Incidencia en la movilidad de los principales factores de un modelo metropolitano cambiante. - Vol. 34 Núm. 101, Abril 2008 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 60325749

Incidencia en la movilidad de los principales factores de un modelo metropolitano cambiante.

AutorGarc
CargoTema central

Resumen

La movilidad de personas y mercancías en los espacios metropolitanos se ve afectada por múltiples factores. La mayor parte de los trabajos que analizan cambios en la movilidad se centran en los impactos que tiene la evolución de las redes de transporte. Sin embargo, aquí la atención se pone en factores como el nuevo modelo productivo, el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones o los cambios sociodemográficos y culturales. Todos ellos tienen repercusiones directas sobre la movilidad, pero también indirectas, a través del nuevo modelo territorial que inducen. Aunque sus efectos en la movilidad son complejos, las tendencias apuntan a un modelo insostenible, con un incremento de los desplazamientos, sus distancias, los tiempos empleados y sobre todo del uso del automóvil.

Palabras clave: movilidad, modelo productivo, TICs, transformaciones sociodemográficas y culturales

Abstract

The mobility of people and goods in metropolitan areas is affected by multiple factors. Most research that analyses changes in mobility focuses on the impacts generated by transport network development. In contrast, this article looks at factors such as the new production model, the development of information and communication technologies, and socio-demographic and cultural transformations. These all have direct, also indirect, repercussions on mobility and the new territorial model that they bring about. Although their effects on mobility are complex and asymmetric, the trends point towards an unsustainable model, with an increase in journeys, distances, times and, above all, vehicle use.

Keywords: mobility, productive model, ICT, socio-demographic and cultural transformations

Introducción. Cambios en la movilidad metropolitana

Inmersa en profundos cambios, el incremento de la movilidad se ha convertido en uno de los elementos más significativos de la transformación metropolitana. Las áreas metropolitanas muestran un escenario caracterizado por una intensa movilidad --derivada de la mayor movilidad de las personas y también de la mayor velocidad a la que se desplazan-- y un uso extensivo del territorio --al poder cubrir mucha más distancia en sus desplazamientos y multiplicar el espacio de vida de su población (Muñoz, 2006).

Son muchos los factores de la transformación metropolitana que influyen en el volumen y en las características de los desplazamientos. La revitalización económica en el marco de la globalización, el cambio de modelo productivo y las nuevas lógicas empresariales, el efecto de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), la globalización cultural o las nuevas formas de consumo, tienen repercusiones directas en la movilidad. Pero además, explican procesos de cambio territorial que introducen cambios indirectos en la misma. El nuevo modelo territorial, caracterizado por una expansión física sin precedentes, una fragmentación, especialización y complejidad creciente del espacio, en especial de las nuevas periferias, condiciona la movilidad. Todo ello, sin olvidar que los propios cambios en los modos de transporte (el desarrollo de las redes, los avances tecnológicos o la generalización de su uso entre la población) y en la propia movilidad inciden en los sistemas económicos, en la aparición de nuevos comportamientos culturales o de ocio entre la población o en la propia distribución de los usos de suelo. En este sentido, en la interpretación de la movilidad metropolitana es necesario superar el paradigma de la causalidad e introducir el de la dialéctica, que implica que existe una relación entre ciudad, transporte y movilidad recíproca y circular en el tiempo, en la que se subrayan sus características temporales, espaciales y también sociales (Miralles, 2002).

Por ello, los orígenes de los cambios en la movilidad metropolitana son muy diversos e incluso sus lógicas contrapuestas. Mientras determinados factores tienden a incrementar la necesidad de desplazarse, otros pueden remitirla o incluso limitarla. En su evolución los factores de cambio se entremezclan y relacionan estableciendo una compleja maraña. Buscar claves interpretativas capaces de identificar tendencias dominantes supone un esfuerzo mayor. Es necesario atender cada uno de los factores de forma individual, averiguando cuáles son sus repercusiones en la movilidad y la intensidad de las mismas, pero sabiendo que se superponen, se contrarrestan o refuerzan. Ese es el objeto de este texto. En las páginas que siguen trataremos de aclarar las claves del proceso de cambio en la movilidad metropolitana, que afectan hoy al conjunto de metrópolis mundiales.

