Diferenciación sociodemográfica del espacio urbano de la Ciudad de México. - Vol. 37 Núm. 110, Abril 2011 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 634993901

Diferenciación sociodemográfica del espacio urbano de la Ciudad de México.

AutorGuillermo Aguilar, Adrián

RESUMEN | El objetivo de este análisis es establecer una diferenciación sociodemográfica del espacio urbano de la Ciudad de México a partir de un metodología que presenta dos principales aportes: el primero es que se aplica una clasificación geodemográfica que muy pocas veces se usa, basada en estilos de vida o niveles socioeconómicos que tienen su origen en la geodemografía o geomárketing; y en segundo lugar, se usa información censal altamente desagregada a nivel de manzana que en muy pocos estudios se han llevado a cabo; como parte de los resultados se identifican seis clusters y se calculan varios índices de segregación residencial. Lo anterior se elabora tomando como referencia los estudios de segregación residencial que se han llevado a cabo en América Latina y en México. Las conclusiones dan cuenta de cómo en la Ciudad de México se notan rasgos del modelo tradicional de segregación, como la persistencia de las élites en ciertos espacios, y cómo los estratos proletarios y las clases medias han tenido una marcada dispersión, junto a la localización periférica de los grupos pobres, más en sintonía con las propuestas del actual modelo de dispersión y fragmentación del espacio urbano.

PALABRAS CLAVE | Metropolización, desigualdad social, fragmentación urbana, segregación, transformaciones socio-territoriales.

ABSTRACT The aim of this analysis is to establish a socio-demographic differentiation for Mexico City using a methodology that presents two main contributions: first, it applies a geo-demographic typology based on life styles or socioeconomic levels taken from geo-marketing databases; and second, it uses highly disaggregated census information at block levels that has only been applied in very few studies. Six clusters and several segregation indices were calculated. Conclusions show that Mexico City has features of the traditional residential segregation model with elite groups highly concentrated in specific zone, while other socio-demographic groups such as the middle and working classes present a marked dispersion in urban space, more in accordance with the proposals of the new dispersed and fragmented urban model.

KEY WORDS | Metropolization, social inequality, urban fragmentation, segregation, socio-territorial transformations.

Presentación

La diferenciación socioeonómica del espacio urbano ha sido un tema de gran interés en el análisis de las ciudades en diferentes contextos culturales, podría decirse que desde el surgimiento de los centros urbanos. Prácticamente todas las ciudades presentan una clara división entre las áreas residenciales ocupadas por los grupos sociales más ricos, aquellas zonas donde predominan las clases medias y los espacios donde los grupos más pobres están confinados. Este proceso de diferenciación es parte esencial del desarrollo urbano y se ha convertido en una línea de investigación en el análisis urbano, entre otras razones, porque la propia existencia de divisiones socioeconómicas en el espacio puede actuar como un mecanismo de reproducción de esas mismas diferencias.

El objetivo de este análisis es establecer una diferenciación socioeconómica del espacio urbano de la Ciudad de México partiendo de una metodología que presenta dos principales aportes. El primero es la aplicación de una clasificación geodemográfica poco común en la literatura en español, basada en estilos de vida o niveles socioeconómicos que tienen su origen en la geodemografía o geomárketing. En segundo lugar, se analiza información censal con una alta desagregación espacial a nivel de manzana, utilizada hasta ahora por muy pocos estudios en México que se centran principalmente en áreas geoestadística básicas (AGEB) con mucho mayor extensión que la manzana. Identificando estas innovaciones, se elabora un análisis de desigualdades socioespaciales, tomando como referencia los estudios de segregación residencial que se han llevado a cabo en América Latina (AL) y en México. Las conclusiones dan cuenta de cómo en la Ciudad de México se perciben rasgos del modelo tradicional de segregación, como, por ejemplo, la persistencia de las élites en ciertos espacios; a la vez, se constatan otros patrones y procesos, como son la marcada dispersión de los estratos proletarios y las clases medias, junto a la localización periférica de los grupos pobres, los cuales están más en sintonía con las propuestas del actualmente prevalente modelo de dispersión y fragmentación del espacio urbano.

Segregación residencial en América Latina. Tendencias recientes

Los estudios de Segregación Residencial (SR) no muestran ser una línea muy productiva de investigación en la literatura urbana de América Latina. En las últimas dos décadas se observa una ausencia relativa de este tipo de estudios que, partiendo de un análisis sistemático, aporten una visión macro acerca de las principales divisiones sociales en el espacio urbano de las ciudades, naturalmente, salvo algunas notables excepciones. Por un lado, los análisis de SR son escasos, fragmentados y con poca comparación entre los países, por lo que el debate sobre su evolución se basa en experiencias concretas y con frecuencia en el uso de diferentes medidas estadísticas no comparables entre sí. Además ha habido una falta de estudios empíricos sobre este tema que intenten demostrar una hipótesis específica, o hacer una comparación en el tiempo (Rodríguez y Arriagada, 2004, p. 2; Sabatini, 2003, p. 3).

