Un esquema teórico general para la comprensión de protestas y movimientos sociales - Núm. 173, Enero 2020 - Serie Informe Sociedad y Política - Libros y Revistas - VLEX 838828040

Un esquema teórico general para la comprensión de protestas y movimientos sociales

AutorMiguel Ángel Martínez M.
CargoDoctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación por la Universidad Complutense de Madrid. Licenciado y Magíster en Ciencias Políticas por las universidades Central de Venezuela y Simón Bolívar, respectivamente
Páginas8-9
Serie Informe Sociedad y Política 173 8
utores como Charles Tilly, Sidney Tarrow y Doug
McAdam han desarrollado, a lo largo de su obra
académica, una batería de conceptos y teorizacio-
nes orientadas al estudio de protestas populares
y movimientos sociales. A través de esas herramientas se
ofrece un cuadro general para la comprensión de este tipo
de fenómenos sociales, un cuadro que resulta útil esbozar
al inicio del presente informe.
La idea central tiene que ver con el hecho que los gran-
des ciclos de protesta y movilización social están confor-
mados por una serie de factores relativamente indepen-
dientes que pueden combinarse entre sí de formas muy
diversas, complejas y a menudo inesperadas, aunque
inteligibles. Como todo fenómeno que se desarrolla en
el marco de la acción colectiva, no tiene sentido atribuir
su desarrollo a una única racionalidad subyacente; por el
contrario, en este tipo de hechos y dinámicas sociales se
produce la concatenación de múltiples voluntades y ra-
cionalidades particulares, las cuales a menudo terminan
por generar resultados que escapan al control de cual-
quier intento de dirección centralizada.
En tal sentido, y en el marco del típico debate en ciencias
sociales sobre el peso de los actores vs. la influencia de
las estructuras (agency vs. structure; ver por ejemplo Golds-
tone, 2010), la idea es comprender hasta qué punto los
grandes ciclos de protesta son producto o consecuencia
necesaria y espontánea de las condiciones generales del
contexto, o si son más bien el resultado de acciones deli-
beradas de ciertos actores. La respuesta a tal interrogante
pasa por el estudio de:
a) la incidencia de esas condiciones generales (por
ejemplo, las variables socioeconómicas, la pobreza,
la desigualdad, diversas condiciones socioculturales,
etc.) sobre las grandes movilizaciones populares;
b) las situaciones o coyunturas concretas que pudieran
detonar el estallido de dichas movilizaciones (hechos
especícos que parecen disparar estos procesos);
A
2. UN ESQUEMA TEÓRICO GENERAL
PARA LA COMPRENSIÓN DE PROTESTAS
Y MOVIMIENTOS SOCIALES
c) las agendas para la acción de determinados grupos
políticos y sociales que, en efecto, intentan propiciar
las movilizaciones.
McAdam, Tarrow y Tilly (2004) articulan dicho análisis a
través de la llamada teoría de las oportunidades políticas,
donde distinguen entre “procesos enmarcadores”, “estruc-
turas movilizadoras” y “oportunidades” (framing processes,
movilizing structures and opportunities). Las oportunidades
son los contextos concretos en los que se van perlando la
naturaleza y estructura general del malestar que eventual-
mente dará origen y sentido a las protestas. Se relacionan
directamente con los motivos de ese malestar popular -por
lo general vinculados a vulnerabilidades y aspiraciones que
afectan a sectores relativamente amplios de la población-,
y terminan por generar coyunturas especícas en las que
se hacen más evidentes los descontentos masivos, los
asuntos en disputa, las demandas sociales y la naturaleza
de los conflictos.
Por su par te, el concepto de estructuras movilizadoras se
reere a las organizaciones que más directamente parecen
estar en capacidad de articular esas demandas para cuya
expresión se van acumulando las oportunidades. Dichas
estructuras proporcionan canales de comunicación, trans-
miten mensajes, generan lealtades y coordinan la partici-
pación de muchas de las personas que nalmente prota-
gonizarán las movilizaciones y protestas. Puede tratarse
de asociaciones civiles, ONG, congregaciones religiosas,
grupos estudiantiles, etc.
En cuanto a los procesos enmarcadores, estos se reeren
a los esfuerzos estratégicos conscientes que desarrollan
ciertos líderes sociales y políticos para canalizar la energía
del descontento popular hacia la consecución de determi-
nados objetivos políticos. Para ello dichos líderes generan
discursos, relatos y narrativas que ofrecen una interpre-
tación particular del malestar general, así como metas
concretas por las cuales luchar. A través de los procesos
enmarcadores se capitalizan políticamente las oportunida-
des, materializándolas mediante agendas de movilización.

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