La legitimidad de los tribunales supremos y sus estrategias comunicativas. El caso de la Corte Suprema de EE.UU. - Núm. 1-2009, Julio 2009 - Revista de Estudios Constitucionales - Libros y Revistas - VLEX 64854170

La legitimidad de los tribunales supremos y sus estrategias comunicativas. El caso de la Corte Suprema de EE.UU.

AutorValentín Thury Cornejo
CargoInvestigador Adjunto CONICET/FLACSO Argentina Profesor Titular Teoría y Derecho Constitucional Universidad Católica Argentina
Páginas244-275

Page 244

I Introducción

Una compleja trama de cambios jurídicos, políticos y culturales han hecho que los jueces pasen de ser meros ejecutores de la voluntad legislativa a desempeñar un rol de protagonistas de las decisiones rectoras de la vida comunitaria (GARAPON, 1997; THURY CORNEJO, 2002). En este nuevo contexto, los tribunales superiores se enfrentan a situaciones dramáticas donde deben tomar medidas que incidirán en amplios sectores de la esfera social de su país. Para ello, como sabemos desde El Federalista, carecen los jueces del poder de imponer sus decisiones por la fuerza o por el poder económico (HAMILTON, MADISON y JAY, 1994). Antes bien, su principal capital se concentra en el poder simbólico de sus decisiones, en su capacidad de "decir el derecho" y en que esta acción encuentre el eco necesario en el resto de los poderes del Estado y en la sociedad civil para generar su cumplimiento. Es en la relevancia de esta dimensión en lo que piensan algunos autores cuando hablan de una "nueva Santa Trinidad", formada por los jueces, los medios de comunicación y la opinión pública (MINC, 1995: 91ss). Más allá de los múltiples matices que habría que introducirle a una formulación tan radical, es claro que el creciente poder de los jueces requiere analizar aspectos -culturales, simbólicos, comunicativos- que tradicionalmente estuvieron fuera del ámbito de interés teórico. En efecto, en el nuevo papel de policy- makers que asumen, la capacidad jurisdiccional del tribunal pasa a depender de su legitimidad y ésta se nutre de las percepciones del público y del sistema político, más que de los resultados concretos de su accionar. Por ejemplo, como se han ocupado de puntualizar los estudios en el ámbito estadounidense, la legitimidad de la Corte Suprema americana no tiene un correlato exacto en lo que ese tribunal decide (O'CALLAHAN y DUKES, 1992) sino que encuentra su fundamento en percepciones culturales que exceden el contenido concreto de sus sentencias (CASEY, 1974).

El terreno de la legitimidad, entonces, se presenta alejado de dinámicas fácilmente cuantificables. Antes bien, nos encontramos ante un fenómeno de índole cultural, la creencia que motiva la obediencia a la autoridad (WEBER, 1979). Y estos procesos culturales, como resalta SUCHMAN (1995) "se apoyan fuertemente en la comunicación". En este sentido, la comunicación judicial, en tanto componente inevitable de la construcción de legitimidad, deja de ser una etapa final del proceso decisorio mediante el cual el órgano judicial se relaciona con el entorno para pasar a ser una dimensión que impregna toda la actuación del tribunal. Asimismo, la dimensión comunicativa pierde el carácter de elemento externo al Derecho, de naturaleza mecánica -un contenido, decisiones judiciales, que son transmitidos a través de instrumentos prefijados y que así producen efectos previsibles-, y se convierte en una materia culturalmente compleja, relacionada primariamente con los imaginarios y los mitos acerca de lo jurídico. En este ámbito cultural, pues, nos colocaremos en el presente artículo, entendiendo que el mismo resulta esencial para analizar las condiciones para la actuación efectiva de los tribunales y Page 245 la vigencia de sus decisiones. En concreto, nuestra intención final es sentar las bases para el estudio de las estrategias comunicativas de las Cortes Supremas de Justicia. Nuestra estrategia para ello, tiene dos pasos. En primer lugar, dada la falta de elaboraciones teóricas que intenten dar cuenta de esta dimensión de la que venimos hablando, comenzaremos por identificar los elementos centrales que hacen a la posición actual de los tribunales de justicia, en especial los supremos. A través de preguntas sobre la naturaleza de su función, el carácter simbólico de su institución y su visibilidad pública, iremos describiendo el núcleo conflictivo sobre el que se desarrolla la comunicación judicial en una era en la cual el derecho y la política tienen límites difusos y la actuación de los jueces se desarrolla en un entorno de extrema mediatización.

