de Israel,
que atraviesa gran parte del país.
ii) Suministro de agua mediante una red de embalses:
desde 1980 se empezó a establecer una red de
más de 230 embalses ubicados principalmente en
las zonas más áridas de Israel, siendo alimentados
principalmente por escorrentía, agua de inundaciones
y aguas residuales tratadas. Estos proveen anualmente
alrededor de 300 millones de m3, suministrando
alrededor del 70% del agua utilizada en agricultura
(KKL-JNF, 2015). Las aguas superciales, incluyendo
al Mar de Galilea, representan alrededor de un 30% de
la oferta de agua total, mientras que casi toda el agua
restante proviene de aguas subterráneas (Katz, 2016).
iii) Tratamiento y reciclaje de aguas residuales para
irrigación: durante 2015 se recicló alrededor del 86%
de las aguas residuales. Cerca de la mitad del agua
utilizada en riegos proviene de aguas recicladas, la cual
ha permitido cultivar cerca de 130.000 hectáreas de
tierras agrícolas (Tal, 2016).
iv) Desalación de agua de mar y agua salobre subterránea:
adelantos tecnológicos y una importante reducción en
costos permitieron a partir de 2002 iniciar un plan de
construcción de plantas desaladoras, inaugurándose
la primera en 2005. Estas se utilizan tanto para tratar
agua de mar, como agua salobre subterránea. El uso
de plantas desaladoras ha tenido un importante
impacto sobre el sistema hídrico de Israel al reducir los
niveles generales de salinidad del sistema municipal.
Adems, ha signicado un avance respecto al dao que
provoca en suelos y cultivos el uso extendido de agua
salada en irrigación, tomando en cuenta que desde la
introducción del riego por goteo el uso de agua fresca
disminuyó en un 60%. Sin embargo, esta todavía no

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