Tendencias Económicas De Largo Plazo - Chile y su desarrollo económico en el Siglo XX - Libros y Revistas - VLEX 330099703

Tendencias Económicas De Largo Plazo

AutorErik Haindl R.
Páginas17-34
17
1. TRANSFORMACIONES
En el siglo que separa el año 1900 del año
2000, Chile experimentó profundas trans-
formaciones físicas, sociales y económicas.
La actividad económica, medida por el Pro-
ducto Interno Bruto, aumentó en alrededor
de 29,9 veces; la población total en 5,1 veces
y el Producto Interno Bruto por persona en
aproximadamente 5,9 veces.
La población rural del país, que superaba
al 57% de la población total1 a principios del
siglo XX, se desplazó, en forma regular y sis-
temática, hacia los grandes centros urbanos.
La población rural disminuyó así a menos
del 14,2% del total hacia el año 2000. Los
tres mayores núcleos urbanos del país2, que
concentraban menos del 20% de la población
total a principios del siglo ya citado, vieron
aumentada su participación a 46% hacia fines
de este siglo.
El crecimiento de estos centros urbanos ha
sido gigantesco. Hacia 1900, Santiago ocupaba
una superficie aproximada de 3.120 hectáreas
con una población inferior a los trescientos
mil habitantes. Para el año 2000, Santiago
cubría una superficie total superior a las 53
mil hectáreas, con una población superior a
5 millones 612 mil habitantes. Ello significa
un crecimiento superior a 18,7 veces en la po-
blación de la capital y alrededor de 17 veces
1 De acuerdo a las cifras censales se considera urbano
a todo poblado con 300 habitantes o más. Alternativamen-
te, si se considera urbano a los poblados con dos mil o más
habitantes, el porcentaje de población rural subiría del 63%
(Hurtado, 1966).
2 Santiago, Valparaíso - Viña del Mar y Concepción.
en su superficie urbana. Hacia principios del
siglo pasado, Santiago vio correr sus primeros
tranvías eléctricos y comenzaron a iluminarse
las primeras casas con luz eléctrica. Se termi-
naron las obras para la conducción de agua
potable a la ciudad desde la quebrada de San
Ramón y no habían transcurrido más de 10
años de la introducción del alumbrado calleje-
ro a gas3. A finales del siglo XX, Santiago ya es
una urbe sofisticada, con un extenso sistema
de transporte urbano en el cual se incluye el
“Metro de Santiago”. Así también la construc-
ción de modernos edificios, oficinas y centros
comerciales, y una cobertura casi total de elec-
tricidad, agua potable y alcantarillado para
su población. Otros grandes centros urbanos
crecieron en forma importante: Valparaíso y
Viña del Mar se unieron con Villa Alemana
y Quilpué, para formar un solo núcleo que
supera actualmente los 764 mil habitantes.
Esto alcanza en más de cuatro veces los 160
mil habitantes que tenían ambas ciudades a
principios del siglo ya pasado. Un fenómeno
parecido experimentó Concepción, que cre-
ció hasta unirse con Talcahuano, formando
un núcleo urbano superior a los 650 mil ha-
bitantes, lo que representa 10,8 veces los 60
mil habitantes que tenían ambas ciudades a
principios del siglo XX.
Hacia el año 1907, alrededor del 38% de
la población económicamente activa traba-
jaba en la agricultura y la pesca y menos del
3% en la minería. Menos del 18% trabajaba
en la industria manufacturera y construcción
3 Gonzalo Vial (1981), pág. 30.
C A P Í TU L O 1
TENDENCIAS ECONÓMICAS DE LARGO PLAZO
CHILE Y SU DESARROLLO ECONÓMICO EN EL SIGLO XX
18
y más del 3% en actividades relacionadas al
transporte y comunicaciones. Los servicios, en
los cuales el más importante era el comercio,
representaban sobre el 38% de la población
económicamente activa4. En el año dos mil, la
agricultura y la pesca representaban alrededor
del 14% de la fuerza de trabajo y la minería
menos del 2%. La industria manufacturera
y la construcción han visto incrementada su
participación a poco menos del 22%. El trans-
porte y las comunicaciones ocupan el 8% y
los servicios alrededor del 54% de la fuerza
