¿Hoja en blanco o tradición constitucional? - Núm. 175, Agosto 2020 - Serie Informe Sociedad y Política - Libros y Revistas - VLEX 847518533

¿Hoja en blanco o tradición constitucional?

Páginas14-16
TRADICIÓN CONSTITUCIONAL?
¿POR QUÉ COMO CHILENO DEBO SABER ESTO?
Uno de los asuntos que está generando más
controversia en la opinión pública chilena, a
propósito del posible cambio constitucional, es
el relativo al marco referencial del cual ha de
partir el trabajo de la eventual convención cons-
titucional.
Mientras algunos estiman que esa instancia
deberá tomar como referencia el texto de la
Constitución vigente, otros, por el contrario,
opinan que deberá ignorar ese texto y generar
uno nuevo partiendo de una hoja en blanco, que
se irá llenando con las decisiones adoptadas
según la mayoría que regirá el trabajo de la
convención, la cual tendrá como referentes en
su labor solo algunos conceptos políticos y
obligaciones internacionales del Estado chileno.
Una primera lectura de las posturas descritas
puede hacer pensar que la primera corresponde
a la de quienes se oponen a cambios reales,
profundos y necesarios en el texto constitucio-
nal del país, y buscan excusas para que sean
cambios cosméticos los que se hagan; y la
segunda a la de quienes sí apoyan un cambio
constitucional real, de fondo y de progreso, en
atención a las demandas sociales de los ciuda-
danos.
Sin embargo, una segunda lectura de ambas
posturas permite comprenderlas de otra
manera. En ella, la primera postura figura como
la propuesta de quienes conscientes de que el
marco constitucional de un país deriva de inven-
ciones abstractas de la mente, ni de la mera
voluntad de querer hacer las cosas de un modo
determinado, estiman que Chile no debe improvisar
o dar un salto al vacío en materias como forma del
Estado, derechos, sistema de gobierno, orden
económico, etc.
Para evitar ese salto, la convención debe partir de la
tradición constitucional chilena, contenida en la
evolución operada entre la primera Constitución de
1818 hasta la actual de 1980, con sus más de 20
reformas, todo ello con el objetivo de introducir
cambios y mejoras reales en las áreas en que esa
tradición se volvió insuficiente y requiere innova-
ción, para así dotar de renovada legitimidad al texto
constitucional resultante, en sintonía con las
exigencias ciudadanas.
Esta otra lectura permite ver, por otro lado, a la
segunda postura como la propuesta de quienes no
hallan algo positivo o beneficioso en la tradición
constitucional chilena, sino al contrario, encuentran
en ella las causas primeras de los más graves
problemas de la ciudadanía en áreas como salud,
educación, seguridad social, empleo, impunidad,
etc., siendo la prueba de esa conclusión el rechazo
que un sector de la población tiene hacia el texto
constitucional vigente.
Por eso piensan que para progresar y dar soluciones
desde la Constitución a dichos problemas, el no
atarse a lo vigente o a lo pasado sino sustituirlo en
todo lo posible, en esa hoja en blanco a adoptar, por
opciones y alternativas ajenas, lo más posible a esa
tradición, posiblemente tomadas de la experiencia
de otros países, de América Latina o de Europa,
desde las cuales tener una Constitución enteramen-
te nueva y ajustada a las expectativas ciudadanas.
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serie informe SOCIEDAD Y POLÍTICA 175

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