Asociación espacial entre fragmentación socioecónomica y ambiental en la ciudad de Mar del Plata, Argentina. - Vol. 38 Núm. 113, Enero 2012 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 635197773

Asociación espacial entre fragmentación socioecónomica y ambiental en la ciudad de Mar del Plata, Argentina.

AutorCelemín, Juan P.

RESUMEN | ¿Existe relación entre el nivel socioeconómico de las personas y la calidad ambiental del entorno en que viven? Para responder a tal interrogante se recurrió a la autocorrelación espacial, de manera de asociar un índice socioeconómico con otro de calidad ambiental a los radios censales que conforman la localidad de Mar del Plata (Argentina), lo que permitió obtener una respuesta positiva a la pregunta. Es decir, aquellos que poseen recursos económicos tienen la capacidad de agenciarse un ambiente sano en el cual desarrollarse. La integración de las variables de ambos índices posibilitó realizar otro análisis de tipo cluster, que registró una configuración espacial similar a la obtenida con la autocorrelación espacial. Así quedó plasmada la necesidad de mejorar las condiciones ambientales en las que se encuentran los sectores menos favorecidos, dado que, además del contexto económico, un ambiente sano es uno de los factores necesarios para una buena calidad de vida.

PALABRAS CLAVE | fragmentación urbana, segregación, calidad de vida, calidad ambiental, indicadores ambientales.

ABSTRACT | Is there a relationship between peoples' socioeconomic level and the quality of the environment in which they live? To answer this question, spatial autocorrelation was used to associate a social and economic index with an environmental one, using the census tracts of Mar del Plata (Argentina). This demonstrated a positive answer to the question, i.e. those who possess economic resources have the capacity to live in a healthy environment. The integration of the variables of these two indices in a cluster analysis showed a spatial configuration similar to that obtained with the spatial autocorrelation. This reflected the need to improve environmental conditions in those less favored sectors as, in addition to the economic context, a healthy environment is one of the factors necessary for good quality of life.

KEY WORDS | urban fragmentation, segregation, quality of life, environmental quality, environmental indicators.

Introducción

La globalización se caracteriza por la excesiva concentración de los medios de producción y comercialización, así como de los medios financieros y de servicios en el plano mundial y nacional en un contexto de apertura indiscriminada de los mercados. La mundialización económica promueve la integración a la vez que la exclusión cercena la soberanía nacional y aumenta la autonomía del mercado. Este proceso se impone al mundo no solo a través de la internacionalización de la economía, sino también de la cultura y del consumo, entre otros aspectos, un proceso cuya finalidad es la homogeneización de la sociedad y del territorio. Ello ocurre, sin embargo, a costa de una gran cantidad de fracturas, por lo que se considera que este modelo va acompañado de otro, denominado fragmentación (Uribe Ortega, 1998).

Este esquema global, además de cambiar el tejido económico y social y el medioambiente de las grandes áreas urbanas, también reforma su estructura espacial (Sachs-Jeantet, 1994, p. 7). Consecuentemente, su marca queda registrada en la territorialidad de las ciudades al acentuar sus disparidades internas, ya que algunos sectores se ven favorecidos por ese proceso de internacionalización de la economía, mientras que otros, la mayoría, quedan marginalizados.

