Dos poetas de los noventa, Malu Urreola y Leonel Lienlaf: Escritura de Mujer y Transculturacion. - Núm. 30, Marzo 2004 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56656762

Dos poetas de los noventa, Malu Urreola y Leonel Lienlaf: Escritura de Mujer y Transculturacion.

AutorRojas Canouet, Gonzalo
CargoTextos

MARILÚ URRIOLA (1967)

Marilú (Malú) Urriola con su primer libro Piedras Rodantes (Editorial Cuarto propio, Santiago, 1988, 55p.), inaugura una escritura de las más interesantes en la poesía femenina chilena. Este libro se estructura de la siguiente manera:

-Dedicatoria: "A nosotros, cicerones, rimbaucitos y dantes (pobres cuchos)".

-Paratextos: "Sería distinto para aquel texto que, renunciando a la representación, se convirtiera en la inscripción de su propia producción", Julia Kristeva. "Es un circulo vicioso porque nadie sabe dónde va", Celeste Carvallo.

-Capitulo I : "Los gatos de Jakobson"

-Capítulo II : "De noche todos los gatos son negros", con el siguiente paratexto: "Voy a ver si se me pasa el dolor, cantando un buen rockanroll, mi vida", Celeste Carvallo.

Al inicio del libro se ubica una "Propuesta", es decir, abre el libro, proponiendo una voz de la misma hablante. Es su otro yo que la aconseja: "La malú - me dijo- oye urriola/ evita el cigarro/ quedarte sola en el techo fumando/ es para volverse loca./ Evita las playas en invierno/ las olas acostumbran aumentar/ obscenas nostalgias./ Esquiva niñitos jugando al luche/tu cuartucho solitario/esquiva gatos, ventanas/ y sobre todo los techos/los techos sobre todo" (p.11). Luego, al final del libro hay una "Respuesta" de lo dicho. Se concluye el proceso, lo cierra:

"ME HABLE DICIÉNDOME NEGÁNDOME A LO QUE ACEPTARÍA TECHUMBRADA EN LA SIGUIENTE LÍNEA ASUMIENDO LA ILOGICIDAD DE LA LÓGICA INCLUSO PROPIA/ CONTINUÉ EN PLAYAS EVITADAS INVERNALES OBSCENAS TENDENCIAS PRETERIDAS YO MISMA NUEVAMENTE NIÑITA LÚDICA EN EL GEOMÉTRICO RECEPTÁCULO DE LAS LÍNEAS GATANDOME GATANDO VENTANAS Y SOBRE TODO TECHADO TECHÁNDOME SOBRETODO" (p.55).

La segunda publicación, Dame tu sucio amor (Editorial Surada, Santiago, 1994, 93 p.), presenta la siguiente estructura:

- Capítulo I: "Desolados Gritos". Tiene los siguientes paratextos: "Imito dócilmente el gesto del amor. Esa es una demanda que había abandonado por mi aguda sospecha de que no era sino una refinada forma de canibalismo", Eugenia Brito: y "No estoy hecho para tanta ternura/ hasta ahora iba golpeándome la cabeza contra la pared", Dinos Christianopoulos.

- Capítulo II: "Bajos Fondos", con el siguiente paratexto: "Estuve sola. Sola de ti escribo para nadie y como haciendo una improvisación que no existe. Me despegué de mi", Clarice Lispector.

- "Correspondencias" (sin número de páginas).

Este libro, a diferencias del primero, contiene una mayor carga anecdótica y narrativa en la poesía presentada.

En Malú Urriola hay una conciencia sobre la autorreferencia que implica un desarrollo y conocimiento del yo. Esto crea la posibilidad de que la misma sujeto poeta se transforme en receptora de sí desde la perspectiva que sugiere Adriana Valdés. Estos aspectos generales, y otros específicos, serán incluidos en el análisis.

En Piedras Rodantes el sujeto que habla nace junto con la autora, es decir, hay un elemento autorreferencial al inicio del libro: "PROPUESTAS: La malú -me dijo- oye, urriola/ evita el cigarro/ quedarte sola en el techo fumando/ es para volverse loca" (p.11). Esta propuesta abre el libro, lo per decir; y lo cierra con la respuesta: es la conciencia de la que habla para proponer y responder a lo dicho: "RESPUESTA: ME HABLE DICIÉNDOME/ NEGÁNDOME A LO QUE ACEPTARÍA" (p.55).

La autorreferencia como elemento horizontal en el discurso poético para hablar de sí misma: "Hecho en Piedra": La malú no existe como casullística, sucede; pero es sólo una proyección inanimada más en esta gran pantalla indefinible y abstracto legos: VIDA" (p.25). Y con respecto a su escritura: "y las palabras no son sino/ piedras rodantes/ en la mirada de una pendeja sola/ en la cara fría del Dylan/ cuando no tienes nada/ ni gatos, ni la esquizofrénica/ sonrisa del Lira, subiéndole las patillas/ te vas con el rabo entre las piernas" (p.39).

Además, este sujeto metamorfosea su identidad, igualándose a los gatos. Por esta razón, este animal habla de la autora: "y se tire un gatillazo de fondo/ bailándote un rock/ porque a veces estás tan down/muchacha traviesa" (p.43).

Por lo tanto, el título "Piedras Rodantes", es la referencia a la escritura del mismo sujeto. La poesía de la mujer como "bola huacha", rodando, cayendo e ironizando el devenir de su escritura en respuesta a lo escrito desde la condición de mujer.