Dejándonos guiar por la experiencia diaria en cualquiera de las grandes ciudades e incluso de las ciudades medias. Detenidos en uno de los atascos a nuestro lugar de trabajo o esperando en cualquier estación de tren, metro o parada de autobús, donde el incremento de frecuencias o las mejoras en el servicio no parecen cubrir la demanda de los mismos, cualquiera afirmaría que la movilidad, entendida como suma de desplazamientos individuales (Spaggiari, 1990), es cada vez mayor, sobre todo, los viajes en medios de transporte mecanizados.

Pero el incremento de la movilidad se denota no solo en el aumento del número de desplazamientos, también de sus distancias y de sus tiempos de viaje. Es curioso, pues aparece aquí una aparente contradicción. Ella estriba en la existencia de una función decreciente de la movilidad con la distancia (distancia decae), que indica una tendencia de los individuos a desplazarse con mayor frecuencia cuando los lugares de destino están más próximos y menos dispuestos al desplazamiento cuando se encuentran más alejados. Sin embargo, en los espacios metropolitanos, las transformaciones territoriales y sociales hacen necesario alcanzar un número cada vez mayor de destinos para realizar una variedad mayor de actividades, pero que están más dispersos y alejados del hogar. Con el desarrollo de los medios de transporte y las comunicaciones se alargan las distancias cotidianas, se multiplican las posibilidades de elección para una gran parte de la población en todos los aspectos de la vida urbana: en el lugar de residencia, en la localización de las actividades y de los trabajos, en las relaciones personales, todo ello a partir de una multiplicidad de movilidad (Ascher, 2004).

La movilidad crece y se diversifica. Los flujos, que son cada vez mayores y más dispersos en el espacio, lo son también en tiempo. Se produce una redistribución de los desplazamientos igualmente nueva en horarios. La flexibilización de las formas de empleo introduce horarios de trabajo cada vez más variados. Las llamadas horas punta o pico y, en oposición, las horas valle se suavizan. La movilidad tiende a distribuirse homogéneamente en el tiempo. A esta movilidad se suma además la de la población no activa, todavía menos programada y previsible, y cada vez más importante (Borja, 2003, p. 51). La variable temporal cobra un interés especial, no solo desde el punto de vista de la distribución diaria de los viajes, también desde la perspectiva del tiempo que la población dedica a los mismos. Los estudios de movilidad han empezado a asumir que el tiempo utilizado en los desplazamientos no se reduce, a pesar de las mejoras que se producen en los medios de transporte. Según el principio de Zahavi (1974, citado en Monzón y de la Hoz, 2006), el tiempo que se dedica a viajar es casi constante, e independiente del tipo de ciudad, del nivel de renta o de las características de la población. Los incrementos de velocidad en los desplazamientos y, por tanto, las reducciones de los tiempos de viajes son compensados con nuevos viajes o con mayores distancias. Si se viaja más rápido, el tiempo ahorrado se dedica a viajar más veces o a hacerlo más lejos (Monzón y López, 2004).

Se transforma por completo el modelo de movilidad. Un cambio radical, desde lo que se ha denominado movilidad de masas, concentrada según motivos (trabajo y estudios), según dirección de los flujos (periferia-centro) o en la dimensión temporal (horas pico y horas valle), a una movilidad singular, que diversifica los motivos, los flujos o la distribución horaria de los mismos. Esta movilidad singular requiere políticas de transporte público individualizadas, servicios que se han denominado en la bibliografía anglosajona como one to one (Seguí y Martínez, 2004).

A continuación se analizan los efectos de los principales factores de cambio en los espacios metropolitanos en la movilidad. La mayor parte de los trabajos se han centrado en el análisis de los impactos que tienen los cambios en las redes de transporte. Sin embargo, aquí la atención se pone en la incidencia directa e indirecta en la movilidad de otros grandes factores de la actual transformación metropolitana. El artículo se estructura en cuatro apartados. En primer lugar se aborda la relación entre las transformaciones en las formas de producción y de consumo y la movilidad, posteriormente nos centraremos en las nuevas tecnologías de la información, para pasar después al análisis de los cambios sociodemográficos y culturales, todos ellos en el marco de los procesos de globalización. Finalmente, se analizan los efectos en la movilidad de las nuevas estructuras espaciales, fruto en gran medida de la confluencia en la ciudad de los procesos anteriores.

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