La supuesta modernización es la fuerza motriz que anima la vida de relaciones de países y lugares, merced a la incorporación diferencial y selectiva, por parte de cada territorio, de los datos centrales de cada período histórico. Así, a cada totalidad le corresponde una modernidad respectiva, provista de nuevos significados, contenidos, jerarquías y valores. De este modo, la modernización no es lineal ni unívoca. Una etapa no sucede mecánicamente a la otra, ni una es el producto inequívoco de la anterior. No existen situaciones geográficas que puedan ser explicadas únicamente mediante una referencia a su pasado. En efecto, la naturaleza central del problema no reside en áreas modernizadas diferencialmente, sino, por el contrario, en la coexistencia espacio-temporal de diversas modernidades, esto es, diversas formas de modernización, articuladas entre sí por y en el proceso de totalización. Cada modernidad es una totalidad concreta, una forma de ser del mundo, con sus posibilidades y sus limitaciones, que se objetiva, se funcionaliza y se plasma en uno o más puntos del espacio. El proceso de modernización, comandado a cada momento de la historia y en cada lugar por las clases dominantes --capitales hegemónicos, el propio Estado--, lejos de suprimir las desigualdades preexistentes, las exacerba. Y así, durante el devenir espaciotemporal de los fenómenos sociales, engendra nuevos mecanismos de diferenciación y fragmentación de la sociedad y el territorio, merced a la funcionalización de nuevos sistemas, objetos, acciones y normas. En este contexto, la calidad de vida es tributaria de ese proceso de modernización, pues deviene medio y resultado de las nuevas racionalidades y usos del territorio (Gómez Lende, 2005, p. 243).

El estudio de la fragmentación urbana no ha dejado de provocar desacuerdos, tanto en la definición y límites del término, como en sus métodos y técnicas de medición (González Arellano, 2006). Esto se debe a que su análisis no es propiedad exclusiva de una disciplina específica, de manera que cada una la entiende y examina de acuerdo con sus lenguajes y metodologías A su vez, la mayoría de los conceptos asociados a la temática (vulnerabilidad social y segregación, por nombrar algunos) también son multidimensionales, están en permanente discusión y su delimitación continúa abierta. No obstante, se reconoce que la fragmentación repercute en la configuración urbana, y en particular en la de las ciudades de América Latina, según las modalidades que adquiere el impacto del capitalismo internacional en las diferentes culturas de los países dependientes de la región.

La diferenciación espacial ha existido siempre; sin embargo, en la actualidad se observa con mayor nitidez y amplitud en los espacios de ciudades en desarrollo. Particularmente se presenta una clara distinción entre los que tienen mucho y los que no tienen; es decir, se exhibe un espacio más fragmentado y segregado. En este marco, Alvarado Rosas, Medrano & Lozano (2008) y Janoschka (2002) mencionan que existe una gran fragmentación de los usos del suelo como nuevas formas de la expresión espacial de las ciudades de América Latina a finales del siglo veinte y principios del veintiuno. Asimismo, es común que el suelo público se vea cada vez más afectado por el fenómeno de la privatización, proceso que ha trascendido varios espacios de la economía de las ciudades. Ello es especialmente notorio en las áreas donde se han promovido fuertemente las inversiones inmobiliarias, enfocadas a los fraccionamientos cerrados de alto nivel, que prácticamente construyen pequeñas ciudades dentro de otra gran ciudad. A la vez crecen los espacios de pobreza, zonas marginadas destinadas a la población de bajos ingresos, que se encuentran aislados por grupos de población de nivel socioeconómico mayor. Esta característica también es mencionada en los trabajos de Meyer y Bähr (2001) y De Mattos e Hidalgo (2007).

Por su parte, Sabatini, Cáceres y Cerda (2001) discuten teóricamente la relación entre desigualdad social y segregación espacial, rechazando el enfoque usual que ve la segunda como un mero reflejo en el espacio de la primera, mientras que Borsdorf (2003) sostiene la necesidad de recurrir a nuevos modelos para el análisis urbano, que deben ser generalizaciones de la realidad fragmentada de la ciudad latinoamericana actual.

La gran mayoría de los trabajos que analizan la fragmentación lo hacen, como es de esperar, desde una perspectiva socioeconómica y aplicando técnicas estadísticas tradicionales (correlación entre variables, por ejemplo). Consiguientemente, son escasas las publicaciones que contemplan el uso explícito de procedimientos de análisis espacial para el estudio de la segregación urbana y también son pocas las producciones que vinculan el ambiente urbano como un elemento más que puede ser considerado al momento de estudiar la fragmentación. Entre las primeras se puede mencionar los recientes trabajos de Linares (2008, 2010) sobre ciudades intermedias argentinas; a Groisman y Suárez (2006) con el estudio de la segregación residencial en Buenos Aires; Kaztman y...

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