Movilidad residencial y politica de redensificacion: el area central de la Ciudad de Mexico. - Vol. 35 Núm. 105, Agosto - Agosto 2009 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 67241418

Movilidad residencial y politica de redensificacion: el area central de la Ciudad de Mexico.

AutorPaquette Vassalli, Catherine

RESUMEN Las metrópolis de América Latina muestran un interés creciente para la implementación de políticas urbanas de redensificación en sus áreas centrales, espacios que sufren pérdidas de población muy importantes desde hace varias décadas. Sin embargo, antes de implementar medidas para retener a los residentes actuales y atraer a nuevos, resulta indispensable no limitarse a la mera evidencia de una disminución del número de residentes: se tiene que establecer un diagnóstico a profundidad referente al proceso de despoblamiento. Dentro de este diagnóstico, resulta necesario analizar los movimientos migratorios hacia y a partir del centro, con el objetivo de conocer, entre otras variables, cuáles son los perfiles de los habitantes que abandonan el centro y hacia dónde se dirigen. Es solo a partir de estas variables que se podrán diseñar políticas urbanas adecuadas. Además, tal y como lo muestra el caso aquí estudiado de la Ciudad de México, es sumamente importante desarrollar estrategias urbanas globales para toda la metrópoli.

PALABRAS CLAVE: Ciudad de México, áreas centrales, redensificación, despoblamiento, movilidad residencial

ABSTRACT Latin American metropoli reveal an increasing interest in urban policies of redensification of central area which have suffered population loss over several decades. However, prior implementing measures to retain existing residents and attract new ones, it is necessary not to be restricted to mere evidence of a reduction of the number of residents: a more profound diagnosis of the population loss process is required. Within this diagnosis, it is necessary to analyze migratory patterns to and from the centre, with the aim of revealing, among other variables, the profiles of the inhabitants who leave the centre, and where they move. It is only from these variables that it is possible to design adequate urban policies. Also, as the Mexico City case illustrates, it is very important to develop global urban strategies for the whole of the metropolis.

KEYWORDS. Mexico City, central areas, redensification, population loss, residential mobility.

Introducción

Las áreas centrales de las metrópolis de América Latina comparten numerosas evoluciones comunes: una de ellas, iniciada hace varias décadas, es la tendencia al despoblamiento. Aunque esta dinámica haya perdido intensidad, sigue siendo hoy en día actual. Como en el pasado, se debe a una desconcentración generalizada de población que se produce desde la zona de urbanización más antigua y mejor consolidada, en beneficio de contornos urbanos más recientes y de las periferias, generalmente de rápida expansión. Hasta hoy, dos metrópolis han intentado establecer estrategias de gran amplitud para frenar este proceso preocupante. Santiago de Chile es la primera de ellas, con un programa de repoblamiento lanzado desde principios de los años 90, basado en gran parte en la producción, en el centro, de una oferta de viviendas en acceso a la propiedad muy subvencionadas (Paquette, 2005). La Ciudad de México, específicamente el Distrito Federal (DF), constituye la segunda experiencia de este tipo en América Latina. La política denominada "Bando 2", implementada entre 2001 y 2006, consistió en restringir la construcción de nuevos conjuntos habitacionales casi exclusivamente dentro de la catalogada "Ciudad Central"; sector céntrico muy amplio y heterogéneo, conformado por cuatro de la diez y seis delegaciones político-administrativas que constituyen el Distrito Federal (ver figura 1). Con esta acción, se pretendía interrumpir el despoblamiento de esta área y favorecer la llegada de nuevos habitantes, limitando al mismo tiempo el crecimiento urbano formal en las periferias del Distrito Federal que contaban todavía con suelo no urbanizado. Esta política tenía una connotación social marcada, ya que pretendía otorgar a los hogares de bajos ingresos la posibilidad de vivir en este espacio (Programa General de Desarrollo Urbano, 2003). Cabe señalar que hasta la fecha, los esfuerzos para intervenir en el área central de la ciudad se habían concentrado estrictamente en el Centro Histórico, un espacio mucho más restringido que la Ciudad Central y con características patrimoniales, en lo cual se implementaron, desde inicios de los años noventa en particular, numerosas medidas a favor de su revitalización, incluyendo también, para el periodo reciente, intentos por atraer nuevos residentes (Paquette, 2006).

