Apendice 3: Muhyiddin Ibn' Arabi de Murcia. - Núm. 40, Marzo 2007 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56387726

Apendice 3: Muhyiddin Ibn' Arabi de Murcia.

Cargo1165-1240 - Textos

En: Pablo Beneito, La Taberna de las Luces: Antología de la poesía sufí de al-Andalus y el Magreb (del siglo XII al siglo XX)", Murcia: 2004. Editora regional, Colección Ibn ' Arabi. Pp. 6-45.

I

Compañero De La Noche

¡Tú que la estrella sin cesar contemplas! Durante el día, ¡sé mi compañero! ¡Oh tú que el rayo en la vigilia velas! ¡Sé, pues, mi compañero de la noche!

El Rayo Oriental

1 En el levante el rayo ha contemplado y así quedó prendado del oriente, más si hubiera brillado en el poniente, a occidente se habría encaminado.

  1. De tierras no depende o paradores:

    3 mi amor se debe al rayo y sus fulgores.

    III

    Llegado a Su Presencia

  2. Quienquiera que aspirase a unirse con Mi ser a lo imposible aspira.

  3. Con ardiente deseo de verlo atravesé los páramos desiertos.

  4. Llegado a Su Presencia tan sólo a mi me hallé, quedando más confuso.

  5. -Señor mío, clamé -Heme aquí, siervo Mio, al punto respondió.

  6. Le dije: No he hallado sino perplejidad; vagando, errante sigo.

    IV

    Pleamar

  7. Cuando el secreto se mostró en mi entraña se extinguió mi existencia mi estrella se ocultó;

  8. por el misterio del Señor mudóse el corazón; del cuerpo todo rastro de sentido perdí, quedando ausente;

  9. y vine desde Él, por Él y a Él, a bordo de la nave de mi resolución,

  10. en cuyo mástil desplegué las velas de interna reflexión, en alta mar de mi saber velado;

  11. y al soplo de los vientos de mi anhelo; como una flecha el mar atravesó

  12. y el mar de la proximidad crucé, hasta que vi de modo manifiesto a Quien aquí no nombro.

  13. Clamé entonces diciendo: ¡Ay Tú, a quien mi corazón contempla! ¡Haz que en las suertes saque una flecha que gane Vuestro amor!

  14. ¡Tú eres mi solaz y mi festejo, mi meta en la pasión y mi triunfo!

    V

    Versos Aislados (Mafarid)

  15. Los signos de tu existencia, no por tu contemplación a ti se te han de mostrar sino en tu aniquilación.

  16. Si bien la luz otorga resplandores no brinda Vuestra Luz la claridad, tan sólo oscuridad, tinieblas brinda.

  17. Convierte las diversas entidades en una única entidad y esencia: El verdadero Ser de lo Real reside en esta negación del número.

  18. Como reluce el adorno sobre tela de brocado luces brillando destellan en el amigo allegado.

  19. Con el alma mía yo me desposé, y era mi marido siendo mi mujer.

  20. Al separar dolores y deleites, la Esencia de divina Realidad el ayuno distingue de mi esencia.

  21. Si por el ser no fuera de Aliento incomparable, mostrado no se hubiera al mundo asemejable.

  22. ¡Por la verdad de la pasión proclamo que el deseo es la causa del deseo! Si el corazón no lo llevara dentro, no sería el deseo así adorado.

    VI

    La Certeza

    Aceite y lámpara si bien se aprecia son en sí la evidencia de la certeza.

    Vil

    El Pudor

  23. Pues de Su puerta es el pudor la llave, mi conciencia profunda, mi secreto, revela de su acceso la abertura.

  24. Si abrirla logras y el umbral alcanzas, ves una luz que brilla iluminando un rostro hermoso en resplandor bañado.

  25. Si en la nocturna oscuridad tus ojos lo observaran, dirían por su forma que es un amanecer y es una lámpara.

    VIII

    Sobre Los Bellísimos Nombres Divinos y Los Nombres de Sus Nombres

  26. Los nombres de Sus más hermosos Nombres que externamente son manifestados, si son considerados uno a uno son múltiples, diversos, singulares:

  27. mas Sus Nombres bellísimos, guardados de los entendimientos, de la razón ocultos, nombran sólo la realidad del Uno en cuanto Esencia.

  28. Sus más hermosos Nombres perdurables para nosotros son, aunque se ignoren, innumerable cifra;

  29. mas no se manifiestan ni aparecen, pues son en si tan sólo relaciones; ¿cómo entonces podría considerados yo mi fundamento?

  30. Olvidase la gente en su descuido de cuanto en ellos les he recordado: de los caminos de la realización tomaron una senda que desvía.

  31. Ni de ellos priva, ni les da existencia, pues privación y haber se dan sólo en ámbito de paz o de discordia.

  32. Saber quisiera, cuando el tiempo pasa por ellos, si por siempre el universo subsiste con eterna permanencia;

  33. y cómo así perdura sin que haya un ciclo mesurable, siendo el tiempo conocido por fases y periodos.

  34. Cuando por él Le llamas, el nombre "Tiempo" no designa en vano a Dios, el Omnisciente, sino en virtud de Aquel que duración le otorga.

    IX

    Si a la Luna ...

  35. Si a la luna, en cualquiera de sus fases, la desaparición en todos los sentidos corresponde, la permanencia de la irradiación le corresponde al sol.

  36. El rostro hermoso en todo su esplendor su encuentro y afabilidad nos brinda:

  37. Su encanto resguardamos de los ojos como protege al árbol la corteza.

  38. Hicimos descender el cielo a la existencia; y en él a la Nube primordial y el Trono que todo lo acompasa.

  39. A Él adelantarse a recibirnos o retirarse toca; la propiedad del resplandor es Suya y es Suyo el atributo de la altura.

  40. Cuando baja y se acerca, holgada es la reunión de Su presencia; si acaso nos eleva, la alabanza a nosotros corresponde.

  41. Él...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR