"En el nombre de América": traducción y construcción alegórica. - Núm. 38, Septiembre 2006 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56845632

"En el nombre de América": traducción y construcción alegórica.

AutorGarc

"-¿ Qué dice usted?

- Que ya estamos llegando, Señor.

- Si, ya lo veo. ¿Qué pasó por aquí?

- Un correcaminos, Señor. Así Les nombran a esos pájaros.

- No, yo preguntaba por el pueblo, que se ve tan solo, como si estuviera abandonado. Parece que no lo habitara nadie.

- No es que lo parezca. Así es. Aquí no vive nadie.

- ¿Y Pedro Páramo?

- Pedro Páramo murió hace muchos años."

Pedro Páramo. Juan Rulfo.

  1. Presentación.

    Existen dos posibles maneras de enfrentar el conocimiento; utilizándolo, haciendo uso de él en función de nuestros objetivos (violentándolo, en la medida que nos sea útil), y por otro lado existe la opción de transformamos en un medio para que dicha teoría se exprese y se ponga en funcionamiento como una maquinaria productiva; haciendo que el autor "hable", que el lenguaje se exprese libremente; utopía del discurrir, efímera posibilidad de asir un contenido en el hecho de dejarlo manifestarse. El problema radica en quien mira y desde dónde.

    Todo proceso de conocimiento siempre termina siendo una puesta en abismo, hecho que queda reflejado en los textos de Benjamin donde, a la vez que analiza, plantea una figura de pensamiento en otro plano de la lectura. Intencionadamente o no, lo que se logra es un juego dialéctico importante que articula y da sentido a la lectura en término de los tránsitos y desplazamientos que realiza en el ámbito de los sentidos y significados. La lectura e interpretación desbordantes que surgen desde los textos de Benjamín, tienen su razón de ser en la constante imagen dialéctica que proponen como lectura dentro de sí mismos y de relación con el exterior, del cual surgen y al cual simultáneamente apelan. El pensamiento de Benjamin es a la vez una creación dialéctica, de allí el valor que porta como documento teórico, y soporte de la obra de arte.

    Lo que Benjamin intenta hacer es responder preguntas fundamentales articulando su pensamiento desde fragmentos que originan una "constelación", la cual adquiere pleno sentido en la interrelación de sus partes.

    ***

    La pregunta sobre el sentido ha atravesado la historia del hombre desde el pensamiento griego, pregunta a la cual íntimamente está ligada la del origen. Frente a todo proceso creativo y reflexivo el hombre se somete, dispone y sumerge en esta disquisición. Es una experiencia sublime, catártica si se quiere, pero por más sistemática y formal que sea -y que efectivamente lo sea - no deja de ser creación. En la medida que se rescate esta facultad creativa, el camino puede prometer mejores resultados.

    El proceso de dar nombre a una cosa (objeto del mundo material, objeto del mundo de las ideas) supera esencialmente el mero hecho de designación, o sea, de convertir en signo. El nombre se constituye como categoría dominadora, que permite al hombre (como ser susceptible de nombrar: cualidad y tarea designada por el ser creador) establecerse como soberano en el mundo de los objetos, y a su vez al darles vida a éstos en su nominación se sirve de ellos para su conquista intelectual (conceptual) del mundo.

    El procedimiento de la nominación comienza a transformarse en un problema de reflexión filosófica cuando se ubica el punto de vista de "los hechos como son" y se confronta con el de "como debieran ser" parando mientes en la idea esencial, primaria y fundamental del acto de la nominación. Con esto se cae en la cuenta de que toda búsqueda esencial de la verdad se ha perdido, y que los preceptos que dieron origen a este acto han desaparecido; el hombre se ha transformado en un tirano. En su acto de nominación el hombre pretende asemejarse a la divinidad, estableciendo un símil, en tanto su poder "creador" es "ilimitado", dado por la facultad de establecer un nombre, atrapando la esencia de la cosa. El hombre se ha revelado y ya no quiere continuar comportándose como un medio de comunicación entre la esencia de la cosa y la divinidad a la cual pertenece, sino que quiere ser quien domine la esencia del objeto, ya que con esto puede confirmarse como "dueño-creador" y así "utilizarlas" según sus fines.

    En este contexto, si pensamos el concepto de "verdad" éste siempre estará ligado a la divinidad absoluta creadora, por tanto, el camino de acceso a la verdad se complica cuando el hombre interpone su tiránico y desmesurado afán de nominación para servirse de las esencias a través de los objetos que pasan a ser "suyos". Así es como el hombre se permite tener nombre para adjudicarse la autoría de los objetos y decirse él mismo cuando los nombra, en vez de decir sus esencias (de los objetos) y establecer la mediación con la divinidad. Este nombramiento devino en la proliferación del lenguaje (los lenguajes) y en la consiguiente pérdida del camino para acceder a la verdad, como esencialidad; como lenguaje originario, por tanto, como nombramiento inmediato, tras lo cual resultaría un hombre reconciliado. Digamos que este es el estado de la cuestión expuesto por Benjamin.

