Pro Iure et Aequitate: 115 Años del Curso del Leyes de los Sagrados Corazones de Valparaíso - Núm. 2, Octubre 2009 - Revista de Estudios Ius Novum - Libros y Revistas - VLEX 212318301

Pro Iure et Aequitate: 115 Años del Curso del Leyes de los Sagrados Corazones de Valparaíso

AutorPedro P. Miranda Acevedo
CargoAlumno de Quinto Año y Ayudante de Derecho Eclesiástico y Derecho Canónico, Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Páginas19-43

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I Presentación

A finales de la década de los ochenta del siglo XIX, los reinos y países del viejo continente, se expanden económicamente con una industrialización que incrementa las relaciones comerciales, y al mismo tiempo desencadena en los barrios más pobres marginales condiciones de vida para muchas familias de obreros. El 15 de mayo de 1891, León XIII, promulgaba en San Pedro una encíclica, exhortación orientadora para la Iglesia acerca de las “cosas nuevas” que vivía la sociedad de ese tiempo. Llamó la atención sobre las condiciones en que se hallaban los trabajadores, criticando las egoístas consecuencias del capitalismo y las equivocadas respuestas que proponía el marxismo.1

América, por su parte, respiraba entre gobiernos que llegaban al poder y que seguidamente eran depuestos a causa de guerras civiles que se disputaban el supremo gobierno de las repúblicas, ahora libres.2 Chile, a fines del siglo no fue ajeno a las revoluciones y estados de inestabilidad que vivían algunos países del vecindario sudamericano. En el mismo año en que León XIII daba a la Iglesia universal su encíclica sobre la cuestión social que afectaba a Europa, la Armada Nacional que se manifestaba leal al discurso del Congreso Nacional, se alzó en armas contra el Ejecutivo que se mantenía firme junto a tropas del Ejército en clara confrontación al Parlamento. Derrotadas las tropas presidencialistas en Placilla y Concón, se impone el Congreso Nacional, el Jefe Supremo termina quitándose la vida en la embajada de un vecino país y asume el mando supremo de la nación el almirante Jorge Montt.

Es por estos años, no lejos de aquellos escenarios sangrientos que dividieron al país, en Valparaíso, que un 2 de enero de 1894, un periódico local publicaba un aviso que accedía a los deseos de numerosas familias para fundar en la ciudad puerto un curso completo de leyes, dictado por selectos abogados de la zona, que acogerían en el seno del Colegio de los Sagrados Corazones a jóvenes que abnegaran con su tiempo y pasión el cultivo de la ciencia jurídica.3

Esta es la primera gestión que recogieron las páginas de la historia porteña acerca de la empresa que dio origen al Curso de Leyes de los Sagrados Corazones de Valparaíso y que yaPage 20 con ciento quince años de páginas escritas en los anales de la ciudad y del país, sigue desarrollando su original misión de formar a jóvenes en las tareas propias de los hombres de derecho.

Desde aquel año de 1894, en adelante, el país continuó con su historia, las leyes cambiaron y nuevas instituciones nacieron. El resto del orbe vivió entre nuevas guerras seguidas de la paz, las ciencias alcanzaron adelantos y conocimientos acabados acerca del mismo ser humano, de su entorno y el espacio. Las revoluciones hicieron tañer campañas y sirenas de enemistad en la vida cotidiana y las luchas se acrecentaron y disminuyeron a la vez. El transcurso de la historia es fugaz, inadvertido y poco comprensible para un presente, pero la necesidad que tiene el hombre se regular su comportamiento en relación a otros con los que convive, se presenta como una verdad que se impone por sí misma. Así el derecho, como ciencia propia y encargada de estudiar estas regulaciones, sigue estudiándose y estimándose como la herramienta idónea para prevenir y resolver las diferencias entre los hombres civilizados, a pesar del devenir del tiempo y la historia de los pueblos. En esta tarea, igual como en antaño, las Escuelas de Leyes o de Derecho han sido el centro requerido para abocarse al estudio y a la formación de los profesionales de las normas.

Con ocasión de cumplirse el centésimo décimo quinto aniversario de la fundación del Curso de Leyes de los Sagrados Corazones de Valparaíso, las siguientes páginas pretenden cumplir con la noche tarea de recoger la historia y tradición de una familia centenaria en años de vida, pero joven en la renovación de su íntegro ideal formador.

