Universidad Arcis y el fracaso de la Ley de Administrador Provisional
LIBERTAD Y DESARROLLO
TEMAS PÚBLICOS
www.lyd.org
Nº 1285 - 1
16 de diciembre de 2016
ISSN 0717-1528
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UNIVERSIDAD ARCIS Y EL FRACASO DE LA LEY DE
ADMINISTRADOR PROVISIONAL
Como consecuencia de las marchas y paros protagonizados por el llamado
movimiento estudiantil durante el año 2011, el tema de la educación superior ha
ocupado uno de los principales espacios en la discusión pública del país.
Lamentablemente, esta no ha versado como quisiéramos sobre los espacios de
mejora que existen en nuestro actual sistema de educación superior para efectos
de incrementar la calidad de la educación, la transparencia y el acceso equitativo,
así como la entrega de información relevante a estudiantes y sus familias para la
toma de una buena decisión respecto al ingreso a la educación terciaria. Por el
contrario, y sin reconocer los aspectos positivos con que cuenta nuestro sistema,
se ha puesto el foco en algunos temas instalados por ciertos grupos de interés,
como el cumplimiento efectivo de la prohibición de lucro por parte de las
universidades, la gratuidad como un fin en sí mismo, el mayor co ntrol estatal que
debiera instaurarse, la organización jurídica que toda institución debiese tener y la
preeminencia de lo estatal por sobre los proyectos educativos gestionados por
privados. A ese contexto, hay que añadir además la crisis de confianza que existe
hacia el sistema de educación superior, gatillada principalmente por algunos casos
específicos, como el ocurrido con la Universidad del Mar, cuyo cierre fue
decretado en 2013 debido al gran desorden administrativo y financiero que hacía
La ley de administrador provisional ha sido estrenada en el caso de la Universidad ARCIS y ha
demostrado su inefectividad. Pretender que todas las deficiencias financieras, académicas y
administrativas de una institución se solucionarán por instalar a un funcionario nombrado por
el Gobierno para intervenirla es, al menos, ingenuo.
Situaciones como la de la ARCIS, en que el Estado interviene sin mayores posibilidades de
éxito, termina diluyendo la responsabilidad y lo obligan a solucionar el problema para
estudiantes, académicos y administrativos afectados.
La situación de la ARCIS evidencia la tónica con que han funcionado diversas instituciones en
los últimos tiempos, en el sentido de medir con una vara distinta hechos similares por
encontrarse relacionados o identificados con ciertos sectores políticos determinados.
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