[FIGURA 1 OMITIR]

En Santiago de Chile y en la Ciudad de México, el éxito de las estrategias de redensificación de lo que podríamos calificar como el centro ampliado de la ciudad ha rebasado todas las expectativas: se produjo un regreso masivo de la construcción de nuevos conjuntos habitacionales en estos espacios, mismo que está siendo cuestionado: por una parte, a pesar de que se dio un verdadero boom inmobiliario, las metas en materia de repoblamiento no se han alcanzado (Paquette, 2005; 2008); por otra parte, aparecieron cambios, sutiles por cierto pero reales, en el tipo de poblamiento de las áreas objeto de estas políticas, en particular, con la llegada de residentes de nivel socio-económico más elevado (Contreras, 2005; Marcadet, 2007). En la Ciudad de México, cabe destacar sin embargo la producción importante de viviendas populares en las cuatro delegaciones centrales del Distrito Federal, a través de la acción del Instituto de la Vivienda del DF (Tamayo, 2007).

En esta metrópoli, la política de redensificación se decretó de manera repentina, sin contar con un diagnóstico previo acerca del proceso de despoblamiento que fuera más allá de la evidencia de las pérdidas de población ocurridas desde hacía varias décadas y medidas por cada censo (la Ciudad Central perdió 1,2 millones de residentes entre 1970 y el 2000); este balance, no obstante, era primordial de hacer para determinar las medidas que se tenían que establecer con la finalidad de lograr los objetivos planteados: detener las salidas; atraer nuevos residentes y conservar las oportunidades para los hogares de bajos ingresos. Un diagnóstico de este tipo es sumamente complejo de realizar, dado que las causas del despoblamiento tienen que ver con numerosos factores, como son, entre otros: los cambios de uso de suelo; el costo y la disponibilidad de suelo; el nivel de las rentas; las características del parque habitacional disponible; la demanda habitacional existente; así como ciertos cambios demográficos y también societales. El objetivo de este artículo es centrarnos en una de estas dimensiones que consideramos indispensable de analizar en el contexto de una política de redensificación en lo residencial: la movilidad residencial entre la ciudad central y el resto de la zona metropolitana. Estas migraciones intrametropolitanas pueden ser analizadas a detalle en el periodo inmediatamente anterior a la aplicación del "Bando 2" (1995-2000) con los resultados del Censo de Población 2000, en el cual se introdujo por primera vez una pregunta referente al municipio de residencia de los individuos cinco años antes. Estos nuevos datos nos permiten, entre otros, acercarnos al perfil y a los destinos de los individuos que dejaron de residir en el área central durante el periodo considerado, así como a las características principales de los que llegaron a este espacio. Este acercamiento a la movilidad residencial intrametropolitana es clave de examinar y constituye sin lugar a dudas un primer paso ineludible (aunque no es el único, desde lejos) antes de diseñar cualquier tipo de política de repoblamiento. En momentos en que un número cada vez mayor de grandes ciudades latinoamericanas piensan en implementar estrategias de desarrollo urbano similares para sus áreas centrales, la importancia de estos diagnósticos migratorios previos tiene que ser subrayada.

Un análisis de la movilidad residencial intrametropolitana en base a microdatos censales del 2000

Este artículo presenta los resultados de un trabajo realizado a partir de la muestra al 10% del Censo de Población 2000, en particular, de la pregunta relativa al municipio de residencia de los individuos en 1995. Para llevar a cabo el análisis de los intercambios migratorios entre la Ciudad Central y el resto del espacio urbano metropolitano, hemos dividido la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) en tres sectores concéntricos. El primero de ellos es la Ciudad Central, que corresponde a la porción de la Ciudad de México que ha sido objeto de una política de redensificación entre el 2001 y el 2006 y está constituida por las cuatro delegaciones centrales del DF. El "Distrito Federal" es el segundo sector de referencia: por ahí, entenderemos el resto del DF, correspondiendo a 12 delegaciones periféricas a la ciudad central. La Ciudad de México, que estaba anteriormente comprendida totalmente en el DF, empezó a rebasar sus límites desde los años 1940, extendiéndose al Estado de México. Para el año 2000, la zona metropolitana se extendía sobre una superficie de 1.500 [km.sup.2], de los cuales, más de la mitad se situaba fuera del Distrito Federal, en los municipios conurbados del vecino Estado de México: mientras el DF contaba con 8,6 millones de habitantes, el resto de la aglomeración sumaba una población de 9,4 millones (Garza, 2000). El conjunto formado por los municipios conurbados, fuera del DF, es el tercer sector para...

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