Artes visuales contemporaneas: figuras femeninas para una memoria en obra, por Fernando Blanco. Primera parte. - Núm. 30, Marzo 2004 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56656764

Artes visuales contemporaneas: figuras femeninas para una memoria en obra, por Fernando Blanco. Primera parte.

AutorBlanco, Fernando
CargoTextos

"No puedo permitir que sucesivas encarnaciones vayan borrando las previas hasta que la Iris se disuelva, desmenuzada y repartida, pedazos suyos encontrados en los envoltorios de viejas muertas, o que nosotras guardamos debajo de nuestras camas, a mí también me gusta guardar objetos inútiles debajo de la cama, manuscritos que nunca publicaré y notas y cuadernos llenos de lo que en mi tiempo llamábamos pensamientos ..."( Donoso, El Obsceno pájaro de la noche, pp. 117).

"Chile entero y a pedazos en la enfermedad de este hombre; jirones de diarios, fragmentos de exterminio, sílabas de muerte, pausas de mentira, frases comerciales, nombres de difuntos. Es una honda crisis del lenguaje, una infección en la memoria, una desarticulación de todas las ideologías. Es una pena, pensé."(Eltit, El Padre Mío, pp.17)

"Las naciones, como las narraciones, pierden sus orígenes en los mitos del tiempo y sólo vuelven sus horizontes plenamente reales en el ojo de la mente ".(Homi Bhabha, La invención de la nación) [1]

INTRODUCCIÓN

Pensar el desarrollo de las Artes Visuales en Chile durante los últimos treinta años y la relación que éste tiene con la producción realizada por mujeres en este campo y contexto históricos equivale, desde mi punto de vista, a poner en cuestión el modelo de modernización del país, y por qué no pensarlo así también la noción simbólica del estado nacional. Desde hace ya tiempo la condición de estabilidad dada por los modelos estado-nación a los equilibrios internacionales está puesta en duda. Los movimientos migratorios, las nuevas tecnologías y el rediseño de los espacios (paisajes) contemporáneos en el mundo de los medios electrónicos han desembocado en la construcción de vigencias de "subjetividad" diferentes y cambiables. El cosmopolistimo, el diseño internacional son parte de la forma global en que el espacio público se impone como una esfera atmosférica teñida de modernidad y adelgazada en ciudadanía.

En esta mirada lo local cobra un valor inaudito. Lo local entendido como la relación existente entre la imagen de uno mismo y la imagen de mundo (horizonte cultural) dispuesto en abierta disociación con los escenarios internacionales, a los que el mercado obligaría a una intersección y que, sin embargo, permanecen ajenos a este mandato en este tipo de prácticas resistentes.

El paisaje del cuerpo opuesto al paisaje de la tierra, si se me permite la categoría, representa uno de los intereses principales de este trabajo, en el sentido de abrir las gramáticas de la representación de estas "escenas nacionales locales", presentes en el trabajo de las artistas visuales de fin de siglo pasado en nuestro país, en relación con las formas en que el cuerpo o su ausencia construyen sentidos posibles para la violenta historia vivida. Esta experiencia, la de la dictadura, es uno de los ejes que sostienen el trabajo "poético" de las artistas seleccionadas; el otro eje está dado por la dinámica global, los movimientos diaspóricos, la eclosión de los medios electrónicos y su influencia en la construcción de las nuevas subjetividades en nuestro país y en el continente, exploración ambiciosa de la que este articulo es sólo un incipiente comienzo.

La perspectiva adoptada para justificar esta elección temática apunta a la percepción de este lapso de tiempo como un periodo de refundación de la nación, una vez que el Golpe de Estado de 1973 marca una caída en la continuidad histórica y pretende restablecerla de acuerdo a un patrón que apela al modelo de organización de la nación desde la institucionalidad que el estado militar desea adoptar en pos de una modernidad imposible.

No es difícil observar el hecho evidente de la relación existente entre dictaduras militares en Latinoamérica y la instalación de los modelos económicos neoliberales que pretenden ordenar el caos provocado por los gobiernos civiles durante la década de los setenta en el continente. Caos político, económico y social, según la versión dada por gobiernos autoritarios, en el sentido de no propiciar esos otros gobiernos (Chile y Cuba, principalmente) los territorios nacionales para el ingreso de la administración ideológica del libre mercado.

Tampoco resulta extraño entablar relaciones entre las representaciones imaginarias del cuerpo en el espacio simbólico narracional, durante el lapso de tiempo comprendido entre 1973 y 1989 y, los modos de pensar su desaparición, su secuestro, su violación, su amordazamiento o su tortura. Éste es un costo que el mercado no pudo modular, quizá el único.

