Responsabilidad Social Empresarial en la Ley y Jurisprudencia Tributaria
| Autor | Carolina Morales Villalón |
| Cargo | Egresada de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso |
| Páginas | 191-213 |
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De seguro muchos empresarios en nuestro país, de manera espontánea, han realizado acciones que denotan su preocupación social, sin pensar que están adhiriendo a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) con el alcance con que se configura en la actualidad y que analizaremos en este trabajo.
Cada vez son más las empresas en el mundo concientes de los beneficios económicos que les significa trabajar considerando elementos como la preocupación por la ética, las condiciones laborales, el marketing responsable, la preocupación por el medio ambiente y una buena relación con la comunidad en general, dándole un valor adicional a su negocio.
A las acciones que se realizan dentro de éste ámbito, se les ha puesto nombre: se han definido sus límites y ámbitos de acción, se han creado estrategias para sistematizar su implementación y existen incluso formas de medirla eficazmente. Esta estrategia de ética empresarial, como la han llamado algunos, la utilizaremos como prisma para revisar algunos aspectos de la ley y jurisprudencia tributaria.
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Resulta de interés revisar algunas normas e interpretaciones presentes en el Derecho Tributario chileno, dándoles una mirada desde la perspectiva de la Responsabilidad Social de las empresas, y observar como en ocasiones ésta se incentiva a través de la legislación y como a veces también se frena a través de la aplicación de la legislación tributaria.
La Responsabilidad Social Empresarial aún no tiene una definición universalmente aceptada. Sin embargo, hay consenso en que ésta consiste básicamente en acciones voluntarias llevadas a cabo por las empresas, mediante las cuales estas manifiestan su “buen comportamiento” social y ambiental.
La idea de RSE nace en el ámbito privado, sobre la base de una noción muy simple: el desarrollo de la actividad económica de la empresa, dirigida esencialmente a generar beneficios para sus propietarios y accionistas, tiene efectos importantes en distintos planos: ambiental, social, laboral, de derechos humanos, etc., frente a los cuales la empresa debe asumir su responsabilidad1.
La noción parece obvia, pero el fundamento de asumir esa responsabilidad ha sido enfocado desde distintos puntos de vista. Podemos encontrarnos con varias concepciones alternativas de RSE, plasmadas éstas en distintos modelos y dando énfasis a los distintos aspectos que componen este fenómeno de la empresa “socialmente responsable”. Nos encontramos en general, con teorías instrumentales, políticas, integradoras y éticas.
Especialmente interesante resulta la posición ética2, en que se formula la RSE como “el marco estratégico de aquellas empresas que definen sus políticas, programas y acciones empresariales respetando a los valores éticos, las personas, las comunidades y el medio ambiente y logrando con ello un equilibrio entre el desarrollo sostenible y la necesidad de generar valor para los accionistas, es decir, ser rentables y ser sustentables”.
La definición que hemos considerado más integradora y precisa de la RSE, por incorporar sus aspectos esenciales es aquella utilizada actualmente por la Unión Europea, que considera que ésta significa, además del cumplimiento de las obligaciones legales vigentes, nacionales e internacionales, “la integración voluntaria de las preocupaciones sociales, laborales y medioambientales y de respeto a los derechos humanos en la gestión, estrategia, políticas y procedimientos empresariales. Esta perspectiva surge del diálogo transparente entre los grupos de interés, de modo que la empresa se responsabiliza de las consecuencias e impactos que derivan de sus acciones”3.
La RSE hace unos diez años, el tema era prácticamente desconocido en América Latina y un movimiento en germen en Europa y Estados Unidos. Hoy es parte del lenguaje de los líderes empresariales, ocupa un lugar importante en la planificación de las empresas y existen múltiples iniciativas empresariales, de la sociedad civil y de losPage 193 gobiernos respecto al tema4. Tras un progresivo desarrollo, podemos decir que la RSE ya es una realidad instalada, y de ello dan cuenta la gran cantidad de organizaciones a nivel tanto nacional como internacional que operan en la actualidad, destinando medios económicos y humanos para el desarrollo e implementación de la RSE en todo ámbito, cuestión que está en franca expansión hoy día en el mundo.
En cuanto a los ámbitos que aborda la RSE, como decíamos estos son: la ética empresarial, el ámbito laboral, el marketing responsable, la preocupación por el medio ambiente y las relaciones con la comunidad o ámbito social.
