Entre la ciencia ficcion y las ciencias sociales: el "lado oscuro" de las ciudades americanas. - Vol. 33 Núm. 99, Agosto - Agosto 2007 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 56956002

Entre la ciencia ficcion y las ciencias sociales: el "lado oscuro" de las ciudades americanas.

AutorMusset, Alain
CargoTema central

Resumen

Desde la Metrópolis de Fritz Lang hasta el planeta-ciudad de Coruscant inventado por George Lucas en las películas de Star Wars, la ciudad del futuro (o la de otra galaxia) parece diseñada solo para reflejar el lado oscuro de las megalópolis contemporáneas, que padecen problemas y disfunciones presentados como insuperables: congestión, contaminación, degradación del medio ambiente, deficiencia de los servicios públicos, crecimiento de las disparidades sociales y espaciales, conflictos émicos, violencia cotidiana. Para desarrollar esta geografía imaginaria del miedo, las ciudades latinoamericanas son a menudo una fuente de inspiración para los autores de la ciencia ficción, ya que les resultan a la vez extrañas y extranjeras, antiguas y modernas, acogedoras y peligrosas. Es esta estrecha relación entre las representaciones de la ciudad latinoamericana y la realidad de las ciudades imaginarias que proponemos explorar aquí, en un estudio de geoficción, basado en la comparación de dos mundos urbanos paralelos que juegan un papel importante en nuestras mentalidades colectivas.

Palabras claves: ciencia ficción, ciencias sociales, ciudades imaginarias, ciudades americanas, geografía del miedo

Abstract

From the Metropolis de Fritz Lang to the city-planet of Coruscant, invented by George Lucas in the films of Star Wars, the city of the future (or of another galaxy) seems designed only to reflect the "dark side" of contemporary megalopolis, which suffer problems and dysfunctionality which are presented as insurmountable: traffic jams, contamination, environmental degradation, ethnic conflicts, deficienct public services, rising social and spatial disparities, daily violence. In order to develop this imaginary geography of fear, Latin American cities are often a source of inspiration for science fiction authors because they seem to them simultaneously both strange and foreign, old and modern, welcoming and dangerous. It is this tight relationship between representations of the Latin American city and the reality of the imaginary cities that we explore here, in a study of geofiction based on the comparison of two parallel urban worlds that play an important role in our collective mentalities.

Keywords: science fiction, social sciences, imaginary cities, american cities, geography of fear

Introducción: imaginarios urbanos y ciudades imaginarias

Desde la Metropolis de Fritz Lang hasta el planeta-ciudad de Coruscant (1) inventado por George Lucas en las películas de Star Wars (la Guerra de las Galaxias), la ciudad del futuro (o la de otra galaxia) parece diseñada solo para reflejar el lado oscuro de las megalópolis contemporáneas, que padecen problemas y disfunciones presentados como insuperables: congestión, contaminación, degradación del medio ambiente, deficiencia de los servicios públicos, crecimiento de las disparidades sociales y espaciales, conflictos étnicos, violencia permanente ...

En los años ochenta, tanto los periodistas como los académicos convirtieron a la Ciudad de México en el símbolo de estas ciudades gigantes, que se concebían como a punto de estallar o desvanecerse. En 1986, un año después del terremoto que azotó el centro histórico de la capital mexicana, la revista francesa Autrement colocaba a México "entre la esperanza y la condena", título voluntariamente provocativo. En 1987, Miguel Messmacher publicaba en México un estudio que hacía hincapié en las disfunciones de una megalópolis que las autoridades no lograban controlar (Messmacher, 1987). El año siguiente, Claude Bataillon y Louis Panabiere consideraban que la ciudad más grande del mundo ya no podía garantizar el alojamiento, asegurar el trabajo y organizar los desplazamientos de sus 20 millones de habitantes (Bataillon & Panabiere, 1988). Siguiendo el mismo camino, los investigadores estadounidenses contribuyeron ampliamente a denunciar el desastre inminente que amenazaba a sus infelices vecinos del sur, alimentando por sus escritos la imaginación de los autores de ciencia ficción (Kandell, 1988).

Para calificar (o descalificar) a México, se crearon incluso neologismos despreciativos que podrían perfectamente aplicarse a la capital de la galaxia de Star Wars. Así pues, según Fraçois Tomas, la megaciudad latinoamericana no era sino el prototipo de la monstruópolis, una ciudad abrumada por todos los males de la sociedad moderna: "la superpoblación, los tugurios y los barrios de chabolas o asentamientos irregulares, el subempleo, el trabajo informal y la pobreza, la infancia abandonada, la delincuencia y el crimen organizado, la contaminación y las catástrofes ecológicas, etc." (Tomas, 1999: p. 283-289). En su Historia de México, Serge Gruzinski colocaba por su parte la vida de los ciudadanos actuales de la antigua Tenochtitlán bajo la señal del apocalipsis día a día (Gruzinski, 1996).

