A Enrique syms. - Núm. 46, Marzo 2008 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 68429560

A Enrique syms.

AutorValdevenito, C

El 7 de mayo, he recibido tu última novela y te contesto en esta carta: estarás furioso conmigo y tienes razón, pero el trabajo literario se desarrolla en un montón de papeles, en el que los más antiguos van quedando día a día sumergidos bajo los más recientes y apremiantes. Te diré que empecé a leer la novela inmediatamente y vi que no la podía aceptar. Sin embargo, para contestarte quería tener tiempo de llegar hasta el final, porque tú me lo habías pedido. La novela no me gustó, porque está la vieja historia de siempre, y sobretodo porque sacas a relucir de vez en cuando; " ... ", " ... ", "..." ¿quién te ha enseñado a escribir éstas cosas? ¿Cómo es posible? ¡Por Dios, si me dan ganas de romperte la cara!

Lo he leído detenidamente y todo es muy inmaduro en cuanto a escritura, en cuanto a humanidad, en cuanto a gusto, pero tu libro es una anécdota muy viva y alcanza su efecto. También es una cursilería tremenda, llena de cosas truculentas y de obscenidades. Tiene pocas cualidades y muchos defectos. En mi opinión deberías cambiar de método. Escribe una frase, reléela y si sientes que tienes algo ya oído, algo que cosquillea tu gusto, bórrala y recházala, hasta sentirla completamente normal, sin ninguna complacencia, pero que describa las cosas como son. Y sigue así. No escribas cosas tan inverosímiles o infantiles: describe lo que haces desde la mañana cuando te levantas, hasta la noche cuando te vas a dormir. Al cabo de poco descubrirás un montón de cosas y te darás cuenta de que tocas la realidad con tus manos. Tengo que decirte, por otra parte, que no hay nada que haga exclamar: "Oh, formidable", que te lleve a descubrimientos insospechados. Es un "honesto" librito que se debate entre tropiezos. Me parece que todavía sientes la tentación de decir demasiadas cosas, en su mayoría superfluas. Y es evidente que has jugado con esa treta de que el hombre sea una mezcla de bien y de mal, pero a mí, en el fondo me importa muy poco, ¿por qué...

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