Por otra parte, más allá de un análisis amplio y general de la ciudad se ha otorgado, un mayor énfasis a las condiciones particulares de determinados grupos sociales, en su mayoría los grupos pobres y sus condiciones de asentamiento, y mucho menor a las clases medias o grupos acomodados (Schteingart, 2001, p. 14). Como excepción a esta tendencia general puede mencionarse el caso particular de Santiago de Chile, que cuenta con un número relativamente alto de estudios para todos los grupos sociales (1) (ver, por ejemplo, Ortiz y Schiappacasse, 2000; Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001; Sabatini, 2003; Rodríguez y Arriagada, 2004; Cáceres y Sabatini, 2004; Cortés, 2008; Sabatini y Brain, 2008).

La SR surge como un mecanismo particularmente importante en la reproducción de las desigualdades socioeconómicas, el aislamiento y la inseguridad de los grupos más pobres. Asimismo, la concentración territorial de la pobreza en gran medida influye en la falta de acumulación de capital educativo y social en términos de vínculos sociales, contactos o participación en redes (Rodríguez y Arriagada, 2004, p. 12). En los últimos años han surgido una serie de estudios centrados en temas como los barrios cerrados, la segregación espacial en las áreas metropolitanas, las estructuras policéntricas, la segmentación del mercado de trabajo, el aislamiento de la población urbana pobre o las drogas y la delincuencia. Estos análisis muestran una mayor preocupación acerca de la globalización y la reestructuración económica y sus efectos en las divisiones socioespaciales urbanas, y exigen un trabajo comparativo y empírico a nivel macro -de ciudad- y micro -de barrio.

El concepto de segregación residencial se ha definido como la aglomeración o la distribución de los grupos sociales de una misma condición socioeconómica en el espacio. Esta segregación puede ser identificada de acuerdo a una condición de etnicidad, migración o condición socioeconómica entre las características socioidentitarias más importantes. Se argumenta que en América Latina las fuertes desigualdades de ingresos o el nivel socioeconómico se erigen como el rasgo más característico de la estructura social, incluso más que la pobreza. Con este fin se han diferenciado tres medidas principales de la segregación: (i) la proximidad física entre los espacios residenciales ocupados por distintos grupos sociales, (ii) la homogeneidad social interna de las diferentes divisiones territoriales en que se puede estructurar el espacio urbano, y (iii) la concentración de grupos sociales en zonas específicas de la ciudad (ver Sabatini, 2003, pp. 7-8; Rodríguez and Arriagada, 2004). Sin embargo, existen ciertas dificultades con algunos de estos conceptos. Por ejemplo, una zona totalmente homogénea es prácticamente imposible de encontrar, y depende de la escala del análisis utilizada; los grupos sociales pueden ser altamente segregados en una zona homogénea, lo que supone que los grupos están muy concentrados en lugar de mezclarse. Tampoco está muy claro si la mejor manera de captar la importancia de la distancia entre grupos sociales es a través de su dimensión física, ya que la distancia sociocultural puede ser más importante, si bien es muy compleja de definir y medir (Rodríguez, 2001, p. 13).

En el caso de la SR el objetivo principal es diferenciar los estratos socioeconómicos, si bien la manera de identificar las fronteras entre dichos estratos no es tan evidente, como, por ejemplo, en el caso de grupos étnicos. Cabe resaltar que desde la última década en los grandes países de América Latina los datos del censo están disponibles a un nivel altamente desagregado en el espacio urbano. Sin duda, este hecho ha facilitado el análisis a una escala micro en la ciudad, lo que recientemente ha estimulado y aumentado el análisis macro-micro urbano (2).

La transformación del patrón espacial de la SR

El proceso más importante en la literatura de las últimas décadas es el cambio en el patrón de la SR observado en las ciudades latinoamericanas. Dicho cambio denota una transformación desde una ciudad relativamente compacta, asociada con el modelo tradicional de SR que dominó hasta la década de 1980, hacia una ciudad con un patrón más disperso, donde las élites se han trasladado a la periferia, han surgido nuevos subcentros urbanos, y los nuevos grupos más pobres se establecieron en una periferia lejana dentro del área rural, entre los procesos más importantes observados (Sabatini, Cáceres y Cerda, 2001; Janoschka, 2002; Borsdorf, 2003; Sabatini, 2003; Sabatini y...

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