En Dame tu sucio amor el carácter feminista no se deja de lado, aludiendo al "sucio amor" como lo masculino. Por esta razón, hay una mujer independizándose de ese "sucio amor": "ARDERÉ EN MI EN TU AUSENCIA" (p.42).

Por otro lado, hay una mujer destrozada y maldita, creada desde si como propuesta consciente de su existencia: "Soy la cabellera arrancada/ de la muerte, la sombra/ de mi terror (...) tal vez esté muerta" (p.16-17), "Me arrastre en la furia del desencanto" (p.27), "Así me hallarás, cortada por metales punzantes/ igual que una ramera// con un mal olor en el corazón" (p.40).

Se repite en este libro la autorreferencia como conocimiento del yo (autor-sujeto hablante): "por el mécanico sonido de esta máquina en que no acabo de escribirme, hay un terrible espacio en este cuarto donde las palabras me devuelven en toda su dimensión la fiebre de mi propio abandono" (p.83). Se manifiesta esta carga como igualdad (o igualar) la creación de sujeto conjuntamente: con la creación de la escritura. Es decir, es la proyección de su propia escritura: "soy la deuda de mi escritura" (p.93).

En Piedras Rodantes el lenguaje juega un papel principal en la "Respuesta" [1] por la creación de nuevas palabras (neologismos). Dentro de la presentación del poema, entregamos las siguientes palabras: "Preteridas", "Niñitada", "Gatandome" y "Gatando".

"Preteridas" es la unión posible de "pretérito" y "preferidas" para crear el pasado preferido, optando por las "obscenas tendencias".

"Niñitada" es la posible unión de "niñita" con "ada". Es la inocencia mágica, reflejando la pureza.

"Gatandome" es la tentativa de la transformación en gato y accionar con la agilidad de este animal: "encaramándome", es la mujer-gato que actúa como tal.

"Gatando" es posiblemente el "gato andando". El propio sujeto "andando como gato" por los techos de la soledad.

Estas palabras pronuncian una tentativa semántica que enriquece la respuesta, la cual cierra el libro.

Dame tu sucio amor tiene un lenguaje, en el cual cambia la grafía. Esto es: la escritura se transforma en manuscrita. Es una construcción artesanal, en donde une un trozo con otro para constituir un todo organizado: un patchwork.

En la página 61, el sujeto usa letras de recortes de diarios y revistas. Es un collage de trozos de palabras que se entrecruzan para formar un poema.

Ya se afirmó a nivel del sujeto la conciencia autorreferente de éste y con respecto a su escritura: el lenguaje muestra y habla sobre el origen de esto. Este proceso enmarcado en la noche (lo marginado, lo no visto); es el espacio revelador: "Imposible cortar mis palabras, una muralla cae dentro de este cuarto, despedazando, el único espacio solitario, el ruido del vulgar clamor, las revelaciones de la locura, una noche sin la deliciosa mudez, sin el afiebrado transpirar, de recurrir arrojada al tecleo de la máquina" (p.57).

El mundo representado en Piedras Rodantes es el suburbio, los tejados, donde están los gatos. Articula ese espacio más los gatos como la soledad circundante. Es decir, hay un auto-abandono reflejado en la crueldad del entorno [2] .

Por este motivo, aquel mundo es rechazado. Razones: es un entorno añejo, repetitivo y monótono: "VII: La cabrona vida/se te va por los codos, malú/ con el humor avinagrado/ de los viejos" (p.39). Por otro lado, es criticado, por oposición a lo anterior, lo nuevo como transmisión de 10 antiguo. Por esta razón, se critica el entorno como el contenido de los mismos errores de generación en generación [3].

Por otro lado, caracteriza a la ciudad, en Dame tu sucio amor, como el espacio excesivamente habitado, pero deshabitado a la vez, ya que la soledad y el abandono están arraigados en ésta. En este sentido, la ciudad como espacio degradado, se iguala a la condición masculina: la ciudad como hombre y viceversa. Por lo tanto, el daño a la conciencia femenina comienza dentro del espacio urbano. No olvidemos que el espacio femenino, en el libro, se representa en el propio cuerpo de la mujer (cuerpo-espacio) [4].

El concepto de cuerpo entrega una imagen dañada y dolorida para la mujer. Son sabidas las asimilaciones tradicionales con respecto a la mujer: mujer-patria, mujer-libertad, mujer-América (fertilidad), entre otras. Por este motivo, aquí se representa el espacio de la mujer como su propio cuerpo. Al contrario, el hombre es el creador de espacios que degradan el cuerpo femenino. Por lo tanto, se habla de un mundo escindido: lo inauténtico, el hombre; lo auténtico, la mujer: "El secreto estará guardado aún por mucho tiempo, retírame las marcas del cuerpo, hállame aquí sostenida por horribles sueños, con un paquete de cigarrillos que asilo en mis pulmones. El dolor se pierde de vista gradualmente, afuera para todos la ciudad brilla de progreso" (p.79).

La presencia de un recepcionador de toda la carga escritural de este sujeto en Piedras Rodantes es la propia autora. Es decir, la sujeto habla de la autora y, sin olvidar, la relación entre ambas estrecha el sentido autorreferente ("y no sabe otra cosa, está confundida/ extendiéndose en el texto", p.33; "Hey, malú, asume la vida de gato (...) Hey, malú, nace una estrella", p.45). En este sentido, la creación de un "alter ego" y la autora como...

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