Cárceles privadas: La superación del debate costo-beneficio - Núm. 15, Julio 2013 - Política Criminal - Libros y Revistas - VLEX 468180886

Cárceles privadas: La superación del debate costo-beneficio

AutorIsabel Arriagada
CargoLicenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales. Investigadora del Centro de Estudios de la Justicia, Universidad de Chile
Páginas210-248
ARRIAGADA, Isabel. “Cárceles privadas: La superación del debate
costo-beneficio.”
Polít. crim. Vol. 8, Nº 15 (Julio 2013), Art. 6, pp. 210 - 248.
[http://www.politicacriminal.cl/Vol_08/n_15/Vol8N15A6.pdf]
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Cárceles privadas: La superación del debate costo-beneficio. *
Isabel Arriagada Gajewski
Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales.
Investigadora del Centro de Estudios de la Justicia.
Universidad de Chile.
isabelarriagada@gmail.com.
Resumen
El artículo analiza la política pública de privatización carcelaria, atendiendo al debate sobre
los valores institucionales comprometidos y los resultados empíricos obtenidos luego de su
implementación. Se abordan los casos de Chile y Estados Unidos, ambos países en que se
ha implementado políticas económicas de corte neoliberal asociadas a políticas de
expansión penal. A nivel de valores, se sugiere que la privatización carcelaria promueve
una alianza comercial contaminada, genera un profundo conflicto de legitimidad y ampara
una noción de bien común insostenible. A nivel de resultados, se constata que la
privatización de la gestión carcelaria, en cualquiera de sus variantes, ha incumplido con la
promesa de aliviar los presupuestos fiscales en materia penal y entregar condiciones dignas
de encarcelamiento a la población reclusa. Sin razones empíricas para sustentar su
implementación, el artículo concluye apuntando la necesidad de volver hacia un debate
ideológico sobre los valores comprometidos con esta manifestación de la penalidad
neoliberal.
Palabras clave
Prisiones privadas, gestión penitenciaria, penalidad neoliberal, cárceles concesionadas.
Abstract
This paper analyses prison privatization policies, in particular the empirical results of such
policies and the debate surrounding institutional values. The article tackles the cases of
Chile and the United States, both countries in which neoliberal economic policies are linked
with the expansion of tough criminal policies. With regards to values, the analysis suggests
that prison privatization promotes a tainted commercial alliance between the State and
private sector, generates a deep conflict of legitimacy and fosters an unsustainable concept
of the common good. In terms of results, prison privatization, in all of its forms, has failed
to fulfill the promise of relieving States’ budgets and providing decent incarceration
conditions. Without empirical reasons to sustain prison privatization, the article concludes
by highlighting the need of an ideological debate of the values implicated in this
manifestation of neoliberal penality.
ARRIAGADA, Isabel. “Cárceles privadas: La superación del debate
costo-beneficio.”
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Key words
Private prisons, penitentiary management, neoliberal penality, prison concessions.
Cuestiones preliminares
Desde los años ochenta en adelante, el terreno de la ejecución penitenciaria ha sido
reconfigurado luego de la admisión del sector privado en el aparato carcelario. Pese a que la
participación de privados en el sistema penitenciario tiene antecedentes históricos previos,
ellos no se corresponden con la morfología actual del panorama de la privatización.1
Aquello, porque el surgimiento de la prisión privada, tal cual hoy se la conoce, se inserta en
un contexto político y económico neoliberal sin precedentes, motor de la carrera penal que
se ha venido desplegando desde fines del siglo XX en Estados Unidos y que ha sido imitada
por numerosos países del orbe, entre ellos, Chile.
En particular, el surgimiento de las cárceles privadas en Estados Unidos se desarrolla en el
contexto político neoliberal de la era Reagan, cuyo programa adhirió a la tendencia de
privatizar los servicios tradicionalmente proveídos por el sector público, propiciando así la
decisión de liberalizar la gestión carcelaria.2 Como en toda experiencia privatizadora,
existió la expectativa estatal de contar con un socio capaz de entregar un servicio de igual o
mejor calidad que aquel proveído por el Estado, a costos sustancialmente menores.
Idealmente, la rentabilidad vendría dada por una reducción de costos no asentada en la
* Para la elaboración de este artículo conté con la valiosa guía de los pr ofesores Jonatan Valenzuela y
Gonzalo Medina y recibí significativos com entarios de Hernán Adasme, Guillermo Silva y la profesora
María In és Horvitz. As imismo, quisiera agradecer a Ana Fox-Hodd es y a Lore Hepner por la revisión de la
traducción de los textos en ingl és. Por último, agrade zco a los árbitros anónimos de Política Criminal por sus
lúcidas sugerencias. Desde luego, las opiniones que en el artículo s e exp resan y todo error fáctico o de
interpretación son de mi exclusiva respons abilidad.
1 DOLOVIC H, Sharon, “State punishment and private prisons”, D uke Law Journal Vol. 55, nº 3 (2005), pp.
437-546, pp. 450-451. WACQUA NT, Loïc, Castigar a los po bres: El gobierno neoliberal de la inseguridad
social, Trad. POLO, Margarita. Barcelona: Gedisa, 201 0, p.247. RUI Z-JÁRABO, Dámaso, “Prisiones
privadas”, Jue ces para la democracia. Información y Debate nº 8 (1989), 40-46 pp., p. 42. WHITE, Ahmed,
