Vivir en Campamentos: ¿Camino hacia la vivienda formal o estrategia de localizacion para enfrentar la vulnerabilidad? - Vol. 36 Núm. 109, Diciembre 2010 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 239794146

Vivir en Campamentos: ¿Camino hacia la vivienda formal o estrategia de localizacion para enfrentar la vulnerabilidad?

AutorBrain Valenzuela, Isabel

RESUMEN | Con base en una encuesta comparativa a asentamientos irregulares y conjuntos de "vivienda social" de la Región Metropolitana de Santiago, caracterizamos la decisión de vivir en estos "campamentos" como orientada a combinar dos objetivos generalmente excluyentes: mejorar la localización dentro de la ciudad y acceder a una vivienda formal en propiedad. El que los campamentos se sigan recreando a pesar de la masiva producción de unidades subsidiarias por el Estado, y el que la mayoría de sus residentes no estén bajo la línea de la pobreza, avalan esta conclusión. Los campamentos no calzan con la idea común de estar formados por grupos de hogares pobres que han ocupado ilegalmente un suelo como única alternativa residencial y como forma de acceder a la "casa propia". Esta realidad, insospechada para muchos, representa un desafío a las actuales políticas habitacionales que tienden a aglomerar la vivienda social en la periferia urbana y a formar vastos distritos urbanos socialmente homogéneos o segregados donde está anidando el fenómeno del gueto.

PALABRAS CLAVE | Campamentos, localización, política habitacional, segregación.

ABSTRACT | Based on a comparative survey of shanty towns and "social housing" complexes in the Metropolitan Region of Santiago, we characterize the decision to live in campamentos (shanty towns) as combining two, usually mutual]y exclusive, goals: an improvement in location within the city, and access to more formal housing. The fact that campamentos persist in spite of the massive production of state-subsidized dwellings, and that most of their residents are above the poverty line, support this contention. Campamentos do not fit the common idea of groups of poor households who have occupied land illegally as the only residential alternative and as the means of securing ownership of a formal "social housing" unit. This situation, unexpected by many, represents a challenge to current housing policies which tend to agglomerate social housing in the urban periphery, forming vast socially homogeneous or segregated urban districts where a ghetto phenomenon becomes embedded.

KEY WORDS | Slums, location, housing policy, segregation.

Introducción

En estas páginas entregamos los resultados de un estudio sobre las decisiones de localización de los residentes de asentamientos informales, o "campamentos", de la Región Metropolitana de Santiago de Chile (RMS) (1 2). Dichas decisiones --argumentaremos-- muestran las limitaciones de los programas de vivienda social basados en la construcción masiva de vivienda en terrenos baratos de la periferia urbana.

Los datos del estudio ponen en duda que la existencia de campamentos sea una clara y simple manifestación del "déficit habitacional". Corresponde también a una decisión calculada de sus residentes para mejorar su localización dentro de la ciudad. El costo es prolongar en el tiempo la condición de informalidad o ilegalidad en la ocupación del suelo. Permanecer en el "campamento" permite mejorar las posibilidades de lograr progresos en lo personal y familiar y, asimismo, mantener la atención de las autoridades sobre su pendiente problema de vivienda.

Vivir en un campamento no va, sin embargo, de la mano con un rechazo a la vivienda social. Por el contrario, en forma mayoritaria los hogares de los asentamientos informales manifiestan una excelente evaluación de la vivienda social. Es, de hecho, su principal alternativa de acceso a una vivienda formal: a una que les provea de un título de propiedad. En efecto, casi la totalidad de los hogares de campamentos que no están postulando actualmente a un subsidio habitacional, señalan que postularán a uno en el futuro.

Lo que los residentes de campamentos rechazan es la experiencia del gueto que les ofrecen los conjuntos de vivienda social. Resulta evidente que el gueto emerge asociado a la formación de macrozonas con elevados niveles de homogeneidad social, conformación espacial que puede atribuirse principalmente a la construcción masiva de dichas viviendas en la periferia.

Analizaremos los factores que afectan la percepción de los habitantes de campamentos respecto a la vivienda social, lo mismo que aquellos que explican sus opciones y preferencias residenciales. Nos ocuparemos también de las historias residenciales de los hogares de campamentos. Ellas nos muestran que este tipo de asentamiento resulta ser bastante dinámico. Permanentemente entran nuevas familias al campamento, mientras otras parten. Ofrece a sus habitantes la posibilidad de localizarse en áreas intraurbanas con una más densa "geografía de oportunidad" (Galster y Killen, 1995), en comparación con los conjuntos típicos de vivienda social.