Este entramado teórico servirá de telón de fondo para el segundo paso de nuestra estrategia, que consistirá en realizar un estudio de caso que nos sirva de base empírica para el desarrollo teórico que intentamos. Si las grandes líneas de evolución del Derecho en nuestra época contemporánea pueden ser sujetas a una cierta generalización, no sucede lo mismo con la gestión comunicativa de los órganos judiciales. En este caso, para llegar a la formulación de algunos principios generales, debemos partir del estudio de una experiencia concreta, que nos permita aunar los grandes procesos de cambio a nivel general -v.gr.: la transformación en las funciones del Derecho- con las particularidades concretas de un sistema político y jurídico y, consiguientemente, con el análisis del esquema comunicativo que ese Tribunal Superior ha diseñado para lidiar con las mencionadas circunstancias. Las estrategias comunicativas de las Cortes Supremas se dan en el marco de un sistema jurídico-político concreto y desde esa especificidad se pueden estudiar los numerosos cambios en la función social y en la concepción cultural del Derecho que son comunes a otros sistemas. Esto nos permitirá diseñar un modelo desde el cual comparar otras experiencias y estrategias. Por ello, analizaremos el caso de la Corte Suprema de los EE.UU., que nos proporciona un ejemplo que se amolda perfectamente a estos objetivos y puede resultar especialmente provechoso para nuestro entorno, por varias razones. En primer lugar, los sistemas políticos y constitucionales de ese país y de la Argentina -y de otros países latinoamericanos- son semejantes por lo que, a pesar de las diferencias específicas, partimos de un sustrato político-cultural común. En segundo lugar, estamos ante un tribunal con una alta legitimidad político-jurídica, por lo que el estudio de este caso supondrá el análisis de una experiencia exitosa y, como tal, posible configuradora de un paradigma comunicativo. Por último, estamos ante un caso que cuenta con un cierto cuerpo de literatura académica que se ha ocupado de analizar esta dimensión, situación difícil de encontrar en otros tribunales superiores del derecho comparado. Estas razones abonan nuestra convicción de la utilidad de este caso para nuestra construcción teórica.

II Derecho, legitimación y tribunales supremos

Desde esta perspectiva, el ámbito de la comunicación judicial se relaciona con el modo de gestionar el lugar simbólico que el Tribunal Supremo ocupa en la sociedad, Page 246 ello es, con la tarea primordial de adquirir, administrar y, en la medida posible, aumentar el caudal de legitimidad institucional. Recordemos, en este sentido, que "La legitimidad es una percepción o suposición generalizada de que las acciones de una entidad son deseables, correctas o apropiadas dentro de un sistema socialmente construido de normas, creencias y definiciones" (SUCHMAN 1995:574).

De modo que, continúa este autor, "La legitimidad es una percepción o suposición en el sentido en que representa una reacción de los observadores a la organización como ellos la ven; por lo tanto, la legitimidad es poseída objetivamente, pero creada subjetivamente. La legitimidad es socialmente construida en el sentido de que refleja una coherencia entre las conductas de la entidad legitimada y las creencias compartidas (o presumiblemente compartidas) de algún grupo social" (1995:574).

Esta última afirmación es de particular importancia porque nos señala los dos puntos de referencia en la relación de legitimación: las conductas de la entidad y las creencias compartidas. La legitimidad va a depender fuertemente de las concepciones sociales acerca del papel que debe cumplir la organización, ya que ello va a determinar el patrón de medida de su conducta y la consiguiente creencia en su adecuación. La actuación de un ente, entonces, se confronta con las expectativas sobre su conducta, con la idea sobre lo que aquél tiene que hacer y de allí surge la convicción acerca de su legitimidad o ilegitimidad. Esas expectativas, la mayoría de las veces, se encuentran no en el terreno de lo explícito sino en el del sentido común, de lo "dado por supuesto". Es decir que son incorporadas de una manera acrítica, inconsciente, como un mecanismo práctico de conocimiento de la realidad social (BERGER y LUCKMAN, 1972).

Desde el punto de vista comunicativo, diríamos que es necesario descubrir el contexto discursivo en el que el tribunal habla, es decir, el telón de fondo sobre el cual construye su estrategia comunicativa.1 Ese contexto, también llamado campo persuasivo, es el conjunto de mensajes y sentidos que recaen sobre una audiencia en un momento determinado y al que el emisor de un mensaje se refiere implícita o explícitamente al comunicarse (HART y DAUGHTON, 2005). El ámbito persuasivo tiene distintos niveles y muchos de ellos se refieren a situaciones institucionales, tradiciones culturales o determinaciones derivadas del tiempo histórico en el que el discurso se ejecuta. Pero, a un nivel más profundo, ese campo se nutre de una concepción general, un "sensus comune", que estructura todo el discurso. En el caso de la comunicación jurídica, ese nivel subyacente está mayormente constituido por el entendimiento acerca de la naturaleza de la función judicial. Como sostuvimos en el primer párrafo de este artículo, a comienzos del siglo XXI, los jueces se encuentran en una posición Page 247 peculiar en la que su incidencia...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR