Necropolitica de vivienda: 40 anos desmantelando la "informalidad" en Madrid (1979-2019). - Vol. 46 Núm. 139, Septiembre 2020 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 863495846

Necropolitica de vivienda: 40 anos desmantelando la "informalidad" en Madrid (1979-2019).

AutorAlvarez-de Andres, Eva
CargoReport

Introduccion

UN-Habitat (2007) estima que, para el ano 2020, 1392 millones de personas viviran en asentamientos "informales", el doble de lo que se estimaba en 1990 (tabla B3, p. 352). Desde la crisis de 2008, se ha incrementado la mercantilizacion (Harvey, 2012) y la financiarizacion de la tierra y la vivienda en todo el mundo (Rolnik, 2018). Estos bienes resultan cada vez mas inaccesibles para los grupos de mas bajos ingresos, debido a la brecha entre la subida de los precios de mercado y la precarizacion de las condiciones laborales (Piketty, 2015; Portes, Roberts, & Grimson, 2005;). Tal situacion ha contribuido al desarrollo de formas alternativas de acceso al espacio, la vivienda o servicios basicos como el agua o la energia, constituyendose en un modo significativo de construccion de la ciudad (Davis, 2001; Vaccotti, 2017). Se trata de un modelo de autoproduccion del espacio que ha llegado a ser, para muchas personas, el unico modo de acceso a la vivienda o a los servicios basicos de la ciudad, aunque sea en condiciones muy precarias (Secchi, 2013).

Las diferentes formas de autoproduccion del espacio, comunmente denominadas "informales", han venido dandose en mayor o menor medida a lo largo de toda la historia, y ponen de relieve como, a pesar de los esfuerzos invertidos por formalizar la vida urbana y su desarrollo, el sistema formal parece representar apenas la punta del iceberg de un subsistema desregulado, parcialmente regulado o no regulado (Herrle & Fokdal, 2011). Watson (2009) afirma que, tras la crisis financiera, la informalidad se ha convertido cada vez mas en la norma y no en la excepcion, un fenomeno que esta reapareciendo en el Norte Global y despertando un interes creciente (Alfaro et al., 2018; Martinez & Garcia, 2015; Netto, Fitzpatrick, Sosenko & Smith, 2015).

El concepto de informalidad se ha venido definiendo y redefiniendo desde los anos setenta. En un principio se consideraba unicamente como apropiado para definir el modo de supervivencia de los pobres urbanos, entendido como un sector ya sea de la economia o de la ciudad, que podia ser analizado desde fuera y de forma aislada sin tener en cuenta sus interrelaciones con otros sectores. En los anos ochenta y noventa, el termino "informal" fue adoptado por los expertos en vivienda y planificacion, y aplicado a los asentamientos autoproducidos por las comunidades de bajos ingresos, considerandolos como espacios de la ciudad "desregulados", "no planificados" o "ilegales", destinados a aquellos que han quedado excluidos de las politicas de vivienda (Roy, 2010). A pesar de los trabajos de Turner (1967, 1968, 1972) en que muestra que estos asentamientos no son ni desorganizados ni irregulares, el termino "asentamientos informales", o alguno de sus eufemismos, como "asentamientos espontaneos", se ha seguido aplicando. Estudios como los de Durand-Lasserve y Royston (2002) han puesto de relieve como la "ilegalidad" se ha venido utilizando a manera de pretexto para llevar a cabo procesos masivos de desalojo de los sectores mas desposeidos. La "legalizacion" y la "regularizacion" defendidas por Hernando de Soto (2000) se convierten entonces en la estrategia que se debiera seguir para incluir estos espacios en el sistema urbano "formal". Estos posicionamientos, sin embargo, han tendido a obviar las relaciones entre los diferentes sectores y actores urbanos que constantemente definen y redefinen lo que se considera o no aceptable y lo que es legal o no lo es.

Desde esta perspectiva, cada vez mas autores (Alfaro et al., 2018; Alvarez, Fernandez, & Smith, 2015; Herrle & Fokdal 2011; Roy, 2010) cuestionan la utilidad del termino "formalidad" y ponen el foco en la necesidad de analizar el fenomeno desde su complejidad; es decir, desde una mirada mas holistica que permita vincular los factores economicos, sociales y de gobernanza que lo conforman. Herrle y Fokdal (2011) sostienen que es necesario superar la dualidad implicita en el termino "informalidad" y transitar hacia una definicion del fenomeno en que se lo conceptualice como un proceso de negociacion entre actores, caracterizado por el acceso de los mismos a los recursos, el poder y la legitimidad. En este sentido, Alvarez, Cabrera y Smith (2019) afirman que la informalidad es ante todo una cuestion politica, que tiene que ver con el lugar que se ocupa dentro del espacio social y el modo de vinculacion que se tiene con el resto de las estructuras de poder.

Segun Alfaro et al. (2018), en lo que concierne a la informalidad, los patrones de relacion en que ella se da han venido marcados por la desigualdad, con lo que esta situacion implica de constrenimiento y reduccion de la capacidad de negociar y de influir en los procesos de toma de decisiones. En tal sentido, Varley (2013) afirma que estos fenomenos son el reflejo de una relacion rota entre el Estado y los ciudadanos, una ruptura en ocasiones institucionalizada por parte del Estado que, bajo el etiquetado selectivo de ilegalidad o irregularidad, niega y anula las comunidades de bajos ingresos y sus formas de produccion del espacio.

