Lo Maravilloso y la configuracion del otro en el Poema de Fernan Gonzalez. - Núm. 40, Marzo 2007 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56387719

Lo Maravilloso y la configuracion del otro en el Poema de Fernan Gonzalez.

AutorAspillaga, Angela
CargoTextos

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Para rastrear la vinculación de la imagen del Islam y lo maravilloso, es necesario primero que nada, realizar una conceptualización del término Maravilla. Esto requiere intentar reconocer o entender el término en toda su amplitud, aun cuando resulte casi imposible abarcarlo, y sólo a partir de ahí, realizar una vinculación con nuestro trabajo.

Ya desde un comienzo este término se nos muestra muy amplio y, a veces, difícil de aprehender, por tanto, una mirada panorámica quizás no sea la salida adecuada, aunque es la que más se acomoda a nuestras necesidades. Antes de esto, hay que delimitar adecuadamente que entendemos conceptualmente por lo Maravilloso. No son demasiadas las definiciones del término, pero concuerdan en mostrarlo como un concepto que alude a lo fuera de lo normal, lo increíble, a todo lo que se presenta en una esfera de irracionalidad; a esto debe su carácter asombroso y sorprendente que nos causa admiración. Muchas veces se le ha asociado con términos como lo mágico, lo fantástico o lo milagroso, pero si se estudia más a fondo, veremos que hay variaciones sustanciales entre todos estos términos, aún cuando a veces sean confundidos.

Demetrio Estébanez en su Diccionario de términos literarios, define lo Maravilloso como una "Categoría estética alusiva a un mundo fantástico en el que pueden ocurrir fenómenos que escapan a las leyes espacio-temporales a las que están sujetos la naturaleza y el hombre"[77], alo cual agrega que este concepto ha irrumpido constantemente en toda la historia de la literatura, desde los mitos primitivos, pasando por Grecia, Roma, la cultura medieval occidental y oriental, el Romanticismo, Ilegando hasta nuestros días. Si bien su explicación es adecuada, se plantea desde una mirada general, que no se adentra en la complejidad del fenómeno.

Lo Maravilloso requiere una observación mayor, ya que implica variados componentes, tanto históricos, religiosos, cómo sociales y culturales. No se puede intentar comprender lo Maravilloso medieval desde una idea o visión actual, ya que es un concepto totalmente diferente. Como señala Roger Caillois en su texto Imágenes, imágenes ... Ensayos sobre la función y los poderes de la imaginación[78], primero habría que hacer una distinción entre los ámbitos o campos de lo Maravilloso y lo fantástico, ya que el primer concepto se manifiesta y desenvuelve de una manera disímil. Al respecto señala este autor que "el mundo de las hadas es un universo maravilloso que se añade al mundo real sin atentar contra él ni destruir su coherencia. Lo fantástico, al contrario, manifiesta un escándalo, una rajadura, una irrupción insólita, casi insoportable en el mundo real"[79]. Lo Maravilloso sólo será válido en un mundo mágico, donde su poder no viole ninguna regularidad, forme parte del todo. En sociedades como la medieval o renacentista, esto aún era posible, ya que la mentalidad de aquellas épocas convivía entre la realidad y el mito, entre la leyenda y la cotidianeidad[80]. Como veremos más adelante, pero ya con la irrupción del pensamiento, y una mayor comprensión de las regularidades naturales, se comienzan a derribar los mitos que se tenían por verdaderos, y todo lo que alguna vez se creyó, poco a poco empieza a perder validez.. Desde ese momento lo fantástico irrumpe en el campo de la literatura, en donde éste va más allá y choca con lo que la misma razón ha logrado establecer por cierto. Ahora si bien podemos entender esto en términos generales, es necesario profundizar en la mirada medieval, ya que ese es nuestro periodo a estudiar, más específicamente centrándonos en la España bajo la ocupación musulmana.

Un buen punto de inicio, es el trabajo realizado por Jacques Le Goff, quien realiza una delimitación muy práctica del término Maravilloso, pero a partir de una óptica netamente medievalista. Le Goff, en su texto Lo Maravilloso y lo cotidiano en el occidente medieval[81], expone claramente la significación que tuvo lo Maravilloso en la mentalidad medieval. Para Le Goff, el término análogo a Maravilloso en aquellos tiempos era Mirabilis, aunque éste era utilizado sólo en ambientes cultos y eruditos. El que estada más cercano a nuestra visión actual sería Mirabilia, pero es importante consignar que para aquella época, "lo maravilloso" no existía como un tipo de categoría mental, literaria o intelectual especifica, sino sólo como un amplio universo de objetos, conjunto de cosas y elementos que aluden a un mundo sobrenatural. A veces, estos elementos no aluden necesariamente a un mundo mágico, sino sencillamente a uno fuera de lo común o inusual, como puede ser observado, por ejemplo en el Libro de los Viajes de Marco Polo[82]. Es también importante considerar que el término Mirabilia, desde su raíz etimológica apunta hacia un campo o sentido visual, y por tanto, todo un mundo imaginario se podia construir y ordenar desde ahí. Ahora si queremos entender la actitud de los hombres medievales frente a lo Maravilloso, la podemos entender como parte de una herencia proveniente de estratos antiguos (tanto cristianos como musulmanes), y que no se origina en la época; es decir, lo Maravilloso entra en el medioevo a través de un proceso de asimilación:

"Esto es particularmente cierto en el caso de la sociedad cristiana y supongo que también musulmana, pues estas religiones se extienden a mundos que les legan diversas culturas, antiguas y ricas, y lo maravilloso, más que otros elementos de la cultura y de la mentalidad, corresponde precisamente a los estratos antiguos"[83].