II Antecedentes históricos del estudio del derecho en Chile, anteriores a la fundación del Curso de Leyes de los Sagrados Corazones de Valparaíso

Durante la etapa indiana en Chile imperaba aquel derecho dado por España para que rigiese en el Nuevo Mundo. Con la independencia, los gobiernos se esmerarán por construir un nuevo orden jurídico, no despreciativo de aquel derecho heredado y que tanto tiempo los había servido y que ya sentían como propio. Así, en el campo de las relaciones privadas siguieron sometidos a las leyes indianas vigentes. Sin embargo, obviamente, no estaban dispuestos a seguir regidos a un derecho público que suponía la existencia del monarca español y toda la estructura de la corona de la cual se habían emancipado.

Los estudios de leyes, en la historia de Chile, los podemos trazar desde los primeros centros de enseñanza del período indiano hasta aquellos que se crearon con posterioridad a la independencia. Lo anterior es importante destacar y tener en cuenta, pues la creación de un curso de leyes fuera de la capital de la nación, constituye un hecho pionero, por cierto no librado de la dificultad.

1. Los estudios de leyes y cánones en la etapa indiana

El derecho, en Chile, se impartió como una rama de estudio ya desde la etapa indiana. Los cánones y leyes fueron disciplinas a las cuales se dedicaron bachilleres, licenciados y doctores de la Real Universidad de San Felipe (1738), sistema universitario imitador del modelo español, pues aquella debía contar entre sus facultades con una que permitiera elPage 21 estudio del derecho, donde se enseñaran los principios del derecho canónico y común en cátedras de prima y vísperas de cánones, leyes, decreto e instituta4.

Además de los estudios universitarios que se impartían en la Real Universidad, existían otras instituciones que en palabras de Lira Montt, seguían el modelo español de estructura de estudios superiores, no siendo éste exclusivo de las universidades, sino que existían centros menores donde los educandos universitarios complementaban sus materias y se preparaban para la obtención de los respectivos grados académicos. Éstos, eran colegios que comúnmente se les denominaba como Colegios Mayores o Colegios Reales5. En Chile, el Colegio de San Carlos o Carolino –llamado también Real Convictorio Carolino- (1768), dependiente de la Real Universidad de San Felipe en lo tocante a la organización de los planes de estudios;6 contó entre sus materias con el estudio de leyes y cánones.

Siguiendo a Lira, el autor comenta que debido a que los programas de estudios de la Universidad Real de San Felipe, al igual como muchas otras de sus similares en Indias, no contemplaban estudios del derecho patrio castellano o derecho Real de Partidas y Recopilaciones de leyes y procedimientos vigentes; existía la necesidad de contar con un espacio académico idóneo para su estudio y práctica. Así, se crea la Real Academia Carolina de Leyes y Práctica Forense (1778), que instruía a los estudiantes de leyes y cánones de la Real Universidad de San Felipe en las materias jurídicas no tratadas en las cátedras de cánones y derecho romano, preparándoles además para el ejercicio de la abogacía desde una perspectiva práctica o forense7 en vista a la adquisición del título de abogado que era otorgado por la Real Audiencia.

2. La enseñanza del derecho en los albores de la República

Fernando VII fue tomado prisionero por Napoleón y el gobierno del reino quedaba sin su legítimo rey. Los criollos, aunque lejanos en geografía a los acontecimientos que convulsionaban a la península y a toda Europa, quisieron sentirse cercanos en preocupación por su rey cautivo, organizando un gobierno local, que el propio pueblo se pudiera dar. El 18 de septiembre de 1810, un cabildo santiaguino dio el vamos a la búsqueda de un gobierno independiente de España, que sólo se alcanzaría ochos años más tarde, después de haberse visto amenazada por la reconquista realista que venció en Rancagua a los patriotas un 1 y 2 de octubre de 1814.

Desde los albores de la República, los estudios de las leyes y de los sagrados cánones se ofrecieron en el Instituto Nacional8, fundado en 1813, estudios de derecho que permitíanPage 22 obtener los grados académicos que seguirían otorgándose por la Real Universidad de San Felipe hasta su definitiva extinción en 1839.

El funcionamiento del Instituto Nacional es interrumpido por la reconquista. En 1819, ya con un gobierno soberano e independiente, aquel Instituto reinicia su labor...

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