Así como no existe una definición de RSE universalmente aceptada, como adelantábamos, los diferentes actores del escenario actual, la sociedad civil, las empresas, los organismos internacionales y el Estado, no poseen una definición clara del rol que debe jugar el Estado en la promoción de la responsabilidad social empresarial.
Para algunos, el Estado en sus diferentes dimensiones, debería construir estímulos institucionales, fiscales, regulaciones normativas, entre otras acciones tendientes a potenciar la responsabilidad de los empresarios5.
Respecto a los estímulos institucionales y fiscales, en Chile actualmente existe en el ámbito del derecho tributario un sistema legal de donaciones. La legislación tributaria vigente otorga a las empresas beneficios en forma de franquicias, a favor de los contribuyentes que efectúen donaciones a determinadas instituciones y para ciertos fines que la misma legislación establece. También encontramos algunas normas aisladas en la legislación, como el artículo 31 Nº 6 bis de la Ley de Impuesto a la Renta, y además la Ley que también otorga franquicias a las empresas por la capacitación que estas entreguen a sus trabajadores.
Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los gobiernos tienen el papel de brindar incentivos y promover la adopción por parte de las empresas de prácticas socialmente responsable e implementar también regulaciones. Precisamente es posible abordarlo desde el ámbito tributario.
Otros autores, por su parte remarcan el carácter voluntario de la responsabilidad social empresarial, negando la participación de Estado, al menos de manera directa. Pero no consideramos que éste planteamiento sea correcto.
El Estado puede constituirse como una pieza clave en la implementación de la RSE a nivel de país, creando las condiciones necesarias para que ésta pueda desarrollarse, por cuanto es el ente fiscal quién posee las herramientas adecuadas, tanto para la creación de políticas directas o indirectas de incentivo, como para establecer regulaciones estratégicas que manejen el comportamiento de los privados en éste ámbito. Además consideramos que éste no puede desaprovechar la oportunidad de intervenir en laPage 194 planificación de la RSE, por los beneficios que se pueden obtener de la organización y sistematización de las acciones de RSE, que las empresas hoy por hoy, asumen espontáneamente.
Al respecto, debemos decir que el Gobierno en curso, está trabajando en diversas iniciativas relativas a la promoción de la Responsabilidad Social en nuestro país, lo que constituye un reflejo de la postura activa que se está adoptando en Chile en cuanto al rol que debe jugar el ente público frente a este fenómeno, el Estado actualmente se muestra proclive en la adopción de políticas en este sentido.
Dentro de las políticas en desarrollo y adoptadas en la actualidad por el Gobierno, las encontramos en diferentes ámbitos, como la creación de un Comité “espejo” nacional, para monitorear el proceso de elaboración de la norma privada ISO 26.000, También en materia de los tratados de libre comercio suscritos por nuestro país en los últimos años, encontramos referencias explícitas relativas a RSE. Además existen en curso un grupo de iniciativas proclives a la responsabilidad social de diversa naturaleza, como un código de buenas prácticas laborales a nivel de instituciones de Gobierno, un instructivo presidencial sobre transparencia, un instructivo de ahorro de energía, etc.
Cabe hacer también referencia al planteamiento realizado en un Seminario Internacional de responsabilidad social, realizado en nuestro país, en el que se planteó por Karen Poniachik6 que “el Gobierno tiene el convencimiento de que el grado de difusión y práctica de los principios de RSE es un factor que incide decisivamente en la competitividad de los países y de sus empresas”. En la misma ocasión plantea que según un estudio sobre el Índice de Responsabilidad Corporativa señala que Chile enfrenta una potencial pérdida competitiva por su déficit en materia de RSE. Dentro de los ámbitos de acción se señalan, el de crear legislación con estándares adecuados en materia laboral, ambiental, derecho de los consumidores, además acciones específicas para apoyar la adopción de mejores prácticas entre las empresas y se destaca en la presentación el rol del Estado como orientador de las empresas a través del ejemplo.
Por todo lo anterior, consideramos que el Estado debe incentivar y promover este tema, simplemente por que beneficia a todos los sectores involucrados con su acción, generando una “cadena virtuosa” que apunta al bien común.
Despejado el concepto de Responsabilidad Social Empresarial, y el rol del Estado frente a esta, ahora es posible revisar algunas normas e interpretaciones presentes en el...
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