No es pues una casualidad si la acción de la famosa película de ciencia ficción Total Recall (2) comienza en una ciudad del futuro que no es completamente de ciencia ficción: cuando Arnold Schwarzenegger sale del Metro, perseguido por sus enemigos, el espectador bien informado descubre que el escenario elegido por Paul Verhoeven no es sino la estación de metro Insurgentes, ubicada en el centro de la metrópolis mexicana. Según el realizador, se trataba de poner en escena un mundo especialmente opresor, situado fuera de la escala humana. La red subterránea de México, cuyo estilo se basa en el movimiento neobrutalista nacido en Inglaterra a mediados de los años 1950 bajo los auspicios de Margaret Alison y Peter Smithson, correspondía perfectamente a sus intenciones puesto que "su lado oscuro, muy pesado y principalmente a base de hormigón, dio a la película un tipo de decorado con una arquitectura muy peculiar" (Verhoeven, 2003) (3). Bastó para el equipo de rodaje con pintar en gris metalizado el conjunto de los pasillos, de las paredes y vagones para dar al espectador la ilusión de descubrir una metrópolis imaginaria cuando se trataba de una ciudad real: de México a Coruscant pasando por el planeta Marzo, el camino no es tan largo como parece ...

Para desarrollar esta geografía imaginaria del miedo y el encerramiento, las ciudades latinoamericanas son a menudo una fuente de inspiración para los autores de ciencia ficción porque les resultan a la vez extrañas y extranjeras, antiguas y modernas, acogedoras y peligrosas. En su última novela, Mantra, Rodrigo Fresán recuerda a este respecto que, en los años 1953-1954, unos inspectores del FBI habían propuesto a Philip K. Dick y a su mujer pagarles un año de estudios en la UNAM, a cambio de informaciones sobre los grupos estudiantiles más politizados. Fresán destaca que el futuro autor de Blade Runner (o más bien de Do androids dream of electric sheep?) rechazó esta oferta generosa, pero se imagina que, hundido en el universo alucinante de la nueva Tenochtitlán, habría podido escribir tres o cuatro novelas de ciencia ficción al mes (Fresán, 2006: p. 198).

Es esta estrecha relación entre las representaciones (Bailly, 1995: p. 372) de la ciudad latinoamericana y la realidad de las ciudades imaginarias que proponemos explorar aquí, en un estudio de geoficción basado en el desciframiento de los juegos de espejos que acercan, consciente o inconscientemente, dos mundos urbanos paralelos e influyen sobre nuestra manera de percibirlos. Se trata pues de poner en tela de juicio la influencia recíproca que ejercen sobre nuestra visión de la ciudad no sólo los relatos de ciencia ficción, sino también los estudios de sociología urbana o geografía social y las experiencias diarias de un espacio cada vez menos vivido y más mediatizado. En la primera parte de este trabajo veremos cómo las ciudades de ciencia ficción basan parte de su existencia virtual tanto en las ciudades latinoamericanas contemporáneas, como en los imaginarios prehispánicos (Pirámides aztecas y ciudades del futuro). Luego, planteamos la transposición de nuestra división internacional del trabajo hacia universos que parecen muy distantes, pero no son más que una imagen apenas deformada de situaciones reales (Maquiladoras galácticas). En la última parte, La ciudad y sus peligros, se muestra que la ciencia ficción denuncia las disfunciones reales o imaginarias que amenazan la existencia de nuestras metrópolis en tanto objetos políticos, que son reducidos a territorios dominados por el miedo.

Pirámides aztecas y ciudades del futuro

En el universo de la ciencia ficción, el planeta-ciudad de Coruscant es sin duda alguna el mundo urbano imaginario que ha sido presentado de manera mas detenida y precisa porque sirvió de escenario no sólo para las tres últimas películas rodadas por George Lucas (La amenaza fantasma, El ataque de los clones y La venganza de los Sith) sino también para muchas novelas, historietas o caricaturas y juegos electrónicos cuyos héroes están todos relacionados directa o indirectamente con la historia original (Musset, 2005). Ahora bien, la capital de la República, y luego del Imperio galáctico, juega a la vez el papel de modelo y contra-modelo cuyos paisajes y estructuras sociales se inspiran tanto en las ciudades gigantes de la costa Atlántica de los Estados Unidos como en las grandes metrópolis que estructuran y organizan el espacio latinoamericano: México, Lima, São Paulo ... Sin olvidar las ciudades fronterizas del Norte de México o las favelas de Río de Janeiro y Caracas.

De hecho, la capital galáctica aparece como una amenaza imaginaria de nuestras sociedades modernas: la urbanización total de las formas del hábitat producida por la expansión urbana incontrolada (urban sprawl). Como consecuencia de este proceso urbanístico, se extiende un verdadero bosque de rascacielos que forma una extraordinaria skyline, cuyos límites no se pueden imaginar porque ya desaparecieron: "Estaban en la cumbre de un café, 3 Km. sobre la superficie de Coruscant, el planeta reducido a una ciudad sin fin. Abajo de la barandilla de la terraza, se...

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