Energías renovables: Una nueva política normativa para enfrentar una nueva crisis energética - Núm. 1, Mayo 2009 - Justicia Ambiental. Revista de Derecho Ambiental de la ONG FIMA - Libros y Revistas - VLEX 648248181

Energías renovables: Una nueva política normativa para enfrentar una nueva crisis energética

AutorAndrés Pirazzoli Pinochet - Rodrigo Polanco Lazo - Jennifer Gleason
CargoLicenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Chile - Abogado, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales y Magíster en Derecho Económico, Universidad de Chile - Abogada, University of Oregon
Páginas09-59
JUSTICI A AMB IENTAL 1 – M AYO 2009
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ENERGÍAS RENOVABLES
Una nueva política normativa para enfrentar un a nueva crisis energét ica
Andrés Pirazzoli Pinochet*
Rodrigo Polanco Lazo
Jennifer Gleason
I.- ¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE ENERA
RENOVABLE?
Si bien en la actualidad no exis te una definición de general aceptación o que se haya
acuñado en términos oficiales, el uso del concepto “energía renovable” se vincula en
términos amplios, a toda fuente energética que se encuentre natur almente dis ponible
y que tenga la c apacidad de r egenerarse de la misma manera. “Enera”, por una
parte, es un c oncepto que puede tener variadas y distintas ace pc iones, pero que cada
vez que se aborda su definición, la idea común que se encuentra en todos sus
significados , es la de consistir en el poder por el cual algo o alguien, actúa
efectivamente para mover o transformar un objeto o un sujeto.
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Así, el Diccionario de
la Real Academia de la Lengua Española, la define como la capacidad para realizar un
trabajo.
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El “trabajo” que en este caso nos ocupa es la generación de electricidad, por
lo tanto, el término “energía” será empleado en este sentido, aludiendo a la habilidad
de un elemento para generar directa o indir ectamente electricidad.
En cuanto al adjetivo “r enovable”, algunos autores como John Peet, lo utilizan para
distinguir entre los recursos de reserva y aquellos de flujo.
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La distinción,
gicamente, se hace a partir de la percepción humana. De esta for ma, los recursos de
reserva, o no renovables, son aquellos c uya formación tomó millones de años (como el
petróleo y otros minerales) y que no pueden ser regenerados o reemplazados en un
período de tie mpo que pueda ser experimentado por la humanidad. Los renovables,
por oposición a los primeros, son aquellos que fluyen naturalmente y que sólo pueden
ser almacenados por períodos cortos de t iempo.
* Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Universid ad de Chile. LL.M. in Environmental and N atural Reso urces
Law, Un iversity of Oregon.
Abogado, Licenciado en C iencias Jurídicas y Sociales y Magíster en Derecho Económico, Universidad de Chile.
LLM Internati onal Legal Studies, New York University (NYU). Profeso r Derecho Internacional E con ómico,
Facultad de Derecho, Universidad de Chile.
Abogada, University of Oregon. Staff Attorney de la Environmental Law Alliance Worldwide (E-L AW) y
Profesora de Law and Energy, Univ ersity o f Orego n, School of Law.
1
JONES Ho ward Mumford, The Age of Energy: Varieties of Ameri can Experience, 1865-1915 (Viking Press, New Yo rk,
1971) pp. 104-105, en: BOSSELMAN Fred, ROSSI Ji m y LANG WE AVER Jacqueline, En ergy, Economics and The
Environ ment, cases and materials. (Foundation Press, New York. 2000), p. 24.
2
Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, (22
da
ed., Madrid, 2001), p. 91 0.
3
PEET John, Energy and the Ecological Economics of Sustainability, (Island Press, Wash ington D.C., 1992), en
BOSSEL MAN et. al., supra nota 1, p. 26.
ENERGÍAS RE NOVABLES
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Las Ener gías Renovables (ER) suministran actualmente el 13,1%
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de la demanda
mundial de energía primar ia.
5
Fuentes como la luz del sol, e l viento, el calor de la
tier ra y las aguas de los ríos que la recorren, el mar, la biomasa y los biocombustibles,
se encuentran inc luidas en este grupo.