Una interpretación interesante en este sentido es la desarrollada por Idelber Avelar (1968-) [2]. Me permito incluir la cita completa:

"La victoria de los militares brasileños en 1964, inauguró ese período histórico, abriendo una transición continental que no llevarla a cabo hasta 1976, el año del Golpe de Estado en Argentina. Tomo de John Beverly la sugerencia de que, dentro de este ciclo una fecha especifica fue crucial para el campo literario -(hago extensiva esta observación al campo plástico)-. Hablando alegóricamente, diríamos que el boom terminó el 11 de septiembre de 1973, con la caída de la Unidad Popular de Salvador Allende ... El boom terminó con el bombardeo de la Moneda porque en retrospectiva el 11 de septiembre de 1973 hizo irreversible la venida de un periodo histórico en que las dictaduras vaciarían la modernización de todo contenido progresista, liberador ...".

También a las representaciones que se hacen de ella. A partir de este punto los simulacros de mercado, las narraciones que circulan como consumo cultural supuesto, están orientados a la refundación de un país y la degradación de un proyecto a través de la farsa que instala el consumo, en lo público mediático y también en el consumo intimo que redefine la auto percepción que los ciudadanos tienen de si mismos y las formas en que construirán sus lazos sociales. La critica Bernardita Llanos (1958-) en el catálogo hecho para la muestra "Si vas para el Mall" [3] de los artistas chilenos Bruna Trufa y Rodrigo Cabezas inicia su comentario de obra con la siguiente afirmación:

"Si vas para el mall" reitera y remeda hasta el delirio el régimen de compra y venta que rige la cultura chilena actual ... La noción de cultura que atraviesa la muestra no es la de una identidad coherente y estable, sino, por el contrario, ésta aparece constituida por múltiples formas y géneros que se relacionan de modo fragmentario, conflictivo y movible, creando una suerte de desidentidad nacional. Resulta difícil e incierto definir."

Por esta razón me interesa revisar las narrativas que la sociedad civil chilena se da durante este tiempo, las que interpelan directamente los mecanismos que regulan los vínculos subjetivos en la sociedad, sobretodo aquellos que cuestionan la hegemonía del poder desde las cúpulas militares, las relaciones de los ciudadanos con el espacio público y privado, local y global, las formas de transitar por el espacio sitiado de las ciudades en Latinoamérica y también, los que dicen relación con el ámbito individual, privado, íntimo que proveen las memorias, los testimonios de corte autobiográfico, las reconstrucciones forenses en este escenario de tecnologías en disputa con las formas de asimilar la memoria, en suma una mirada que levanta y desentierra un paisaje -un cuerpo país- diferente y que se encuentra en cada una de las artistas visuales que forman parte de este trabajo. Me refiero a la categoría, la de nación o la de patria, desde la perspectiva tradicional, como un ente que "organiza el resto de las significaciones sociales al mismo tiempo que al interior de un mismo estado, redefine los limites de las pertenencias individuales o colectivas" por lo que resulta hasta cierto punto una ideología. Dicha ideología y por supuesto sus prácticas concretas estuvieron y están en nuestro país y en el continente aún marcadas por la hegemonía de nombres y firmas masculinas y en ellas el cuerpo, su representación y circulación ocupan un papel fundamental.

Pienso que esta actividad representativa permite a los ciudadanos recién emancipados poder realizar una identificación tanto en el ámbito colectivo como en el propio. Ciertos valores serán propuestos como patrones de comportamiento y otros, simplemente, rechazados. Destaco en este punto la mirada sobre las imágenes de la masculinidad y la femineidad; las mujeres identificadas con la Patria, la Virtud, la Libertad, la República necesitan desprenderse de toda traza decadente, corrupta que pueda llevar al desorden nacional, producto de la confusión de estos valores morales asociados a estas instituciones, encarnadas en la madre/esposa nación.

En un segundo momento histórico, el siguiente fin de siglo, estos ciudadanos cosmopolitas dibujarán sus experiencia apelando a estos vectores para redefinirlos en los contextos de la dictadura y la globalización.

Por su parte la masculinidad se erigirá sobre la hegemonía de comportamientos épicos, guerreros o vinculados a lo propio y rechazarán el afrancesamiento, la extranjerización a desviaciones del recto árbol patrio por lo que, desde sus lógicas homosexuales, aborígenes y otros enemigos patrios serán expulsados del espacio de la imagen para habitar sancionados en los artículos pertinentes en las diferentes constituciones nacionales y códigos civiles.

Este tipo de filiación no constituye una novedad pues en el proceso de formación de nuestras naciones y de sus respectivas "comunidades simbólicas" las figuras patriarcales fundacionales fueron una imposición naturalizada por el tipo de gesta que emprendieron nuestros pueblos en la lucha por la emancipación. Por lo demás esta relación entre sexo, sexualidades y modelos narrativos nacionales es una cuestión ampliamente discutida respecto de diversas discursividades. [4]

Los epígrafes con los que he comenzado este articulo hablan de esto, más bien contra esto: de las formas de narrar las imágenes que van a volverse experiencias ideales en la literatura, las artes y...

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