Presentación del libro: Globalización e identidades nacionales y postcoloniales ... ¿De qué estamos hablando? de Grínor Rojo.
| Autor | Arrate, Jorge |
Links a los datos del libro: http://www.filosofia.uchile.cl/cecla/index.php?pagin=publi6
25 de mayo de 2006. Sala Eloisa Diaz. Casa Central de la Universidad de Chile
Alicia Ramírez se llamó mi primer muerto. No la conocí. Cayó el lo de abril de 1957 en las cercanías de un cine que habia en la calle Santa Lucía, al borde del cerro, baleada por la policia durante una manifestación estudiantil. Iba a ser enfermera, en la Universidad de Chile. Se desplomó, como había caldo Ramona Parra en 1946, en la Plaza Bulnes, según yo había oído decir. La futura enfermera no pudo intentar siquiera detener el flujo de su propia sangre. Ya estaba muerta. Los estudiantes huyeron por los senderos del cerro o se cobijaron tras los árboles frondosos, detrás de las grandes piedras, en los recodos.
Al otro lado de la Alameda estaba la vieja casona de la FECH, con su balcón en el segundo piso. No lo sabiamos entonces, pero desde alli hablaría Allende trece años más tarde la noche de su victoria presidencial. La FECH era acogedora, o asi me lo parece actualmente, con su gran patio central de baldosa. En los cuartos que lo rodeaban funcionaban los dirigentes universitarios de los diversos partidos. A los estudiantes de educación media y a su Federación nos prestaban salas para las reuniones. Desde esas piezas oscuras y de asientos incómodos salieron las instrucciones para el día siguiente. El 2 de abril en la mañana llegamos a nuestros liceos dispuestos a sacar a los muchachos a la calle. En la esquina de Arturo Prat y Alameda conseguimos que el Instituto Nacional entero se plegara al paro y al desfile. Las horas siguientes fueron dramáticas. Más de veinte muertos registró el parte oficial, pero hay quienes sostienen que hubo decenas. Santiago estuvo en estado de sitio durante largos días, con control total de las radioemisoras y con inolvidables boletines periódicos de un general de apellido Gamboa, jefe de la plaza, que se erigió en el vencedor de lo que él mismo bautizó como "la batalla de Santiago". Años más tarde dirían nuevamente que hablamos vivido una guerra... Gamboa era un Pinochet chiquito, con su matanza chiquita, un atisbo de lo que vendría.
Teníamos quince años y yo, hijo de masón, me declaraba radical.
Relato este episodio porque me he preguntado en qué calidad estoy aqui como presentador del libro de Grínor Rojo. Creo que, probablemente, en aquellas horas, entre la multitud de institutanos, ha estado Grínor, y sin duda otros que harían de la palabra escrita su vocación de vida: el periodista asesinado durante la dictadura Augusto Carmona, el crítico literario y editor Mariano. Aguirre, el poeta Manuel Silva Acevedo, los novelistas Antonio Skármeta y Carlos Cerda, entre los que recuerdo.
Partes del libro de Rojo podr[an haber sido, naturalmente sin la erudición y densidad conceptual que él ha logrado en medio siglo de dedicación a las letras y a la filosofía, motivos de diálogo del grupo de tempraneros que a veces se juntaba allí, en esa esquina, antes de que sonara la...
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