La literatura ha distinguido al menos tres grupos de ER que pueden encontrarse en el
mercado: la biomasa
6
tradicional,
7
las gr andes ce ntrales hidroeléctricas, y las llamadas
energías renovables no convencionales (ERNC) o new renewables. En este último
grupo se sitúan fuentes como la pequeña hidroelectricidad,
8
bio masa limpia, energía
eólica, energía solar térmica y solar fotovoltaica, la geotermia y los biocombus tibles .
Fuentes Energéticas Disponibles
Hace un momento distinguimos los grupos de fuentes renovables, pero exis te una
clasificación más amplia de los tipos de fue ntes ener géticas disponibles en la
gener ación eléctrica: las fuentes no renovables, las renovables convencionales, y las
renovables no convencionales. Cada una de ellas tiene efectos ambientales diferentes.
Si bien las fuentes no renovables se encuentran naturalmente en el ambiente, tienen
un período de formacn de tan antigua data y extensión, que es imposible que
vuelvan a generarse en nuestra presencia. Combustibles fósiles como el petróleo, el
carbón, o el gas, utilizados en procesos de generación térmica de electricidad, o
inclusive el uranio, insumo principa l en la generación nuclear de electr icidad, se
encuentran disponibles en nuestr o planeta por un período limitado de tiempo.
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A lo anter ior se suman las dificultades ambientales generadas por s u utilización
masiva en el tr ansporte, la vivienda, la industria y la generación eléctr ica. El empleo
de combustibles siles, libera diferentes agentes contaminantes a la atmósfera de los
que se derivan graves problemas ambientales, como la lluvia ácida, la contaminación
del aire por increment o de los nive les de ozono y el cambio climático, entre otr os,
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los que a su vez traen diversas consecuencias, como la pérdida de res ervas de agua
dulce, o el inc r emento de catástrofes “naturales”. Cada vez existe mayor consenso
mundial en cuanto a estos inconvenientes , y se realizan esfuerzos en tor no a
4
INTERNATI ONAL ENERGY AGENCY, Renewables in a Global Energy Supply, An IEA Fact Sheet.
OEC D/IEA (2007), p. 3 [en lí nea] http://www.iea.org/textbase/papers/200 6/renewable_ factsheet.pdf> [fecha
de consu lta: 5 de marzo de 2009]
5
Se entiende po r energía pri maria, toda fuente de energía que s e encuen tre na turalmente disponible, y d e cuyo
manejo pueda obtenerse electricidad y calor.
6
Materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía
Diccionario de la Lengua Española de la Real Acade mia Españo la (22
da
ed., Madrid, 2 001), p. 320.
7
Fuentes como la leña, la p aja, el carbón, los residuo s agrícolas y el estiércol, entre otras.
8
Legislación nacional reciente establece el límite de la pequeña hidroelec tricidad en 20.000 Kw de potencia instalada.
Ver artículo 4° numero 2) de la Ley Nº20.257, publicada en el Diario Oficial del 20 de marzo de 2008.
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Para autores co mo Enrique Domingo López, los datos son decid ores. Las reservas de petróleo dan para no más de
45 años, las de gas natural para no más 66, las de c arbón para 2 00 años, al tie mpo que el uranio se ago taría en unos
64 años más. DOMINGO LÓPEZ Enrique. Régimen ju rídico de las energí as renovab les y la cogeneraci ón elé ctrica
(Ministerio de Administraciones Púb licas, Madrid, 200 0), p. 4 3. Otros son más optimistas respecto de la
disponibilid ad del carbón y estiman que las r eservas de carbón (en relación a su ritmo de explotación) durarían otros
200 años. Así, SANCHO GARCÍA José, Gestión de la Energía (Edit. Univ. Po litec. Valencia, 2006). p. 45.
10
Según el último reporte del Grupo Intergubername ntal d e Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de
Noviembre de 2007, el 5 6,6% de los gases con efecto invernadero generad os p or actividad humana, corresponden a
CO
2
derivado del uso de combustible fósil. A su vez, el 25,9% de la emisión de estos gases se deriva de activid ades de
generación de energía. [en línea] h ttp: //www. ipcc.ch/ pdf/assessment -report/ar4 /syr/ar4_syr_spm. pdf [fecha de
consulta: 5 de marzo de 2009 ]
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cuantificar económicamente sus costos , de manera de poder tomar acciones para
enfrentarlos.