En lo teórico, nuestra principal conclusión es que los aumentos en la inseguridad económica y la incertidumbre social propios de la época actual vuelven críticas para los grupos vulnerables la localización y las relaciones espaciales dentro de las ciudades. En lo práctico, creemos que se deberá fortalecer el subsidio a la vivienda usada o de segunda mano dentro de la política habitacional chilena. Así las familias tendrían más posibilidad de elegir su lugar de residencia. La importancia de este ámbito de libertad se hace patente al desglosar la historia de cambios de residencia de los hogares que llegan a vivir a un campamento, como veremos.

El terremoto del 27 de febrero que afectó a una vasta región del Centro-Sur de Chile, incluido Santiago, sin duda ha cambiado la situación que analizamos. Podría pensarse que los daños, que se calculan en más de 81.149 viviendas destruidas, 100.247 viviendas con daños mayores y 192.388 viviendas con daños menores en el país (3), nos retrotrajo a una situación que, en buena medida, dábamos por superada. ¿Debería el "déficit habitacional" ocupar de nuevo el centro de nuestras preocupaciones y el objetivo de mejorar la localización dentro de las ciudades ser postergado?

No cabe duda que ahora faltan más viviendas que antes del terremoto, pero la demanda por localización, lejos de desaparecer, está emergiendo bajo nuevas formas. La destrucción de viviendas antiguas en los distritos centrales pone a sus habitantes, modestos muchos de ellos, en peligro de ser expulsados a la periferia urbana. Por una parte, la brecha entre la renta potencial y efectiva de esos suelos los vuelve atractivos para proyectos inmobiliarios "gentrificadores" y, por otra, no se dispone de una buena capacidad empresarial en el campo de la construcción para responder a la demanda por reconstrucción de viviendas in situ. Las empresas constructoras han ido evolucionando en el país hacia promotoras que rentan con el suelo, por lo que la mera edificación no les resulta atractiva.

La demanda de los grupos vulnerables por mejorar su localización seguirá fuerte mientras el trabajo sea "flexible" y desprotegido, y lo que ha hecho el terremoto es producir una nueva variante de esa demanda: la de quienes no quieren ser expulsados al borde de las ciudades por promotores o gentrificadores que buscarán aprovechar las oportunidades de negocio inmobiliario que el terremoto les abrió en las áreas consolidadas de las ciudades.

Contexto

Ha sido tradicional que los estudiosos de las ciudades latinoamericanas hayan descrito su crecimiento demográfico y geográfico como un movimiento espacial centrífugo hacia la periferia, en condiciones de baja densidad y con un predominio de familias nuevas de extracción popular. La trayectoria típica seguida por los inmigrantes urbanos ha sido la de alojarse en los barrios más pobres de la ciudad central en una primera etapa, para luego invadir terrenos periféricos, tal como Richard Morse (1971) sintetizaba el resultado de numerosos estudios (4).

En un primer momento, la ocupación de los tugurios centrales proveía al inmigrante de una accesibilidad que resultaba crítica para que pudiera insertarse en las redes de trabajo, sociales y políticas de la urbe. Posteriormente, con la constitución de una familia y la llegada de los hijos, iría siendo más importante conseguir mayor espacio. En la periferia era posible conseguirlo y, además, lograr el objetivo de la "casa propia" a través de programas de vivienda social, "tomas" de terrenos o loteos ilegales. Todo ello se hacía sacrificando localización, lo que sin embargo era posible porque los hogares habían ido logrando una creciente inserción en las mencionadas redes. Puesto en términos del célebre análisis neoclásico de William Alonso (1964), estos habitantes de bajos ingresos irían sustituyendo accesibilidad por espacio.

Tal movimiento espacial era sustentado por unas condiciones políticas, sociales y económicas, especialmente laborales, que le garantizaban al actor de menores recursos una cierta seguridad o protección. No obstante el lento ritmo de su integración social en comparación con el del crecimiento económico, con el tiempo lograba conocer e insertarse mejor en las redes de la ciudad. Adicionalmente, el asentamiento "marginal" periférico, de gran precariedad inicial, transitaría lentamente a uno relativamente consolidado en lo físico, con implantación mediterránea en la ciudad y de condición social medio-baja. El crecimiento de la ciudad rebasaría e iría absorbiendo a ese primigenio asentamiento informal mientras sus residentes progresarían lenta y trabajosamente en materia de integración social.

Según Enzo Faletto (1964), el migrante no se dirigía a la ciudad para trabajar en la industria sino, más bien y por el contrario, su objetivo principal era vivir en la ciudad siendo secundarios los medios para alcanzar dicho fin. En efecto, el lugar de trabajo no ha sido importante en la localización de la residencia de las clases populares urbanas de América Latina, salvedad hecha del período de llegada del migrante a la ciudad, cuando aún no conocía ni estaba inserto en los circuitos de la economía urbana. Sin embargo, una segunda salvedad la representan los periodos, como el actual, en que el liberalismo económico trae...

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