Presentacion del poemario Rascacielos. Mexico: Literal, 2008. - Núm. 52, Septiembre 2009 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 634766893

Presentacion del poemario Rascacielos. Mexico: Literal, 2008.

AutorWinter, Enrique
CargoPoema

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UN MURO ES UN MURO AUNQUE LE PINTEN FLORES Un muro es un muro aunque le pinten flores aunque las pinten nueve compañeros de La Legua Emergencia un sábado en la tarde: sus pañuelos, sus barbas, mientras las lacrimógenas caen como el rocío en la cuadra siguiente. LAS PATAS DE LOS PÁJAROS Calientes como el universo antes de armar galaxias y comprimidos como ese universo, cual saco de dormir en la mochila a punto de estallar como quien pinta el altiplano mirando al sol de frente o quien decide mientras corre buscar su muerte en otro sitio; jugamos a engañarnos, alzando el velo de otras novias como neblina que al volcán levanta, la bufanda es el yugo que ha tejido la sobra de cariño y de minutos, el vapor que madruga en las colinas. Y recorremos los destrozos, así pisando lava donde la noche es nuestra lengua y es nuestros dedos, todo lo que se escapa de nosotros: el sudor y las lágrimas, el semen en las piernas delgadas y sin garbo de flamencos rosados en la altura, picoteando los restos, doblando el cuello hacia nuestra espalda, rascándonos la tarde con las uñas de pájaras tan nuevas como lagos congelados apareciendo allí donde aleteábamos las aguas. JORGE: SOSTENES, ZAPATOS Las manecillas del reloj se parecen a un jefe que se agacha jugando golf, a un padre o esposa que levanta una mano cuando avienta la otra. Va al banco y saca más boletas de las que necesita. Trato de hacer más de una cosa, pero sólo se entienden quienes comparten un oficio, no se puede esperar nada de quienes se/ de di can/ a/ o tra/ cosa. Es por esto y lo anterior que cuando me voy, miro el rodoviario con la esperanza de jamás volver. El cambio de ciudad esconde, sólo al viajar por pega uno desaparece: caminan las estrellas como hormigas entre los basureros, como barbas de una ballena cierran las montañas, el sol es la linterna de un minero y quema como marca de cigarro. Viajar: no se recuerda a quien se quiere (los pasajeros fuman los cigarros), sino lo que pudo haber sido con quien se deja de querer. Tras recorrer dos mil kilómetros, bajo y abro mi saco de dormir: allí están los sostenes de mi esposa. Aplastados al fondo de la ropa los zapatos me hacen una mueca TRES CAJAS VACÍAS Filipino, bigote blanco y largo Ya nadie viene al cementerio, Marco, a excepción de ti, que hace cinco años jubilaste y perdiste a un hijo sano. Hoy barres tumbas como voluntario. Tres meses sin la regla como los tres semáforos en rojo Espera un hijo como quien espera el...

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