Cómo modelar el desarrollo y la dinámica de la ciudad latinoamericana **. - Vol. 29 Núm. 86, Mayo 2003 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 56589713

Cómo modelar el desarrollo y la dinámica de la ciudad latinoamericana **.

AutorBorsdorf, Axel

Resumen

Cuando en 1976 los primeros modelos de la ciudad latinoamericana fueron publicados, la región estaba todavía bajo la influencia económica de la estrategia de industrialización para la sustitución de importaciones. Los procesos económicos y de planificación, aun en el espacio urbano, estaban fuertemente dirigidos por el Estado. Desde entonces, todos los países latinoamericanos -con excepción de Cuba- cambiaron a un nuevo paradigma económico, basado en el neoliberalismo, y se percibe la fuerte influencia de la globalización. La retirada del Estado, la privatización y la desrregulación permitieron a los inversores, planificadores y ciudadanos mayores libertades. Todo esto puede ser observado en la estructura de las ciudades. Por tanto, es tiempo de adaptar los modelos, los cuales deben ser generalizaciones de la realidad, a la estructura actual de las ciudades.

En orden a demostrar las dinámicas de la estructuración urbana, el desarrollo urbano es modelado en cuatro momentos, los cuales son identificados como el período de la ciudad colonial, la ciudad sectorial, la ciudad polarizada y finalmente, la ciudad fragmentada. Se intenta mantener elementos de modelos anteriores en uno nuevo, así como diferenciar con claridad el periodo mas reciente del desarrollo urbano de épocas anteriores.

Palabras clave: ciudades latinoamericanas, modelos urbanos, geografía urbana alemana.

  1. Introducción

    Los modelos como abstracciones de la realidad cuentan con una larga tradición en las ciencias regionales, tanto en Europa como en Estados Unidos. En este sentido, los primeros esfuerzos de los estudiosos de estas ciencias fueron dirigidos a la comprensión de la estructura urbana, generalizada por la famosa Escuela de Ecología Social de Chicago en modelos desarrollados ya en los años '20.

    Con diferentes métodos y dispares resultados, los autores de la Escuela de Chicago trataron de representar los principios de la estructuración urbana en las ciudades estadounidenses. Este esfuerzo se prolongó hasta algunas décadas después de terminada la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual algunos autores alemanes recogieron el tema, desarrollando modelos urbanos para diferentes regiones culturales. Tomando parte en esta discusión, en 1976 dos geógrafos alemanes contribuyeron con modelos de la ciudad latinoamericana, los cuales -si bien diferían en detalles- apuntaban a una misma idea principal.

    Poco tiempo después, otros autores se integraban al debate, presentando modificaciones -como Mertins y Gormsen (Mertins, 1980)- o introduciendo ideas nuevas, como el modelo perfil de Gormsen (1981). En 1982, Borsdorf publicó una primera síntesis de la discusión alemana con un modelo que incluía tanto la discusión antigua como algunas ideas de la primera contribución estadounidense, representada por el modelo de Griffin y Ford (1980). Posteriormente, otros autores estadounidenses como Deler (1989), Crowley (1995 y 1998) y el mismo Ford (1996) tomarían parte en la discusión en curso.

    En los últimos años, ésta se vio dinamizada por nuevos esbozos que intentaron incorporar las nuevas tendencias en la estructura urbana latinoamericana, la cual puede ser observada desde hace unos treinta años en ciudades de la región. Meyer y Bähr (2001) modelaron estos nuevos elementos para el caso de Santiago de Chile; Janoschka (2002c) hizo otro tanto en su modelo de la ciudad de Buenos Aires y Borsdorf (2002a) remodeló su esquema basado en observaciones y estudios en Santiago, Lima, Quito y Ciudad de México, dando como resultado un nuevo ensayo. Estudiando los diferentes diseños, Bähr, Borsdorf y Janoschka llegaron a un modelo común, el cual fue presentado en diciembre de 2002 y que constituye la base del presente artículo.

