La ausencia. - Núm. 32, Marzo 2005 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56739106

La ausencia.

AutorCastellano Gir
CargoPoema

LA AUSENCIA Pero también la ausencia es un milagro, un claro Milagro engendrado en lo más hondo de las vísceras Magulladas como pista de carreras De pingos tan infatigables como exhaustos. En la ausencia nos comemos la comida bien caliente Y sorbemos gota a gota el néctar Que se preparó hace tantos años, cuando a su vez Cada uno era ausente y desconocido del otro. Es la perfecta ausencia la que forjó nuestros rostros Que se miran viendo el hueco fosforescente Dejado por los cuerpos que éramos En los cuerpos que somos, en sus auras danzantes Y en el polígono de tiro donde nuestras palabras rebotan Como balas disparadas por un ciego, arrasando Con la ternura y el silencio, y con los objetos innumerables Que lentamente formaron una pirámide en torno de nosotros. Cómo no estar ausentes en medio de esa montaña rupestre Y cómo no buscar las huellas de los pasos perdidos Tropezando a cada paso en ruinas, zapatos, cintas, platos sucios Incluso las hernias que antes tenía, se me devuelven en la ausencia Y crecen en mi rostro como pámpanos. También mi ausencia son los chinches Que me picaron en la noche austral Donde llegaba como un sueño a ti Despejada y ausente y por ello mismo, más cercana Que cuando hablamos frente a frente sin poder entender Una palabra sola del discurso mutuo, porque cada uno habla Para si mismo, y se responde hacia dentro, sumiendo las palabras Como si fueran sollozos o espinas de pescado. Ah qué bello sería si la ausencia Se trocara por una vez en presencia Por ejemplo si yo llegara y me fuera a la vez, y si el que llegara Fuera el otro, el ausente, el mejor, el bueno: En un solo milagro podríamos identificar A los vivos y los muertos que llevamos en nosotros Y los pedacitos de alma buena Y los otros pedacitos también, si, los otros Los que nos oscurecen como un enigma resuelto Por un Edipo despistado del todo pero también claro, transparente: El rostro de los que fuimos. Este es un poema escrito para ambos, y puede servir Para algo o para nada, porque los poemas no sirven Si no traen una mirada nueva que despierte a la vieja O si no abren la puerta que nosotros mismos cerramos O tal vez, nada, después de recibir nuestro luto y dolor Y hacer de eso una semilla, acaso ahí esté todo Y el ausente sea presente y viceversa Como cuando cambiábamos Instantáneamente la lágrima en sonrisa Y entonces éramos otra vez nosotros. Dia de San Valentin, 2004 HERNÁN CASTELLANO GIRÓN nació en Coquimbo, Chile, en 1937. Estudió Química y Farmacia...

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