El impacto socio-espacial de las urbanizaciones cerradas: el caso de la Region Metropolitana de Buenos Aires. - Vol. 31 Núm. 93, Agosto 2005 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 55690769

El impacto socio-espacial de las urbanizaciones cerradas: el caso de la Region Metropolitana de Buenos Aires.

AutorThuillier, Guy
CargoTema central

Resumen

Este artículo trata sobre las urbanizaciones cerradas en la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA). El objetivo es entender el impacto socio-territorial de esos barrios a nivel local, metropolitano y nacional. Después de exponer algunos elementos básicos sobre la historia de esas urbanizaciones y su importante desarrollo reciente en la RMBA, se analiza esta mutación de acuerdo con tres categorías: las formas arquitectónicas y urbanas; las funciones de los espacios y las prácticas sociales que permiten o suscitan; y el tipo de relaciones sociales que se crean en esos lugares. Para cada uno de estos tres aspectos se adoptan sucesivamente dos puntos de vista: por una parte, se contempla la situación dentro del barrio cerrado, y por otra, se estudian los cambios que esos barrios implican para sus alrededores y para el resto de la ciudad. En conclusión, nos acercamos a la idea de que esos emprendimientos traducen una profunda mutación de las representaciones de la ciudad para sus residentes: el éxito de los barrios cerrados significa un cambio importante en la idea que se hace la gente de lo que son y deben ser la ciudad y la vida urbana.

Palabras clave: barrios cerrados o privados, country clubs, Buenos Aires, espacio público, seguridad, segregación residencial, desarrollo urbano, periferia urbana.

Abstract

This paper deals with gated communities in the Metropolitan Region of Buenos Aires (RMBA). It objective is understanding the socio-territorial impact of these developments at local, metropolitan and national levels. After some basics elements about the history of these communities and their important and recent growth in the RMBA, this mutation is analyzed according to three categories: the architectural and urban forms; the functions of this spaces and the practices they allow or provoke; and the kind of social relationships they create. For each of these three aspects, two different points of view are successively adopted: a look at the situation inside the gated community, and secondly, the changes that it creates for its surroundings and for the rest of the metropolis. Finally, the paper comes to the idea that those developments imply a deep mutation of the representations of the city for its residents: the rise of gated communities means a deep change in the idea that people have of what cities and urban life are and should be.

Keywords: gated communities, country clubs, Buenos Aires, public space, security residential segregation, urban sprawl suburbanizacion.

  1. Introducción: consideraciones generales y problematización

    En el mundo entero, los barrios cerrados --gated communities en Estados Unidos, barrios cerrados o countries en Argentina, condominios fechados en Brasil- aparecen hoy como una forma urbana emergente, presente en diversos grados en países tan diferentes como Indonesia, Rusia, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Sudáfrica, Turquía o Egipto. En Estados Unidos, país que lidera esta tendencia, al menos ocho millones de personas viven en gated communities (Blakely y Snyder, 1997). En la aglomeración de Buenos Aires, ejemplo a partir del cual desarrollaremos más particularmente nuestra reflexión, estas urbanizaciones cerradas --presentes desde hace décadas- se han convertido recientemente en un fenómeno urbano masivo, cobrando en los últimos años una considerable importancia en las periferias de la aglomeración. Mientras que el fenómeno era marginal a comienzos de la década de 1990, se contaban en el año 2000 en la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) 351 barrios cerrados, para una población permanente de alrededor de 50.000 habitantes. Para este puñado de privilegiados, a la escala de 13 millones de habitantes de la RMBA, estos 300 kms cuadrados de tierra loteada y enclaustrada constituyen una superficie más grande que la de la ciudad autónoma de Buenos Aires (Thuillier, 2002) (ver mapas 1 y 2).

    El éxito de este nuevo objeto urbano, a punto de alcanzar a la autopista y al centro comercial en el rango de los íconos de la (post) modernidad urbana (1), ha generado en el mundo una literatura universitaria, urbanística y mediática a menudo muy crítica respecto a estos ghettos, acusados de "fragmentar la ciudad", fortalecer los contrastes sociales y "privatizar" el espacio público. Con todo, la segregación residencial entre ricos y pobres es una realidad ya antigua en la mayor parte de las ciudades del mundo. Mucho antes de la aparición de los barrios cerrados, los brutales contrastes socio-económicos golpeaban al visitante europeo de las metrópolis del Tercer Mundo en general y de América Latina en particular. Más generalmente, las elites de todos los países siempre han sabido aprovisionarse de lugares de residencia y sociabilidad privados, separados de aquellos del "populacho".