“Rule of law and the limits of sovere ignty: the private prison in jurisprudential perspective”, The American
Criminal Law Review Vol. 38, nº 1 (2001), pp. 111-146, pp. 129-130.
2 La primer a experiencia de priv atización provendría del contrato celebrado p or el United States Immigration
and Naturaliza tion Service (INS) para detener inm igrantes ilega les con audiencias de deportación pen dientes
a fines d e los setenta. S in embargo , el notorio as censo de la privatización de las prisiones aparece cuando la
primera entidad privada, Corrections Corpora tion o f Ame rica ( CCA), f undada en Nashville en 1983, se
adjudicara ex tensos contratos co n los estados de Texas y Tennessee. McDONALD, Douglas, “Public
Imprisonment by private means: The re-emergence of private prisons and jails in the Un ited Sta ted, the
United Kingd om and Austr alia”, Br itish Jour nal of Criminology Vol. 34 n º 29. Número especial (1994), pp.
29-48, p. 30. En todo caso, cuál fuera la primera cárcel priva da propiamente tal es una cuestión a la que se han
dado distintas respuestas. Así po r ejemplo, hay quienes consideran s er el W eaversville Intensive Treatment
Unit, fundado en 1976 en Pennsylvania. AMAN, Alfred, “Privatizatio n, pri sons, d emocracy, and human
rights: The n eed to extend the province of administra tive law”, Indiana Journal of G lobal Studies Vol. 1 2, nº
32 (2005), Legal Studies Research Paper S eries, pp. 511-550, p. 528. DANA, Joel, A Guide to Prison
Privatization, Washington: Heritage Foundation Backgrounder, 1988. Disponible en
http://www.heritage.org/research/reports/1988/05/bg650-a-guide-to-prison-privatization [Visitado por última
vez el 12 de noviembr e de 2012], pp. 4-5.
Polít. crim. Vol. 8, Nº 15 (Julio 2013), Art. 6, pp. 210 - 248.
[http://www.politicacriminal.cl/Vol_08/n_15/Vol8N15A6.pdf]
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disminución de la calidad del servicio, sino que en la flexibilidad y creatividad del sector
privado en la gestión de la industria carcelaria,3 desplegadas en un mercado competitivo.4
Según Sharon Dolovich, la consigna fue la siguiente: “Si contratistas privados pueden
hacerse cargo por menos dinero que el Estado sin una caída en la calidad, entonces el
Estado debería estar dispuesto a privatizar.” (cursivas en el original).5 Se suma a ello,
como describe Erick Schlosser, que en los ochenta las agencias estatales estadounidenses se
veían como organismos inherentemente inútiles e ineficientes, frente a las cuales el sector
privado, mediante contratos competitivos, podría construir cárceles más rápido y a menores
costos, eludiendo las dilaciones burocráticas y proveyendo un servicio de mejor calidad a
costos sustancialmente menores.6 El comentario de Martha Minow resulta ilustrativo:
“Dada la decepción frente a las fallas en el sistema público, tiene sentido dar a otros la
oportunidad de hacerse cargo”.7
A pesar de la diversidad de fórmulas de entrada del sector privado en la gestión
penitenciaria, estos argumentos configuran el núcleo de toda decisión pro-privatización.
Tanto en el modelo de leasing –en virtud del cual las empresas privadas, con capitales
propios o aportados, diseñan, construyen e implementan el recinto penitenciario para luego
traspasarlo al Estado cuando éste haya pagado por dichas prestaciones en el plazo
convenido–; como en el modelo de privatización –que delega absolutamente la actividad
penitenciaria en el sector privado, encargándose el Estado de su fiscalización–; como el
modelo mixto –que delega algunas actividades al sector privado, encargándose el Estado de
cumplir las funciones de seguridad y vigilancia de los reclusos al interior del
establecimiento–, ha tenido lugar esta misma visión de la gestión privada.
Con este trabajo propongo demostrar que este recurso al sector privado presenta, al menos,
dos problemas. El primero es que la argumentación sobre la base de la eficiencia se
desenvuelve en un campo de juego empresarial, aparentemente neutro y que hace un
enfrentamiento gerencial de los costos y beneficios originados por el aparato penal.8 Al
modelo de gestión o management le son ajenos los argumentos que apelan a valores,
adhiriendo a una filosofía consecuencialista que interpreta las acciones de acuerdo al
3 En este sentido, MINOW, Martha, “Publ ic and Private Partnerships: Accounting for the New Religion”.
Harvard Law Review Vol. 116, Nº 1229 (2003), pp. 1229-1270, p. 1245.
4 PRATT, Travis C., MAAHS, J eff, “Are Private Prisons More Cost-Effective Than Public Prisons? A Meta-
Analysis of Evaluation Research”, Crime and delinquency, Vol. 45 nº 3. 1999, pp. 358-371. p. 360.
5 Traducción personal. Texto original en ingl és: “[I]f private contractors can run the prisons for less mon ey
than the state witho ut a drop in quality, th en states should be willing to privatize”. DOLOVICH, “State
punishment”, cit. nota n º 1, p. 438.
6 SCHLOSSER, Eri c, “The Prison-Industrial Comp lex”, [En línea] The Atlantic Monthly, 1998 . Disponible en
web http://www .theatlantic.com/magazine/archive/1998/12/ the-prison-industrial-complex/4669 [Visi tado por
última vez el 12 de nov iembre de 2012].
7 Traducción personal. Texto origina l en ing lés: “Given disappointment with failures in public systems,
allowing others to ta ke a turn makes sense” . MINOW, “Public and Private”, cit. n ota nº 3, p. 1242.
8 El surgimiento de la cultura del managemen t en el sector pe nal se encuentra descrita profusamente en la obra
de David Garl and. GARLAND, David, La cultura del control. Crimen y orden social en la sociedad
contemporánea. Trad. SOZZO, Máximo. Barcelona: Gedisa, 2005.

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