El encarcelamiento y la reincidencia femenina
| Autor | Ana María Morales |
| Cargo | Abogada de la Universidad de Chile, y Magister en Política Criminal del London School of Economics and Political Science, en Londres |
| Páginas | 4-8 |
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Los análisis delictuales basados en distinciones de género constituyen actualmente un tema central en la criminología y en los estudios acerca del funcionamiento del sistema de justicia. Esto, en gran medida, resulta atribuible a los esfuerzos realizados por la criminología feminista, siendo una de sus principales contribuciones el apuntar a reconocer el género como un constructo social y no simplemente como una variable estadística1.
Algunos de los llamados factores “no controvertidos” de la criminología en esta materia indicarían que los hombres cometen delitos con mayor frecuencia que las mujeres, generalmente se involucran en delitos más graves y más violentos, y reinciden en mayor proporción que las mujeres2.
Por otro lado, uno de los aspectos más debatidos a nivel internacional dice relación con el aumento de la delincuencia femenina a partir de los años 60, la que se habría incrementado con mayor rapidez que aquella cometida por hombres, y que a su vez habría influido en un crecimiento notable del encarcelamiento femenino3.
Esto último se ha podido constatar en algunos países, como en el caso de Estados Unidos. De acuerdo a los datos presentados por la oficina nacional de estadísticas de dicho país, se habría observado un dramático incremento en el encarcelamiento femenino en la década de los 90, aumentando un 108% entre 1990 y 2000, mientras que la cantidad de hombres encarcelados aumentó 77% en el mismo período4, no obstante que en los años siguientes los crecimientos se tienden a equiparar, observándose a partir de 2011 una tendencia general a su descenso. Al 2012, las mujeres representaban el 6,9% del total de personas encarceladas a nivel estatal y federal5.
Este crecimiento en el encarcelamiento femenino ha sido atribuido por la criminología a un aumento en la participación de mujeres en el consumo de drogas y las repercusiones de las llamadas políticas de “guerra contra las drogas” desarrolladas especialmente en EE.UU6.
En efecto, de acuerdo a las estadísticas ya citadas, si bien claramente hay un aumento en la cantidad de personas recluidas de ambos sexos, las razones asociadas a dicho aumento son diferentes. Así, en el caso de los hombres, los incrementos registrados obedecerían a un aumento en los delitos violentos, mientras que en el caso de las mujeres esto se asociaría a la mayor comisión de delitos de drogas7.
Es así como al año 2008, el 27% de mujeres recluidas en las cárceles estatales en dicho país lo estaban por delitos de drogas, mientras que en el caso de los hombres el 18% lo estaba por los mismos delitos. A estas cifras le siguen los delitos contra la propiedad, que también se presentan con mayor frecuencia en el caso de las mujeres con 29% frente al 18% correspondiente a los hombres, mientras que en relación a los delitos violentos, éstos últimos son mayoritariamente cometidos por hombres (53%), con una significativamente menor presencia femenina (35%)8.
En materia de reincidencia, estudios como el desarrollado por Langan y Levin9 en EE.UU., muestran que las mujeres reinciden efectivamente menos (17,3%) que los hombres (26,2%), en un período de observación de 36 meses. Asimismo, en un re-análisis de los datos presentados por dicho estudio, Piper
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y sus colaboradores lograron establecer que tanto los delitos contra la propiedad, como los delitos de drogas, presentan las mayores reincidencias en el caso de las mujeres, representando el 40% y 42% respectivamente del total de aquellas que retornaron a la cárcel en virtud de una nueva condena10. Por otro lado, si bien -al igual que la reincidencia masculina- el primer año es aquel en el cual se presentan los mayores riegos de reincidir, sí se observaron diferencias en relación a la especialización, toda vez que no fue posible establecer una...
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