    Los diferentes modelos se distinguen según sus dimensiones temporales y espaciales. Éstos revelan el estado actual o el desarrollo continuo, así como también las dimensiones de latitud y longitud (plano) o la tercera dimensión (perfil). El cuadro 1 muestra elementos de una tipología de los modelos de la ciudad latinoamericana.

    Este artículo intenta presentar un nuevo ensayo de un modelo adaptado a las tendencias urbanísticas de las últimas décadas, así como los factores de la transformación económica y la globalización que han modificado en gran parte la estructura urbana.

  2. Advertencias preliminares

    La figura 1 muestra esquemas estructurales generalizados de la ciudad en América Latina, situados siempre al final de importantes fases de la urbanización, como son la época colonial (1820), la primera fase de urbanización influida fuertemente por la inmigración europea (1920), la segunda fase de urbanización marcada por el éxodo rural y la migración interna (1970) y la ciudad contemporánea (2000). En estas etapas, la ciudad cambió desde un cuerpo muy compacto a un perímetro sectorial, desde un organismo polarizado a una ciudad fragmentada.

    [FIGURA 1 OMITIR]

    Las signaturas significan elementos socio-espaciales (distribución de las clases sociales) y económicos (industria, infraestructura de comercio y servicios, aeropuerto, tránsito), así como también elementos del desarrollo urbano (consolidación, vivienda social). Como la intensificación de la segregación socio-espacial bajo la forma de los barrios cerrados es muy significativa para la ciudad contemporánea, estos desarrollos urbanos son clasificados en tres tipos.

    El texto siguiente interpreta los esquemas de cada época. Un diagrama sinóptico resume los factores de influencia a la respectiva estructura de la etapa del desarrollo urbano específico.

  3. La época colonial: la ciudad compacta

    Hacia 1573, la localización, fundación y planificación de ciudades en las colonias hispanoamericanas estaba claramente reglamentada por las "Ordenanzas de Descubrimiento y Población" (Wilhelmy & Borsdorf, 1984; Bähr & Mertins, 1995). Las capitales fueron ubicadas en el centro de sus regiones administrativas y en valles o cuencas con condiciones de clima sano. La plaza mayor, denominada originalmente plaza de armas, constituía tanto el centro de cada ciudad como la estructura clave para la red de calles urbanas. Además, la plaza actuaba como el núcleo de la vida social. La posición social de cada uno de los ciudadanos estaba determinada por la distancia de su casa respecto de la plaza principal.

    La pendiente social y funcional desde el centro a la periferia se reflejaba en la estructura social circular de los barrios. Cerca de la plaza estaba instalada la aristocracia, formada por las familias de los conquistadores, los funcionarios de la corona y los encomenderos o grandes hacendados. El círculo siguiente era ocupado por la clase media, formada por comerciantes y artesanos. En este barrio se ubicaba por lo general el mercado municipal. En el último círculo, el más periférico, vivían los "blancos pobres", los indios y mestizos.

    De esta manera, una fuerte centralización, un gradiente social centro-periferia y el principio de una estructuración socio-espacial en círculos son las características de la ciudad colonial en Hispanoamérica.

    Durante el período temprano del desarrollo urbano en Brasil hubo también otras condiciones básicas. Inicialmente, las ciudades lusoamericanas no solamente fueron utilizadas para el tránsito marítimo portugués hacia las colonias asiáticas. El hinterland no fue de interés para los portugueses. Para asegurar las bases en la costa brasileña era necesario fortificarlas contra las fuerzas europeas competidoras. Es por eso que el plano rectangular de las calles no apareció tan esquemático como en las ciudades abiertas españolas. Otra diferencia fue la orientación creciente de las ciudades lusoamericanas hacia el comercio. Al otro lado, las ciudades en los dos sub-regiones culturales del Nuevo Mundo se parecieron en la gradiente social centro-periferia, que -debido a la ubicación de muchas ciudades brasileñas frente al mar-, resultó en una estructura más como medialuna en comparación con los centros urbanos en Hispanoamérica, donde nacieron estructuras completamente circulares en las cuencas intramontanas. En el modelo solamente está representada la estructura de ciudades no porteñas.

    Condiciones básicas de la formación de la ciudad colonial...

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