Capitalismo financiero y sistema penal en los Estados Unidos - Núm. 2-2, Julio 2016 - Derecho y Crítica Social. Revista Académica Internacional y Multidisciplinaria - Libros y Revistas - VLEX 704521709

Capitalismo financiero y sistema penal en los Estados Unidos

AutorIsabel Arriagada/Diego Rochow
Páginas317-327

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La literatura sobre sociología del castigo ofrece, especialmente desde la tradición marxista, un marco teórico a partir del cual estudiar la relación entre condiciones económicas, sistemas productivos y la estructuración de los sistemas penitenciarios en distintos contextos. Se trata de una tradición que atiende a la historia política, institucional, y económica de las sociedades para explicar la configuración de sus formas de castigo. Desde este marco teórico, comentamos el texto Desperation and service in the bail industry de Joshua Page, publicado recientemente en la revista Contexts de la American Sociological Association. Sostenemos que las agencias comerciales de fianza norteamericanas materializan el interés de los agentes privados por utilizar la fuerza productiva de la población penal en el contexto del capitalismo financiero estadounidense de fines del siglo XX.

I El análisis de las instituciones penales en la narrativa económica marxista

En Castigo y Estructura Social, Rusche y Kircheimmer retratan la conexión histórica entre la expansión del aparato penal del estado y la influencia de intereses comerciales privados en el desarrollo de este fenómeno. Con un afán normativo, los autores argumentan que cada sistema productivo ha

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implementado métodos de castigo funcionales al establecimiento y reproducción de las relaciones económicas que lo sustentan. Rusche y Kircheimmer ilustran la manera en que, por ejemplo, durante el siglo XVIII Inglaterra promovió el uso de las galeras y el destierro como formas de castigo. Dado que el proyecto de expansión colonial en Australia requería un rápido crecimiento demográfico, el gobierno inglés instrumentalizó el destierro con el objetivo de aumentar la mano de obra disponible en las colonias. Las empresas privadas de transporte habrían sido cruciales en la tarea de iniciar y mantener el flujo migratorio entre ambos territorios.1En su análisis histórico, los autores también explican la consolidación del encierro como método de castigo concomitante a las incipientes sociedades capitalistas. Desde su visión, la revolución industrial y el crecimiento demográfico generaron un aumento poblacional indeseable. Para hacer frente a este superávit de población, la contención de la expansión demográfica y la pauperización de las condiciones de vida habrían exigido confinar a porciones del denominado ejército de reserva industrial a espacios físicos delimitados como las cárceles. En este esquema, la participación de privados en la construcción y administración de instalaciones penales, su trabajo en la reforma moral de la población penal, y la provisión de servicios dentro del sistema penitenciario, resultaron esenciales.

La tradición marxista también ha tenido aplicación en el análisis particular del sistema penal norteamericano. En Cárcel y Fábrica, Darío Melossi y Massimo Pavarini abordan la relación entre la historia económica de Estados Unidos y la creación de la penitenciaría moderna.2Su análisis indica que el modelo carcelario norteamericano tuvo su origen en la necesidad de las clases industriales dominantes de contar con trabajadores disciplinados y disponibles para paliar las carencias del incipiente mercado laboral.

Uno de los principales desafíos que debió enfrentar el desarrollo industrial de Estados Unidos fue la escasez de mano de obra. En 1790 su población total era de menos de cuatro millones de habitantes, no existían ciudades de más

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de 50.000 personas, y el grueso de la población vivía en zonas rurales.3El paso de una sociedad agrícola a una incipiente sociedad industrial generó altas concentraciones de capitales y riquezas naturales en zonas geográficas que carecían de una fuerza que cubriera las necesidades de la industria. El modelo en ciernes requería que el mercado laboral estuviera compuesto por mano de obra libre y disciplinada, lo cual dependía a su vez del trabajo penitenciario. La población penal constituía un grupo de potenciales trabajadores disponibles para el desarrollo de diversas actividades productivas cuya materialización se encontraba supeditada a la disponibilidad de fuerza de trabajo en el medio libre. Ante carencias de trabajadores en el medio libre, la solución propia consistió en recurrir a la fuerza laboral penitenciaria. De este modo, uno de los primeros objetivos del sistema penitenciario norteamericano fue consolidar un modelo de trabajo carcelario útil para enfrentar las necesidades de la industria.4En las décadas subsecuentes, tanto el desarrollo industrial como demográfico del país, con la especialización técnica y el incremento poblacional que generaron respectivamente, derivaron en una paulatina disminución de la necesidad de contar con mano de obra cautiva. Como consecuencia, el modelo de castigo derivó en la configuración de un sistema de privación de libertad que se articuló en torno a fines esencialmente correctivos.5

Con mayor o menor reconocimiento a la tradición marxista, el esfuerzo investigativo por conectar modelos productivos y modelos penitenciarios mantiene su vigencia. A fines del siglo XX e inicios del siglo XXI, el sistema penal en Estados Unidos inició una paulatina transformación de sus discursos, objetivos y prácticas, fenómeno que también ha sido interpretado desde esta tradición. La literatura sostiene que la morfología actual del sistema penal norteamericano es el resultado de la convergencia de tres fenómenos macroeconómicos. En primer lugar, de la tercerización y privatización de

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servicios tradicionalmente provistos por el sector público.6En segundo lugar, del giro punitivo que tuvo lugar en la década de los ochenta, referido a la implementación de estrategias de contención de la pobreza producto de la disminución de programas de bienestar de mediados de siglo.7Y, por último, del advenimiento de técnicas e innovaciones tecnológicas –como estrategias de management...

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