Las ausencias. - Núm. 34, Marzo 2005 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56738930

Las ausencias.

AutorAhumada, Ernesto
CargoPoema

LAS AUSENCIAS No hay canto en la adivinación de los gramáticos Que duermen en las cascadas, No hay canto en la proliferación de libélulas, No hay canto en el alumbramiento de los sietemesinos Llagados por la fiebre colérica, No hay canto, No hay aire ni habitaciones Donde aplacar la furia convirtiéndose en amante, Es el sello que nos marca, aturdiéndonos, Dándonos el presentimiento de lo pasajero: Las atroces llamadas telefónicas Y la indiferencia de los automovilistas enajenados, Sedientos cerdos mordiendo El agua de las alcantarillas, Cogiendo las uñas azules, Porque si hay algo cierto en esta vida Es que no hay canto en las actuaciones milenarias, No hay canto en los municipios de los abecedarios Ni en los dedos que cubren de abandono la piel de los dioses, No hay canto en las agujas de la complacencia, No hay canto, recuerda, no hay canto Ni silencio que imante las lágrimas y libere las ansias de la palabra, Pero eso no es importante. Lo primordial Es que yo he vivido con el olor de las moscas, Tocando en el vacío nocturno las hélices de los frutos. He ahí el perfume que inició el diluvio. He ahí el fuego que abrió las compuertas de la muerte Cuando el canto se doblegó junto a la mujer mental. He ahí el canto que se sirvió en tazas de té, Al cual conocimos en la lengua del vino. He ahí el balbuceo que fue sonata de primavera Cuando comenzamos A descubrir las preguntas perdidas en el túnel: Dónde he dejado mi espalda saturada de predicciones, Mi oído y la sombra de los ríos atravesando raudamente Mientras los números de la aurora Atisban las maquinas del futuro Y los aldeanos piensan en la estrella de la mañana. Lo importante es descubrir los enigmas del oráculo: Dónde he dejado mi voz y el parquet de los resplandores Qué será de los seres blanqueados que actúan como heraldos del túnel, Qué será de su inocencia, qué será del precipicio Que contiene el aliento de los vigías del movimiento Que ordenan la conspiración de la belleza. He de viajar y encontraré los objetos tragados por el huracán. Retornaré al hogar, aunque sea con piratas, Aunque sea con los enfermos, Aunque sea con tus ojos pintados al alba Porque no hay canto ni túnel Que valga olvidarse del despertar. Es que el nacimiento es uno, consuélame, Dime cuando caeré, Es que las plumas de los pájaros Ensordecen las casas magnéticas, Es que todas las noches veo Como un jardinero penetra en mi mente, Es que el vacío es el artífice de la caída, El vigía de un barca...

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