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En cuanto a las renovables convencionales, como las grandes centrales
hidroeléctricas y la biomasa tradicional entre otras, cabe mencionar que su utilización
indiscriminada y generalizada está lejos de ser inocua o de no presentar dificultades
ambientales. Muy por el contrario, las externalidades negativas de su implementación
se equiparan muchas veces a las de aquellas instalac iones que se basan en el uso de
combust ibles fósiles. A modo de ejemplo, podemos analizar el caso de las grandes
centrale s hidroeléctricas.
Para países como Chile, que son a la vez carentes y dependientes de insumos
energéticos como el gas y el petróleo, la hidr oele ctric idad se presenta como una
opción muy llamativa, ya que la opinn tradicional estima que el agua es un recurso
infinito (por oposición al petróleo o el gas), y por lo tanto renovable. Una opinión
distinta, basada en sus efectos ambientales, estima que la hidroelectricidad de gran
escala no es una fuente renovable, por cuanto presenta serias ineficiencias y genera
daños de gran entidad en el ambiente. En otras palabras, se le niega un carácter
renovable por su falta de sustentabilidad.
La alt eración de hábitats naturales de espec ies acuáticas y terrestres en la
transformación de ríos de cauce dinámico por causa de su embalse, la restr icción de
actividades de pesca comercial y recreativa, la imposibilidad de la práctica de deportes
vinculados al río, son todos impactos ambientales irreversibles, o cuya reparación
presenta costos altísimos.
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Asimismo, además de los daños producidos por los
embals es, deben cons ider arse los efectos vinculados a la transmisión de la electricidad
que se produce en estas instalaciones.
Es preciso tomar en cuenta que cuando se trata de grandes centrales, la electricidad
gener ada no será consumida únicamente por las comunidades aledañas al proyecto
(en muchos casos en lo absoluto). Normalment e la electricidad será despachada a
distanc ias considerables, para abastecer los requerimientos energéticos de actividades
industriales y ciudades grandes y lejanas. La tecnología de transmisn eléctrica ha
permitido transportar cada vez mayor volumen de electricidad y a menores costos, lo
que ha resultado en un aumento notable de las redes de distribución. Pero aparejado a
ello, surge la preocupación relativa a los efectos que las líneas de transmisión puedan
tener en la salud humana,
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y a la destrucción de los ecos istemas en sus recorridos,
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Entre las extern alidades negativas que es p osible identificar, se cuentan entre o tras: a) los costes de servici os
sanitarios para hacer fren te a enf ermedades y problemas de s alud derivad os de los efectos ambientales de la
combustión de petróleo y carb ón; b) los costes de la pérdida de calidad de v ida y bienestar social más difícilmente
cuantificables); y c) costes derivados de la dependencia y compra de los combus tibles fósiles de fuentes extranjeras.
DOMINGO LÓPEZ, supra nota 9 , p. 374.
12
BRADLEY Jr. Robert L. The Origins of Political Electricity: Market Failure or Politica l Opportunism, en Energy,
Econ omics and The Environment cases and materials, en BOSSELMAN et. al., supra nota 1, p.198.
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La proximidad con corrientes eléctricas de alta tensión puede producir alt eraciones en la formación celular de los
organismos vivientes, con resultado s de cáncer en el caso de humanos, po r la exposición prolongada a los camp os
electro magn éticos de baja frecuenci a que se producen. La Agencia Internacional para la Investig ación del C áncer
(IARC) – una agenci a d e l a Organizaci ón Mundial de la Salud ( OMS) especializada en la investigación del cáncer –
concluyó que los campos d e frecuencias extremadamen te bajas (EL F) podrían causar cáncer en hu manos por su
interacción con los tejidos, sobre todo en niños. [en línea] h ttp://www.who.int/ mediacentr e/factsh eets/fs263/es/
[fecha de consulta: 5 de marzo de 2009].

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