Indicadores de tercera generacion para cuantificar la sustentabilidad urbana.¿Avances o estancamiento? - Vol. 39 Núm. 118, Septiembre - Septiembre 2013 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 635838877

Indicadores de tercera generacion para cuantificar la sustentabilidad urbana.¿Avances o estancamiento?

AutorLeón A, Silvia

RESUMEN | Las intrincadas relaciones que caracterizan el metabolismo de las zonas urbanas precisan ser visualizadas mediante fórmulas simplificadas, capaces de respaldar la toma de decisiones en favor de la sustentabilidad urbana. En el marco teórico ordenador de la Coevolución (Norgaard, 1984), y el cálculo del Análisis de Flujo de Materiales (AFM) y de la Huella Ecológica Local (HEL) para la Región Metropolitana de Santiago (Chile) y la ciudad-región de Bogotá (Colombia), se muestra dicha dupla (AFM y HEL) como indicadores de tercera generación--vinculantes, locales, sinérgicos y transversales- que incorporan simultáneamente diversas variables con amplias categorías y dimensiones, además de un alto grado de aporte (el 80%) a la cuantificación de la sustentabilidad urbana. El posicionamiento de lo local, por medio de la huella ecológica local, también prevalece en el mejoramiento de los indicadores relativos a la sustentabilidad de una urbe específica, por encima de la estandarización de las metodologías basadas en comparaciones o rankings internacionales.

PALABRAS CLAVE | sustentabilidad urbana, gestión urbana.

ABSTRACT | The intricate relationships that characterize the metabolism of urban areas need to be viewed through simplified formulas, so that they can support the decision-making processes leading to urban sustainability. In the framework of the Co-evolution paradigm (Norgaard, 1984) and the calculation of Material Flow Analysis and the Local Ecological Footprint regarding the Metropolitan Region of Santiago (Chile) and the city-region of Bogotá (Colombia), Material Flow Analysis and the Local Ecological Footprint are shown as third-generation indicators--binding, local, synergic and cross-cutting--simultaneously incorporating several variables with broad categories and dimensions, and a high degree of contribution (80%) to the quantification of urban sustainability. The positioning of the local, through the local ecological footprint, also prevails in the improvement of indicators relative to the sustainability of a specific urban area, beyond the standardization of methodologies based on international comparisons or rankings.

KEY WORDS | urban sustainability, urban management.

Introducción

Los actuales asentamientos humanos latinoamericanos, "manchas en constante crecimiento" por la dinámica poblacional expresada en growth sprawl, con ciudadanos de diferentes clases sociales, provocan un constante aumento en los consumos de energía, agua, alimentos, recursos naturales, y cada vez mayores requerimientos de fuentes fósiles para su movilidad, productividad y diario vivir (o para sobrevivir, la mayoría de ellos). A esto se suma un incremento permanente de las emisiones y los vertimientos, los que, sin lugar a dudas, exacerban los impactos sobre los ecosistemas que les subyacen, pese a los colosales intentos actuales a escala mundial, nacional y local por la minimización de tales externalidades negativas. Y por corresponder a un ciclo natural intrínseco que caracteriza la mutua relación entre sociosistemas y ecosistemas, dichas externalidades surgen desde las urbes y regresan hacia las mismas urbes, pasando por los ecosistemas.

Probablemente mediante el concepto de coevolución de Norgaard (1984) se expliquen las "mutaciones", las alteraciones y las transformaciones que sufren los ecosistemas--hasta sobrepasar, en algunos casos, su capacidad de resiliencia--, suscitadas por las actividades antrópicas (realizadas por cada sociosistema de una ciudad-región determinada) destinadas a obtener los recursos necesarios y atender a sus propias necesidades. Este enfoque coevolucionista tiene plena coherencia con los actuales modelos de urbanización, los cuales demuestran una imperativa dependencia de las urbes respecto de los flujos externos--provenientes de los ecosistemas (llámense también naturaleza o medioambiente)--, con una clara diferencia en el tiempo: la total dependencia de las urbes frente al entorno y la independencia absoluta de los ecosistemas en ausencia dei hombre.

No obstante, nuestras ciudades, aquellas que se esparcen indefinidamente sobre un terreno que parece no tener límites (Ducci, 1998), provocan otro efecto que hoy se detecta en forma inmediata a raíz de la dispersión, el cual corresponde a la dificultad de establecer un limite nítido entre lo urbano y lo rural, entre lo urbano y lo natural (zonas de conservación o protección). Tal límite es requerido en las políticas públicas positivistas para la delimitación político-administrativa de una ciudad, que se hace con imprecisión cuando no hay una distinción clara entre lo urbano y lo rural. A ello se agrega que los ecotonos, definidos como esas hectáreas de transición entre lo urbano y lo natural y donde también es preciso respetar la identidad de lo rural inmerso entre ambos, poseen características peculiares que complejizan aún más el núcleo problemático de los estudios urbanos.