Como se viene senalando historicamente, la ciudad sigue siendo el reflejo de una lucha entre actores con desiguales capacidades de negociacion y de acceso a los recursos (Harvey, 2012; Jenkins, Smith, & Wang, 2007; Lefebvre, 1969). Ello remite a una lucha continua entre practicas institucionalizadas y practicas de autoorganizacion (Garcia-Calderon & Janoschka, 2016), cuyo desenlace varia en funcion de los diferentes contextos politicos, economicos, sociales y culturales en que se de (Herrle & Fokdal, 2011; Jenkins et al., 2007).

No obstante, decadas de investigaciones demuestran que las iniciativas con capacidad de producir cambios estructurales han sido aquellas en las que las diferentes practicas de autoproduccion del espacio han logrado el reconocimiento y el apoyo de las instituciones locales y de la sociedad en su conjunto (Batley & Mcloughlin, 2010; Devas et al., 2001; Nickson & Franceys, 2003; Roy, 2011; Wild, Chambers, King, & Harris, 2012). La coproduccion se considera cada vez mas como la forma mas eficiente y sostenible de asegurar el acceso a bienes y servicios, en tanto que constituye el fruto de las contribuciones tanto de residentes como de agentes publicos o privados (Albrechts, 2013; Batley & Mcloughlin, 2010; Mitlin, 2008; Mitlin & Bartlett, 2018; Satterthwaite & Mitlin, 2014; Verschuere, Brandsen, & Pestoff, 2012). No obstante, Roy y AlSayyad (2004) advierten del peligro de que este enfoque sirva para que los Estados y las administraciones locales se desresponsabilicen y dejen por ello de cumplir su funcion en tanto garantes de los derechos del conjunto de la sociedad y, en particular, de los grupos mas desfavorecidos.

Por su parte, Alvarez et al. (2015) ponen de manifiesto que la falta de reconocimiento persistente de estos procesos por parte de algunos Estados, y la falta de apertura hacia procesos de coproduccion, no es una posicion naif, ya que les permite seguir ejerciendo presion sobre las poblaciones de mas bajos ingresos mediante procesos ciclicos de abandono y gentrificacion; como senala Shiva (2005), permite que otros se apropien indebidamente de su riqueza y sus recursos. Abufhele (2019) muestra como tampoco es casual la identificacion de asentamientos autoproducidos en tanto que "territorios de pobreza", entendidos como espacios despolitizados habitados por sujetos pasivos a la espera de ser beneficiarios de la politica gubernamental, cuyo fin ultimo--segun Procacci (1991)--no seria la eliminacion de la pobreza, ni mucho menos de sus causas estructurales, sino la eliminacion de formas de vida que no estan alineadas con el proyecto social, politico y economico dominante, o que lo subvierten.

Lopes de Souza (2012) senala que, pese a que estas formas de produccion del espacio son residuales en el Norte Global, no dejan de ser espacios disidentes que interrumpen el proceso de acumulacion del capital y ponen en cuestion uno de los pilares fundamentales del sistema de acumulacion capitalista: la propiedad privada. En este sentido, Garcia-Calderon y Janoschka (2016) sostienen que estos espacios autogestionados se convierten en un desafio a los intereses del capital y una transgresion a las normas impuestas por el Estado. Por ello, a pesar de que estas formas de acceso temporalmente autonomo (Bey, 1991) son el unico modo de acceso a la vivienda para quienes han quedado excluidos del acceso a traves del mercado o del Estado, siguen siendo estigmatizadas y perseguidas hasta forzar su desaparicion.

Y es en relacion a esa politica de la desaparicion donde el termino "necropolitica", acunado por el filosofo Mbembe (2003), cobra interes en este trabajo. Para Mbembe (2003), la necropolitica es la politica cuyo punto de partida es la concepcion de que la vida de un individuo o una comunidad tiene valor en la medida en que lo tiene para el poder establecido. A los no rentables, que no entran en las formas de produccion y consumo del sistema capitalista, se les podria dejar morir, o dejar desaparecer. Mbembe entiende la necropolitica como un proceso biopolitico (Foucault, 2003); es decir, como un modo de ejercer poder sobre un determinado cuerpo social mediante practicas que contribuyen a invisibilizar, precarizar y erradicar las formas de vida de los excluidos del sistema. Para Valverde Gefaell (2015), se trata de una politica para forzar la desaparicion, para imposibilitar las formas de vida de las comunidades de excluidos que, sin querer y sin saberlo siquiera en la mayoria de los casos, solo existiendo ponen en evidencia la crueldad del neoliberalismo y sus desigualdades.

El objetivo de este articulo es analizar las politicas llevadas a cabo en la Comunidad de Madrid (CM), en Espana, en relacion con los asentamientos autoproducidos durante los ultimos cuarenta anos (1979-2019). Los resultados obtenidos muestran como, en los casos objeto de estudio analizados, las politicas y acciones...

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