    En estas condiciones, ¿en qué es realmente diferente la ciudad "fragmentada" en islotes cerrados sobre sí mismos de la ciudad segregada tradicional, tal como la describe la ecología urbana clásica de la Escuela de Chicago, por ejemplo? ¿Son los barrios cerrados simplemente una respuesta pragmática de los ricos a la violencia urbana, una consecuencia de las crecientes desigualdades debidas a la "globalización liberal"? Por el contrario, podemos también preguntamos si acaso estas urbanizaciones cerradas no contribuyen a su vez a la decadencia de la ciudad, y si acaso ellas no se alinean en el lado de las causas del mal: ¿los barrios cerrados resuelven o refuerzan la crisis urbana? Más allá de una segregación acentuada que se inscribe en el espacio a través de barreras, ¿cómo modifican estos barrios el funcionamiento e incluso la naturaleza de la metrópolis latinoamericana? En suma, ¿cómo afectan ellos la urbanidad de las ciudades que rediseñan?

    Por "urbanidad", entenderemos en este artículo no una cierta cualidad normativa de la ciudad, sino el conjunto de propiedades de un espacio urbano y las relaciones que establecen sus residentes con ese espacio. Para simplificar distinguiremos tres componentes de esta urbanidad --susceptibles de ser modificados por los barrios cerrados-, en el entendido que estos tres componentes están en realidad profundamente imbricados entre ellos y que es un poco artificial querer aislarlos. Consideraremos en primer lugar las formas de la ciudad o el sustrato material, la escenografía en la que se desarrolla la urbanidad y que la condiciona; en segundo lugar, la pareja funciones/ prácticas urbanas, o cómo la ciudad, de un proyecto de un urbanista o un promotor, deviene un espacio vivido y apropiado por sus residentes; en tercer y último lugar, las relaciones sociales que se establecen entre los ciudadanos. Será conveniente considerar cada uno de estos tres temas en dos escalas diferentes: por una parte, situándose al interior de los barrios cerrados, tratando de entender cómo la opción residencial de vivir dentro de éstos afecta la urbanidad para sus habitantes, y por otra, mirando desde fuera cómo este encierro de unos modifica la urbanidad de los otros --aquellos que están afuera- y afecta in fine toda la aglomeración.

  2. Las formas: ¿la ciudad armoniosa?

    2.1. Adentro

    Conviene recordar, en un primer momento, que las urbanizaciones cerradas argentinas descienden de los country clubs, modelo importado desde Inglaterra en los años '30. Se trataba entonces de residencias secundarias, de relativa comodidad, a menudo desprovistas de redes de agua potable y alcantarillado, construidas fuera de la ciudad alrededor de grandes equipamientos deportivos: campos de golfo de polo, courts de tenis y de paddle, gimnasio y piscina, además de un restaurante en el club house, la casa común del country. Con la creciente inseguridad de la década de los '70, los pocos countries existentes comenzaron a transformarse en residencias principales para las familias deseosas de alejarse de la ciudad-centro. El verdadero despegue de los barrios cerrados data sin embargo solamente de mediados de los años '90, y coincide con la mejora y la extensión de los principales accesos de autopistas a Buenos Aires --particularmente la Panamericana, que da servicio al norte de la aglomeración, tropismo natural de las clases superiores porteñas. Desde entonces el country se multiplicó y democratizó con la aparición del "barrio cerrado". Este también constituye un loteamiento cerrado con acceso controlado y permanentemente vigilado, aunque las áreas verdes y los espacios comunes, así como los gastos compartidos, son mucho más reducidos que en los countries. Esta oferta inmobiliaria, que se desarrolló de manera prioritaria en la proximidad de las autopistas, en un radio de 25 a 70 kilómetros del centro de la ciudad, encontró un vivo éxito entre las capas acomodadas de la población, a menudo parejas jóvenes que buscan un lugar más grande ante el nacimiento de su primer hijo, y que dejan la capital para criar a sus hijos en un ambiente natural. La "calidad de vida" es, en efecto, el argumento principal de los promotores de los barrios cerrados; la seguridad no se halla sino en un segundo lugar, como un factor entre otros de todo un conjunto de prestaciones. Los candidatos a la suburbanización quieren romper con la ciudad centro, considerada como peligrosa, sucia, ruidosa, contaminada, anárquica: los barrios cerrados, por el contrario, proponen un mundo ideal, una suerte de compromiso entre la ciudad y el campo ... que al final parece con fundirse con los suburbios norteamericanos.

    El primer elemento de esta transformación de lo urbano en rural-urbano es una modificación de las formas. En lo que respecta al paisaje al interior de las urbanizaciones cerradas, salta a la vista del visitante que estos barrios adoptan un lenguaje arquitectural y urbanístico que pretende romper con el de la ciudad-centro. El estricto y monótono damero de Buenos Aires es reemplazado por el de las calles curvas, los cul de sac alrededor de lagos artificiales, formas típicas de la arquitectura "pintoresca". La naturaleza, valorizada al...

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