de trabajo.
Las cifras anteriores muestran una pro-
funda transformación en la estructura de la
economía del país. Las actividades primarias
como agricultura y pesca disminuyeron su par-
ticipación en la ocupación total a menos de la
mitad. Esto significó un desplazamiento de la
fuerza de trabajo hacia actividades secundarias:
industria y construcción, o terciarias como los
servicios. Por supuesto, este fenómeno de rea-
signación productiva de la fuerza de trabajo,
que deja ocupaciones en la agricultura para
trasladarse a la industria y los servicios, está
íntimamente asociado al aumento del porcen-
taje de población urbana y la consecuente dis-
minución de la población rural del país. Este
movimiento, que ha ocurrido en un lapso de
tiempo relativamente reducido –tal como es
el tiempo de una vida humana– se encuentra
asociado a las grandes migraciones del campo
a la ciudad que ocurrieron en el siglo XX. Por
otra parte, el aumento de la urbanización se
encuentra íntimamente ligado al fenómeno de
la industrialización en Chile.
La transformación en la estructura pro-
ductiva de la economía también se mani-
fiesta en los cambios relativos al aporte que
los diferentes sectores hacen al Producto
Interno Bruto. En 1900, el valor agregado,
generado por la agricultura era alrededor del
18% del PIB5. La agricultura influía en forma
preponderante la vida económica y social del
4 Censo de 1907.
5 Véase Anexo Nº 2.
Chile de principios de siglo6. La minería, por
su parte, generaba alrededor del 7,6% del
PIB, pero aportaba con más del 91,2% de las
divisas generadas por las exportaciones. La
minería del salitre dominaba este sector con
sus numerosas oficinas salitreras ubicadas en
las provincias del norte del país. Toda la vida
económica y social de las provincias nortinas
giraba en torno al salitre y a la minería en
general. El comercio generaba un valor agre-
gado que superaba el 22,6% del PIB. La parte
más significativa del comercio estaba asocia-
da al movimiento del comercio exterior. La
ciudad comercial por excelencia de Chile era
el puerto de Valparaíso, al que algunos histo-
riadores no han dudado en calificar como la
verdadera capital económica del país en aquel
entonces7. La industria manufacturera genera-
ba alrededor del 12,7% del PIB y se encontra-
ba radicada principalmente en Santiago.
En contraste con lo anterior, el valor
agregado generado por la agricultura repre-
sentaba alrededor de un 5,4% del PIB en el
año 2000. Ello significa una reducción de
casi 13 puntos porcentuales en el aporte al
PIB durante este período de cien años. La
minería generaba el 7,0% del PIB en el año
recién mencionado. Esta relativa constancia
esconde profundos cambios en su composi-
ción: el salitre fue destronado de su posición
preeminente, durante la década de los años
30, y fue gradualmente reemplazado por el
cobre. El aporte de la minería a la generación
de divisas a través de las exportaciones ha
6 Ello llevó a un contemporáneo norteamericano que
había vivido a principios de siglo en nuestro país a escribir:
“Chile es esencialmente un país agrícola ... su gente vive fun-
damentalmente de lo que produce su suelo ... sus gobernantes
siempre han sido terratenientes ... su Congreso está compuesto
mayoritariamente por acaudalados dueños de fundos ... su vida
social está dominada por familias cuyo máximo orgullo es la
posesión de su tierra ancestral”. George Mc Cutchen, Chile:
Land and Society, New York, American Geographic Society,
1936, citado por Mamalakis (1976).
7
“Para 1900, Valparaíso era la verdadera capital económica
del país. Allá se hacían los negocios del salitre. Allí estaba la
oficina principal de los grandes bancos. Era una ciudad sim-
pática, comercial y deportiva, de un ambiente en cierto modo
extranjero. Sobre todo británico. Sus tiendas solían estar mejor
surtidas que Santiago”, Gonzalo Vial (1981), pág. 23.

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