Modificación en dos ruedas
Autor | Roberto Opazo Barrientos |
Cargo | Director de Revista Nuevo Derecho |
Páginas | 1-5 |
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Preciso, al comenzar, que al hablar de ciclistas, conductores y peatones no generalizo.
Durante casi un año completo monté mi bicicleta de Lunes a Viernes desde la comuna de la Florida cruzando Macul y Ñuñoa para llegar a Santa Isabel con Manuel Montt en Providencia, un tramo de 9 kilómetros apróximadamente (sólo ida) en las que debía pedalear por calles como Exequiel Fernández, Avenida Macul, Grecia y Pedro de Valdivia, en las que sólo esta última contaba con ciclovía, debiendo –en el resto- compartir pistas con microbuses y automóviles. Durante ese año fui testigo de tres situaciones:
La primera, es el aumento en el uso de la bicicleta como medio de transporte válido, ya que en mis trayectos jamás fui el único pedaleando, incluso crucé más de un saludo cordial con algún ciclista, es más en algún minuto necesité la ayuda técnica y dos ciclistas se detuvieron a ayudarme. Entre ciclistas existe una cordialidad que difícilmente encuentras en otra perspectiva de tránsito, y esto se debe –más allá de la gentileza- a la situación “residual” que sufre la bicicleta. Ese aumento además se refleja estadísticamente (Encuesta Origen-Destino)[1] en donde una de las conclusiones es que los viajes diarios en bicicleta alcanzan los 747 mil, que representan un 4% de los viajes totales realizados en un día laboral normal, y comparada con la encuesta “Origen – Destino” de 2001, el aumento del uso anual de la bicicleta llegó al 6,8%.
La segunda situación que logré apreciar fue la poca conciencia vial existente entre todos los conductores de vehículos (bicicletas, motocicletas, automóviles y buses). No era extraño recibir bocinazos de vehículos o ver discuciones entre ciclistas y conductores de vehículos motorizados, muchas de ellas tenían como eje central la disputa por el dominio de la calle, algunos conductores sugerían –ignorando la situación- al ciclista subir a la acera, situación contraria a la ley.
El ciclista, debido al riesgo al que se expone al transitar en calles junto a vehículos que alcanzan mayor velocidad y con exigencias mínimas de respeto hacia aquellos y unido a la falta de ciclovías practicamente obligan al ciclista a transitar por las aceras lo cual representa un riesgo de accidentes para peatones y ciclistas, sin mencionar que el transitar por veredas es contrario a la Ley. Todo ello, es lo que denomino el efecto ciclista peatón, que además, se expresa en actos intempestivos del ciclista de subir a la acera para aprovechar el semáforo peatonal, para adelantar vehículos detenidos en la pista, o cruzar por pasos peatonales. Lo anterior, es un reflejo de la situación...
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