Buenas prácticas - Núm. 165, Marzo 2017 - Serie Informe Social - Libros y Revistas - VLEX 671706821

Buenas prácticas

AutorPaulina Henoch I. - Yasmin Zaror A. - Emilio Lincopi M.
CargoIngeniero comercial, con mención en Economía y Magíster en Economía Aplicada de la Universidad de Chile. - Cientista político de la Universidad del Desarrollo. - Estudiante de ingeniería comercial con mención en Economía de la Universidad de Chile.
Páginas19-21
Libertad y Desarrollo
19
3. BUENAS PRÁCTICAS
n la siguiente sección son detalladas una serie de
buenas prácticas que debieran ser recogidas cuando
se diseña una política para niños que han sido
vulnerados y requieren de una intervención adecuada.
Si bien pueden existir otras prácticas que han funcionado
en otros países, las que se muestran a continuación tienen
como n evidenciar que se puede seguir mejorando la
intervención.
E
Con respecto a la proteccin, Gilbert et al. (2011) diferencia
los sistemas de protección de la infancia entre los que
tienen una orientación hacia el niño o los que tienen una
orientación hacia la familia. En un enfoque orientado hacia la
familia, el concepto abuso infantil se asocia a un conflicto
familiar, con lo que el tipo de solución cambia e intenta
dar respuesta a necesidades familiares. Segn, Gilbert et
al. (2011) la tendencia mundial es la intervencin familiar.
Existe evidencia de programas que buscan la preservación
de la familia y son provistos mayormente en el hogar, por lo
que tienen una mayor probabilidad de xito (Berry (1992) y
Fraser et al. (1997)).
El Consejo Nacional de la Infan cia (2016) seala que diversos
países como Canadá, Nueva Zelandia e Inglaterra tienden a
tener una intervención en conjunto con la familia. Primero
se reúnen con ella y se generan acuerdos sobre qué pasos
se deberían tomar acerca de la situación del niño. A partir de
estas reuniones, se determina un plan de intervención para
el nio, con la familia. Youth (2015) muestra que un enfoque
familiar es la mejor forma de tratar a los niños afectados. A
pesar que los jueces de familia y los programas en el área
3.1 Protección
de protección tomarían en cuenta el contexto familiar del
afectado, el enfoque chileno del área de protección está
en los niños, es decir, la subvención que se entrega y los
programas son generalmente por niño, no para la familia.
También se observa que existe una tendencia general a
que los centros residenciales sean de menor tamaño y que
se asimile de mejor forma a un hogar. Si bien el SENAME
promueve que residan como máximo 20 niños por hogar,
este estándar no siempre se cumple. Incluso se propone
avanzar a desinternar a los niños, especialmente a los
menores de 8 años, a través del programa de las familias
de acogida o la reunicacin familiar (de Iruarrizaga (2015)).
A su vez, se observa que el uso de indicadores, llevar a
cabo un seguimiento de cada niño resulta muy importante
para realizar una intervención efectiva y disminuir las
vulneraciones. Fluke y Wulczyn (2010) entregan algunas
directrices sobre lo que se debiera hacer para integrar
los mecanismos de monitoreo y evaluación. Para ello es
necesario contar con un buen sistema de información.
Unicef (2012) documenta la experiencia de lograr un sistema
integrado estándar de protección al menor entre países.
Un esfuerzo de tal envergadura tiene notables ventajas en
términos del seguimiento de la efectividad del tratamiento
y los niños34. Si bien el SENAME cuenta con un sistema de
información conocido como SENAINFO, en la práctica es
usado para que los organismos colaboradores reciban la
subvención por niño. Con ello faltaría un mayor incentivo
para incorporar información complementaria que permita
enriquecer la intervención35.
Nueva Zelandia es un ejemplo en el uso de indicadores, Ministry of Social
Development (2015).
34
Segn el Balance de Gestin Integral, SENAME (2015b), en cuanto a los
resultados a la gestin interna en la pgina 27 dice: Al analizar las dimensiones
y focos en los cuales se concentró el levantamiento de observaciones graves,
casi 48% de los dcit o dicultades, tanto para centros de administracin
directa como programas de colaboradores, se concentran en dimensiones
del ámbito de intervención psicosocial, a nivel de registro, actualización y
coherencia de los eventos de intervención registrados en la base institucional
de usuarios (SENAINFO) y el Plan de Intervencin Individual de cada joven, lo
cual debe ser motivo de vigilancia o consideración para la asesoría por parte
de las unidades regionales”.
35

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