Debido a esto, deberíamos considerar tres períodos en su desarrollo:

A.- Siglo V al XI: Momento de represión de lo Maravilloso por parte de la iglesia, y que también se vio reflejado en la sociedad.

B.- Siglo XII y XIII: Irrupción de lo Maravilloso en la cultura erudita. Aparición de la literatura cortesana, que tomó lo Maravilloso como parte de su acervo cultural, que también se traduce en una búsqueda de identidad (individuo y colectivo del caballero idealizado). Por otro lado, la iglesia ya no le teme a lo Maravilloso, y lo integra porque ahora lo regula a través de la forma del milagro.

C.- Siglo XV-XVI: Proceso de estetización de lo Maravilloso, por parte de la cultura erudita.[84]

También es importante considerar que lo sobrenatural se mueve en tres dominios (con respecto a una religión monoteísta como el Cristianismo), dominios que podemos denominar así:

a.- 'Mirabilis': Se manifiesta como lo Maravilloso pre-cristiano, es decir, en un estado puro y sin manipulación.

b.- 'Magicus': Sobrenatural maléfico, satánico, asociado a la magia negra.

c.- 'Miraculosus': Sobrenatural cristiano. Asociado al Miraculum (milagro), el cual ya es un elemento restringido, que parte de lo Maravilloso, pero luego lo desvanece.

A partir de estos ámbitos, es posible distinguir oposiciones entre un Maravilloso pre-cristiano, y otro cristiano. Por un lado, podemos observar que [85]en el Maravilloso pre-cristiano, la maravilla es desarrollada por varios actores, y asimismo no tiene reglas y es imprevisible; en cambio, en el otro extremo, por su sentido cristiano, en la maravilla hay participación de sólo un actor, Dios[86]. En este sentido, desde su configuración es posible notar claramente su carácter racionalizado y mediatizado bajo el control de la iglesia.

De este modo, lo Maravilloso en su "estado natural", es decir, sin la influencia del cristianismo, tiende a tener como función la compensación de aquello que la sociedad reprime (comida, cuerpo, pensamiento, etc.)[87], tomándolo en un mundo al revés, similar a lo que ocurre durante la celebración de la fiesta de carnaval[88], la cual no tiene fronteras claras (aun cuando internamente está reglamentada por el mismo sistema que invierte), y comienza a desenvolverse en situaciones tan disímiles como lo cotidiano, lo social o lo político[89]. Acá el Maravilloso funciona como instrumento de legitimación de una casta o linaje, al crear toda una genealogía familiar a partir de un mito conocido. Esta condición especial de lo Maravilloso, lo convierte en un concepto amplio en sus alcances.

A través de las definiciones anteriores, hemos podido ver que lo fantástico es una manifestación de lo Maravilloso, al igual que lo mágico o la magia, y también lo Milagroso, todos unidos por la idea de una contravención a lo racional, al mundo establecido por las leyes del pensamiento. Cuando este fenómeno ocurre, lo Maravilloso irrumpe bajo diversas manifestaciones, y de este modo es que es posible ligarlo a la idea de la risa carnavalesca. Pero acá hay que tener cuidado de hablar de carnavalización de lo Maravilloso, y correspondería más bien referirse a una función carnavalizadora, en donde ciertas convenciones son rotas, mientras otras son mantenidas.[90]

Aún cuando hemos nombrado algunos de sus puntos de trayectoria, lo Maravilloso tiene alcances mucho más amplios. En su texto, Le Goff ofrece otra gama de componentes maravillosos, como por ejemplo Lo Maravilloso geográfico.

Dentro de lo que se puede denominar período medieval, la definición de un Ilamado Maravilloso geográfico, se encuentra especialmente ligada a la idea de lo monstruoso, pero también está lo suficientemente unida a la idea del viaje. La idea del viaje, de lo espacial y geográfico, inserta en la Edad Media el plano de lo Maravilloso o lo mágico. Vincula lo monstruoso y asombroso, que finalmente es lo no-racional o desconocido para ese mundo medieval occidental. Los modelos de viaje o desplazamiento medieval, toman su inspiración plenamente de los modelos clásicos de la antigüedad, como los viajes de Ulises en La Odisea de Homero o los realizados por Eneas en La Eneida de Virgilio, pero ya en este período histórico adquieren ribetes diferenciados, debido a la presencia de una nueva sociedad. Por un lado, vemos que la noción del viaje puede ser vinculada con la peregrinación espiritual, con la cruzada Ilevada a cabo por el "Miles Christi' en la que la presencia de un...

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