El conflicto laboral en la actualidad: los nuevos conflictos - Núm. 16-1, Enero 2010 - Ius et praxis - Libros y Revistas - VLEX 214164481

El conflicto laboral en la actualidad: los nuevos conflictos

AutorFrancisco Pérez de los Cobos Orihuel
CargoCatedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Complutense de Madrid. Correo electrónico: franciscoperezdeloscobos@der.ucm.es.
Páginas441-451

Conferencia presentada en las X Jornadas de la Fundación Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje, Madrid, 25 de septiembre del 2008.

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Voy a hablarles de la evolución del conflicto y de los nuevos conflictos, es decir, de los cambios operados en el sistema de relaciones laborales y de las repercusiones que de esos cambios derivan para la morfología del conflicto industrial, tal y como éste ha venido siendo concebido, y de los nuevos conflictos, que están apareciendo como consecuencia de las transformaciones económicas y sociales.

Las transformaciones económicas, productivas y sociales que están determinando los nuevos perfiles del conflicto son múltiples y de diverso cuño. En aras de la claridad expositiva, las agruparé, en función del escenario en el que se verifican, en tres grupos: aquellas que afectan al sistema económico en su conjunto, aquellas que afectan a la morfología y organización de la empresa, y las que se refieren al trabajo mismo, a su nueva composición y a sus nuevos sistemas de organización.

I El conflicto ante los cambios en el sistema económico

El primer y fundamental cambio económico que está afectando profundamente nuestros sistemas de relaciones de trabajo y configurando un "nuevo conflicto industrial" es la "globalización". La extensión planetaria del dominio del mercado, la creación de un mercado de envergadura mundial afecta, desde luego, en primer lugar, a las empresas que quedan ahora sometidas a una concurrencia global y deben organizar la producción de bienes y servicios a escala planetaria, pero en no menor medida interesa a los trabajadores y a sus organizaciones representativas por cuanto la globalización prefigura una nueva "división internacional del trabajo" y obliga al sindicato a pensar a escala global y a internacionalizarse. No descubro nada a nadie si les digo que en muchos sectores productivos, sobre todo en el sector servicios (transportes, comunicaciones, energía, banca, etc.), Page 442 tanto la propiedad como la gestión empresarial misma, trascienden claramente las dimensiones nacionales.

El desarrollo de los mercados financieros, la introducción masiva de las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones, el abaratamiento de los costes de transportes y de las comunicaciones han hecho factible un espectacular aumento de la movilidad del capital, y consecuencia de ello, el que los procesos de deslocalización y relocalización productiva, a nivel regional y mundial, se multipliquen y adquieran visos de normalidad. Estos procesos en Europa afectan, en primer término, a las industrias de trabajo intensivas, respecto de las cuales los costos de producción, señaladamente el costo de la mano de obra, son un factor determinante de la competitividad. Pero, como ha alertado la Comisión Europea, "comienzan igualmente a observarse en sectores intermedios, que constituyen los puntos fuertes tradicionales de la industria europea, e incluso en ciertos sectores de alta tecnología en los que existen indicios de deslocalización de ciertas actividades de investigación y en los servicios".

Al decir de los expertos, la economía española es particularmente vulnerable al proceso de deslocalización, "adintra", en el seno de la Unión Europea con relación a los PECOS, y ad extra, frente a los nuevos países industrializados. Nuestro modelo de desarrollo y las debilidades de nuestro sistema productivo, nuestra deficiente especialización productiva hacen que, para nosotros, la concurrencia entre territorios para atraer inversiones, para evitar o atraer deslocalizaciones estén a la orden del día.

La globalización, como es obvio, internacionaliza los conflictos de trabajo y obliga a los actores a pensar y a actuar desde este nuevo escenario. Comoquiera que la empresa o el grupo de empresas concibe y planifica sus actuaciones globalmente, el conflicto se internacionaliza y el sindicato, desbordado por la nueva dimensión de los problemas, reformula sus modos de actuación.

Las experiencias españolas de deslocalización evidencian la dimensión internacional de estos nuevos conflictos que está omnipresente a la hora de elaborar las estrategias para abordarlos. Simplificando las cosas pero sin faltar a la verdad pueden identificarse en los procesos de deslocalización operados en nuestro país en los últimos años, sobre todo en Cataluña, dos grandes estrategias empresariales. En primer lugar, la de evitar el cierre de la factoría mediante la renegociación de las condiciones de trabajo aplicables en la empresa y el establecimiento de medidas de mejora de la productividad, a cambio de la garantía del mantenimiento de la inversión y el empleo e incluso el aumento de aquélla y de éste. En la base de esta estrategia está la convicción de que la única vía para garantizar la viabilidad de la empresa es la restauración de su competitividad, mejorando la productividad, por eso estos pactos suelen versar sobre las condiciones de trabajo más ligadas a la productividad de la empresa, esto es, la jornada y los salarios. Básicamente se trata de extender la jornada Page 443 manteniendo el salario inalterado o de rebajar el salario y menguar con ello el costo de trabajo para la empresa.

La segunda estrategia, que se acomete a veces cuando fracasa la primera -el caso de Philips es, en este sentido, paradigmático- y otras directamente, es la del cierre de la empresa a través normalmente de la regulación del empleo. También en la base de estas decisiones de cierre hay una clara valoración de la dimensión internacional del problema: la empresa cierra aquí porque la competencia ya produce allí a costos muy inferiores o porque quiere mejorar su competitividad y adelantarse a la competencia.

Pues bien, el marco institucional del que disponemos para afrontar esta nueva conflictividad derivada de los procesos de deslocalización presenta claras insuficiencias. Por lo que se refiere a las primeras estrategias empresariales aludidas, que se han traducido en la práctica en la incorporación a la negociación colectiva de dobles escalas salariales, han topado con la rigurosa aplicación que nuestra jurisprudencia hace del principio de la igualdad en la ley a los convenios colectivos estatutarios, que priva al convenio de la posibilidad de matizar o programar su aplicación en la empresa en atención a otros contenidos negociales. El único supuesto en el que es posible instrumentar una escala salarial diversificada en convenio estatutario con plenas garantías de que no pueda anularse por considerarla atentatoria contra el principio de igualdad es la doble escala...

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