Das Unheimliche. Presencia e incidencia de lo Ominoso en el pensamiento de Freud y Foucault a proposito del problema de la interpretacion y sus consecuencias para la conceptualizacion del sujeto. - Núm. 35, Junio 2005 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56739184

Das Unheimliche. Presencia e incidencia de lo Ominoso en el pensamiento de Freud y Foucault a proposito del problema de la interpretacion y sus consecuencias para la conceptualizacion del sujeto.

AutorBornhauser, Niklas
CargoTextos

Me gustaría centrar, en lo que sigue, las reflexiones subsiguientes en el desarrollo y la discusión de algunas implicancias del concepto de lo Ominoso {das Unheimliche} en relación a los planteamientos relativos a la consistencia y contextura de la noción de sujeto en Sigmund Freud y Michel Foucault. Para ello se interrogarán o intervendrán algunos textos freudianos, mediante una modalidad que ponga en juego ciertas nociones arraigadas en el pensar de Michel Foucault, específicamente en lo que caracterizó su pensar a mediados de lo años sesenta, recogiendo la intuición o sospecha de que existe una analogía estructural entre el pensar de ambos, una analogía que se vuelve patente al poner a dialogar entre sí, a partir de la consideración de das Unheimfiche, ciertas producciones escritas concernientes al problema de la constitución subjetiva.

De entrada conviene adelantar que el concepto de lo Ominoso {das Unheimfiche}, tal como se deslinda a partir de la lectura histórico-crítica de la producción escrita de Sigmund Freud, en tanto concepto límite o liminar {Grenzbegriff[l]}, resulta ser una de las nociones claves tanto para la clarificación del estatuto epistémico del psicoanálisis como para la comprensión de la noción de sujeto de lo inconsciente. Su trazo, según nos devela la revisión exhaustiva y paciente de los textos freudianos, atraviesa e hilvana prácticamente toda su obra, a pesar de que la discusión detallada y pormenorizada del concepto como tal se encuentre concentrada y acotada en un texto puntual, publicado el año 1919, titulado justamente Das Unheimliche. La extensa y prolongada huella de lo Ominoso, que con creces desborda lo que se podría pretender abarcar en el marco de este trabajo, se reconstruirá, al menos parcialmente, partiendo por el análisis de La interpretación de los sueños (1900 [1899]), seguido de ciertas acotaciones que se desprenden del examen pormenorizado de Lo Ominoso (1919).

El fijar como punto de partida un comentario acerca del libro de los sueños contiene ya una primera alusión implicita con respecto a la naturaleza de la articulación ulterior entre Freud y Foucault, pues, entrelazando el argumento central del mencionado escrito freudiano con Prefacio a la transgresión, se puede argumentar que la relevancia del primero reside esencialmente en el hecho de que a partir de entonces el sueño hace su entrada en el campo de las significaciones, con lo cual, para decirlo en palabras de Foucault, se torna una evidencia que "el filósofo mismo no habita la totalidad de su lenguaje, como un dios secreto y omniparlante; descubre que hay, junto a él, un lenguaje que habla y del que no es dueño."[2] Probablemente, la principal repercusión de la compleja y polémica obra de Freud en el pensamiento contemporáneo consista en haber perturbado palmariamente el apacible y confiado morar del sujeto en el lenguaje, causándole, de esta manera, la tercera de las heridas narcisistas sufridas a lo largo de su breve pero conflictuada historia y planteado la necesidad de una reformulación radical de los supuestos básicos subyacentes a la teoría del lenguaje. Leído en perspectiva, el descentramiento del sujeto moderno, el recientemente aludido reconocimiento de que el yo no es dueño {Herr} en su propia casa, es la última consecuencia de una serie de pasos previos que arrancan de la > freudiana, exploración e indagación de la estructura y los mecanismos del lenguaje, y que se inicia en La interpretación de los sueños (1900 [1899]) para ser continuada inmediatamente en La psicopatología de la vida cotidiana (1901) y El chiste y su relación con lo inconsciente (1905) su capacidad de des-cubrir el reverso oculto del discurso moderno.

Por lo tanto, la importancia epocal de Die Traumdeutung (1900 [1899]) consiste, por un lado, en el hecho de haber introducido al sueño en el dominio simbólico, un paso previo necesario para la seguida incorporación de los lapsus, los actos fallidos, los chistes, las obras de arte, todas ellas formaciones psiquicas que comparten la estructura del síntoma neurótico, y, por el otro, en haber destacado, al mismo tiempo, que los esfuerzos interpretativos, orientados hacia el esclarecimiento del sentido de los síntomas psíquicos, siempre es y será una interpretación incompleta, una interpretación en falta, y ello principalmente por dos razones. Su incompletitud fundamental se debe, en primer lugar, a la evidente multivocidad de los síntomas neuróticos, su estratificada y, a veces, heterogénea composición por diversas capas {Vielschichtigkeit}, que condensan y reúnen varios cumplimientos de deseo a la vez, a ratos contradictorios e inconciliabtes entre sí. Es así como S. Freud, ya en la primera edición de su libro sobre los sueños, señalaba "que en rigor nunca se está seguro de haber interpretado un sueño exhaustivamente; aun cuando parece que la resolución es satisfactoria y sin lagunas, sigue abierta la posibilidad de que a través de ese mismo sueño se haya insinuado otro sentido."[3]

Por lo tanto, mediante el trabajo interpretativo siempre se producen nuevas significaciones, las cuales, sin embargo, infatigablemente resultan insuficientes para agotar el sentido de un texto plástico, prolifico y exuberante en significaciones. En otras palabras, el añorado encuentro con el > sentido, la extracción de la verdad última y definitiva, es, en realidad, un momento ideal, siempre postergado, siempre por venir. Foucault, por cierto, advierte ese > de la interpretación, que convierte a la interpretación en una tarea infinita, cuando dice que "a partir del siglo XIX, los signos se encadenan sobre una red inagotable, infinita, no porque reposen sobre una semejanza sin límites, sino porque hay una apertura irreductible."[4]

No obstante, existe una segunda razón, quizá incluso más fundamental, que impide que se realice la interpretación integra y exhaustiva de una determinada formación psíquica y que, como consecuencia de lo anterior, se produzca la clausura definitiva y categórico del sentido. Este segundo argumento en contra de la posibilidad de la generación de una interpretación >, sin restos ni residuos a interpretar, que, al igual que el anterior, se encuentra en el texto princeps freudiano, responsable de la apertura de la via regia hacia lo inconsciente, arranca de la consideración de aquel fenómeno extraño y perturbador, con el cual Freud se veía enfrentado en La interpretación y que se produce, de manera inesperada y...

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