Con nostalgia del futuro: Jorge Teillier. - Núm. 43, Junio 2007 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 634506773

Con nostalgia del futuro: Jorge Teillier.

AutorMorales Garrido, Enrique
  1. Jorge Teillier nació y creció en medio de grandes acontecimientos que marcaron a toda su generación: el más trágico fue la segunda guerra mundial. La bomba marcó el comienzo del derribo de los mega relatos, tanto políticos como artísticos. Por otra parte, los crímenes de Stalin, confirmaron hasta qué punto podía llegar la corrupción de los ideales, del mismo modo que lo corroboró el aplastamiento de la primavera de Praga. Finalmente, en Chile, el golpe militar de 1973 sólo vino a reforzar el estado de barbarie en que el mundo se empecinaba. Estos sucesos no sólo marcaron a Teillier sino a todas las generaciones posteriores de poetas -que así apartaban los grandes tonos de Huidobro, Neruda y De Rokha-.

    Frente al estado de ruina en que se halló la civilización occidental después de 1945, poetas y artistas renunciaban a la idea de transformar el mundo a través de imágenes novedosas, de imágenes inventadas al modo ejemplar de la ciencia, en cuanto ella, en la forma fatídica de la bomba atómica, dio un anticipo del fin de la humanidad modernizada. "Los poetas ya no se deleitan con la velocidad y el amor al futuro, afirma Teillier (1965), incluso no les preocupa demasiado la posibilidad de los viajes espaciales, ni el progreso de la ciencia que, lo hemos visto, puede llevar finalmente al exterminio."

    Algunos escritores de su generación, como Lihn y Edwards, tomarán para sí el tono escéptico y, a veces, más cosmopolita. Otros, incluyendo a poetas de generaciones anteriores como Parra o Braulio Arenas, se empeñarán en recuperar un tono propio de la tierra chilena, de su lengua. Teillier, en clara divergencia con los primeros, y más cercano a los segundos, recuperará al poeta cotidiano, terrestre, -sobretodo al de provincia- que también se pierde entre la multitud de las ciudades y que sufre las mismas tribulaciones cotidianas de los demás seres humanos.

    En el texto Los poetas de los Lares, Teillier (1965) aclara que: "...los poetas ya no se sitúan como centro del universo, con el yo romántico y desorbitado al estilo de Huidobro..., Neruda o Pablo de Rokha, sino que son cronistas, observadores, transeúntes, simples hermanos de los seres y de las cosas. Los habitantes más lúcidos, tal vez, pero en todo caso, habitantes más de la tierra. Y, quizás, consecuencia de esta actitud es la de que el lenguaje poético no se diferencia fundamentalmente ya del de la vida cotidiana: no se buscan palabras brillantes y efectistas, se emplean frases y giros corrientes, sin desdeñar por esto las experiencias de renovación verbal..." Pero esto no significa que el poeta deba renunciar a la universalidad, al contrario, debe hacerse universal, pero a través de imágenes reconocibles en todas partes. Para Teillier no existían diferencias entre poetas chilenos y extranjeros, porque ya no se trataba a esas alturas del desarrollo poético de preguntarse qué es lo chileno, más bien, como personas maduras, de preguntar cómo vamos a actuar.

    Al poeta del lar no le interesa la política "contingente" o, de modo afirmativo, le interesa una "poética" de lo contingente no sólo como descripción, sino que influya en la vida cotidiana de las personas. No se trata de que el poeta en tanto hombre o ciudadano no participe en alguna lucha, pero se trata de que los poemas no se transformen en un programa de política contingente, porque ellos son el lugar de un mundo plenamente poético.

    En cierto modo, podemos decir que Teillier propone, a su manera, una resistencia a la modernidad mediante la afirmación de la poesía, que en si misma ya es tal. Esto es lo que creo le da su carácter no sólo universal sino también epocal. Porque este rechazo de un mundo y la afirmación de otro, se encuentra detrás de todo poeta surgido al alero de la modernidad. Poesía que también manifiesta por omisión, conciente o inconsciente, su rechazo a la cara más horrible de esta época: la muerte en vida. "Los poetas nuevos [1] han regresado a la tierra, y sacan su fuerza de ella." (Teillier, 1965)

    "La nostalgia como mal poético por excelencia, no basta para explicar este fenómeno. Creo que es más bien un rechazo incluso a veces inconsciente de las ciudades, estas megápolis que desalojan el mundo natural y van aislando al hombre del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR