Historia del subsidio a Transantiago: cubriendo los déficits de un mal diseño - Núm. 1432, Enero 2020 - Temas Públicos - Libros y Revistas - VLEX 838828020

Historia del subsidio a Transantiago: cubriendo los déficits de un mal diseño

LIBERTAD Y DESARROLLO
TEMAS PÚBLICOS
www.lyd.org
1432 - 1
3 de enero de 2020
ISSN 0717-1528
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HISTORIA DEL SUBSIDIO A TRANSANTIAGO:
CUBRIENDO LOS DÉFICITS DE UN MAL DISEÑO
Durante el gobierno del Presidente Ricardo Lagos se impulsó una gran reforma al
transporte público de Santiago, conocida como Transantiago. Los expertos que
diseñaron el sistema aseguraban que debido a su eficiencia no iban a ser necesarios
recursos públicos para subsidiar su operación. Incluso aseguraban que iba a tener
menores costos que el sistema de buses de la época, conocido como “micros
amarillas”.
Luego de varias postergaciones, la puesta en marcha de Transantiago se llevó a cabo
en febrero de 2007, durante el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
El cambio de sistema significó, en la práctica, dejar a buena parte de los habitantes
de Santiago sin transporte público debido a serias deficiencias de diseño del
sistema, así como de los contratos con los operadores. Además de las severas
deficiencias de servicio, Transantiago resultó ser, contrario a lo que estimaban sus
impulsores, un sistema tremendamente deficitario.
CREACIÓN Y EVOLUCIÓN DEL SUBSIDIO
A partir de 2007 se llevaron a cabo importantes cambios, tanto de contratos como
de recorridos, para atender la precaria situació n de transporte público dejado por
El subsidio a Transantiago surgió como una necesidad para cubrir una emergencia producto de
severos errores en el diseño e implementación del nuevo sistema de transporte.
Por motivos políticos, la aprobación de este subsidio se hizo junto con un fondo “espejo” para
las regiones.
A pesar de que la ley que crea el subsidio se ha modificado en tres ocasiones para aumentar
los montos de éste, el uso de los recursos no cuenta con evaluaciones de rentabilidad social.
Diversos estudios cuestionan los eventuales beneficios de los subsidios a la tarifa del
transporte público. Por cierto, varias ciudades asiáticas cuentan con excelentes sistemas de
transporte público que no requieren de subsidios a su operación.

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