Es claro, así, que en los procesos de crecimiento urbano impera la complejidad; que no son tan claras y exactas las variables intervinientes, y tampoco son precisas ni están plenamente establecidas las relaciones, las causas y los efectos. En consecuencia, es fundamental buscar en la simplicidad una herramienta metodológica cuantitativa para evaluar la coevolución entre los sociosistemas y los ecosistemas, incluyendo los ecotonos. Después de esto, ajustar los modelos de desarrollo urbano cuyas directrices son las políticas urbanas, para introducirlos nuevamente en la interacción de los sistemas social y ecológico. De esta manera se dará lugar una vez más a la complejidad, para reiniciar un ciclo en el cual el "deber ser" es la maximización de las externalidades positivas y la mitigación de las externalidades negativas ocurridas en la ciudad-región, demostradas mediante métodos holísticos susceptibles de interpretación por parte de cualquier stakeholder urbano.

El actual paradigma de la sustentabilidad urbana, permeado en doble vía desde la sociedad civil hacia la clase política y viceversa, intenta promover una "r-evolución", para no concebir la ciudad como un universo aislado, sino identificar la real interacción de los conglomerados urbanos con los ecosistemas, reconociendo su inherente complejidad. La confluencia de los actores dei sociosistema (público, privado y sociedad civil) frente al manejo de los ecosistemas (que sostienen y sustentan las ciudades) en pro de mejorar la calidad de vida urbana, exige el diseño de metodologías lógicas y coherentes de cuantificación de la sustentabilidad urbana. Deben ser metodologías constituidas por indicadores de tercera generación, de tal manera que lo sustentable sea más palpable en términos positivistas, y que permitan corroborar que las políticas públicas (toma de decisiones) efectiva y eficazmente están conduciendo el desarrollo urbano hacia dicho propósito. Hoy tenemos que el desarrollo sostenible ha sido relativamente dinámico en crear orientaciones estratégicas hacia una planificación más integral--planificación estratégica--; sin embargo, solo en los últimos años se han priorizado las metodologías y los indicadores para la evaluación de las intervenciones relacionadas con dichas planificaciones (Barton, Jordán, León & Solís, 2007). Probablemente los indicadores disponibles y aplicados hasta el momento en diferentes lugares dei mundo proporcionan informaciÓn parcial mediante el uso de indicadores de primera y segunda generación, (1) los que ofrecen conclusiones sectoriales, estáticas, sesgadas por su mirada parcial y con ausencia de transversalidad, e impiden así conocer de manera holística la sustentabilidad de las ciudades-región; es decir, develar la coevolución de los ecosistemas que sustentan los sociosistemas.

Los conceptos "desarrollo sostenible" y "sustentabilidad urbana", presentes en los paradigmas aplicables por los investigadores urbanos, son considerados como sinónimos diferenciados solo por el manejo teórico, de tal manera que el primero hace referencia a la escala de país (lo nacional, incluso lo global) y el segundo a la escala de ciudad o ciudad-región. Se cumple así una armonía de sintaxis, género y número, entre "país" y "desarrollo sostenible", y entre "ciudad" y "sustentabilidad urbana" (León, 2009).

La sustentabilidad urbana se específica como un fenómeno complejo de largo plazo, con dinámica propia, que busca mejorar la calidad de vida de la población urbana. Su operacionalización se define en forma participativa y negociada entre las instituciones gubernamentales, la sociedad civil y los privados, con asistencia de la academia, con una visión intra e intergeneracional, y con un reconocimiento de lo local y lo regional por encima de lo nacional y lo internacional (León, 2006). Su cuantificación precisa de indicadores y no solo parámetros, por lo que se intenta avanzar en ese procedimiento mediante instrumentos conocidos como indicadores de primera y segunda generación, pues los de tercera generación (2) están aún sin construir (Gross & Arrué, 2005), aunque con la presente investigación se podrá afirmar que ya están en proceso de construcción. Este punto permite enfatizar la relevancia que tiene la conceptualización de la sustentabilidad para cada ciudad en particular, y así definir en esa misma dirección los indicadores que medirán "la brecha existente entre el desarrollo actual y aquel definido como sostenible" (Opschoor & Reijnders, en Castro, 2002, p. 207). Es decir, se pretende reflejar el estado cuantitativo o cualitativo de un determinado fenómeno o proceso que se evalúa--en este caso, la sustentabilidad urbana--, aspecto de enorme importancia para hacer juicios sobre las condiciones del sistema actual, pasado (Quiroga, 2001) o futuro de una urbe.

¿Avances o estancamiento respecto de los indicadores de tercera generación?

A nivel mundial, la promulgación de indicadores se remonta a épocas antiguas, y siempre han sido considerados una herramienta positivista para hacer...

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