    Sus búsquedas se orientan hacia dos aspectos centrales que implican un desarrollo temático amplio y un recorrido asertivo, rescatando conceptos e imágenes que construyen los indicios para llevar a cabo la búsqueda que el lector estime necesaria. Verdad y experiencia: formas inalcanzables para el hombre y sus intentos para acceder a ellas.

    Se concluye que -y con esto se comienza la segunda parte de la discusión - el nombre siempre se transforma en un elemento de poder, y el poder, para legitimarse, siempre se apropiará del acto de nombrar para sus fines: "no existe documento de cultura que no sea a la vez documento de barbarie" [1]. De este modo, la relación entre nombre y poder se transforma en una relación dialéctica.

    Dentro del marco del curso de magíster en torno a las propuestas teóricas de Walter Benjamin en Latinoamérica: interpretado, adaptado y reciclado, se instala este trabajo como un intento y una muestra de una nueva lectura de nuestro continente y nuestro legado cultural.

    Por qué Benjamin y por qué América Latina. Indudablemente hemos aportado al proceso de reciclaje de las teorías de Benjamin intentando llegar a planteamientos más satisfactorios en torno al arte y los procesos culturales latinoamericanos desde una interpretación de sus conceptos hasta la adaptación de éstos dentro de la fuerte propuesta a que invitan sus miradas de lo social y de lo artístico desde un ámbito mucho más crítico, distanciado y lúcido: el margen, como propuesta para un acercamiento más legítimo a lo real. Esta sensación de la constante pugna, pregunta, proceso y búsqueda en que se convierte el desentrañar la realidad y con ello la experiencia, ha encontrado cimiento y campo de cultivo en las reflexiones latinoamericanas en torno a sí misma que se vienen gestando desde los albores del siglo XVIII con los procesos de Independencia latinoamericanos.

    En Benjamin encontramos una serie notable de textos que, a través de la inclusión de diversos conceptos, articulan una mirada coherente de los procesos históricos, culturales y artísticos. El sentido de coherencia no está dado por una orientación marcadamente programática dentro de sus escritos, sino que sus intentos por dilucidar la realidad en la que vivía siempre apuntan a una misma dirección que puede advertirse como un camino a seguir dentro de sus escritos: todos se caracterizan por la posición del sujeto que mira, observa y analiza; desde la distancia, siempre buscando el punto de inflexión donde sea posible estar libre de los condicionamientos de conocimiento (políticos, culturales, artísticos) promulgados por el poder [2]. Las reflexiones de Benjamin son resultados de su experiencia, y el mecanismo que resulta es el de tomar conciencia de la pérdida (por decir de algún modo, existencial) y la nostalgia que ésta provoca, pero desde la cual surge una forma de resistencia y de intervenir/ interferir la realidad, de captarla por la espalda, de vislumbrar de manera incipiente cambios radicales en la percepción de ésta (reproductibilidad técnica) y de proponer acertadas lecturas que permiten reunir los elementos pertinentes desde la ubicación del margen (alegoría).

    La ventaja de la mirada desde el margen radica en poder contemplar distanciadamente la totalidad, o aspirar a ello, la dificultad radica en tener la asertividad de trabajar desde esa posición en la medida que siempre hay trabajo por hacer; hay cosas que relacionar y de las cuales hacerse cargo dentro de un continuum para poder manejar correctamente los elementos dentro de la constante transformación: ver lo particular con vistas a lo general [3].

  2. Latinoamérica desde los orígenes y el tránsito especulativo implicado.

    Latinoamérica se construye como un discurso de descubrimiento y tras este concepto se advierte el de "inquietud", como diría Foucault, "con respecto a lo que es el discurso en su realidad material de cosa pronunciada o escrita; inquietud con respecto a esta existencia transitoria destinada sin duda a desaparecer, pero según una duración que no nos pertenece" [4]. Su carácter inquietante ciertamente reside en la palabra, en el lenguaje que lo constituye, por tanto, Latinoamérica se sitúa como objeto de estudio asible desde el punto de vista de su "origen" cifrado en una construcción de lenguaje; a este respecto interesa observar los mecanismos utilizados, los fines y los resultados obtenidos. El "cómo" de este origen es un punto interesante de estudio interpretativo de la situación cultural actual de Latinoamérica.

    El recorrido teórico será guiado por los conceptos benjaminianos de alegoría y traducción, principalmente, para ir construyendo los nexos necesarios. De este modo, lo que se pretende es iluminar esta lectura desde la sensibilidad propuesta por Benjamin que aflora desde sus conceptos.

    Considerar la puesta en abismo de la escritura es una labor, hoy en día, necesaria en la apertura de sentidos; ser y construirse como individuo "parte de" es la tarea, al menos, del autor, de quien escribe o de quien -en último término - emite un discurso. En...

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