Nuevas centralidades y practicas de consumo en la Ciudad de Mexico: del microcomercio al hipermercado * **. - Vol. 33 Núm. 98, Abril 2007 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 55832851

Nuevas centralidades y practicas de consumo en la Ciudad de Mexico: del microcomercio al hipermercado * **.

AutorDuhau, Emilio
CargoTema central

Resumen

En este artículo se aborda el fenómeno de la expansión simultánea y explosiva, desde fines de los años ochenta, en todo el espacio metropolitano de la ciudad de México, incluidas las zonas populares, de las cadenas comerciales globalizadas y el comercio informal y callejero. Los procesos subyacentes a este fenómeno son explorados a través de la observación de las prácticas de consumo, realizada en distintas zonas de la conurbación correspondientes a diferentes tipos de contextos urbanos y estratos socio-espaciales. El análisis de estas evidencias muestra, por una parte, una transformación de las prácticas de consumo que, como era de esperarse, se diferencian de acuerdo con la localización residencial, el contexto urbano correspondiente, el nivel socio-económico de individuos y hogares, y formas alternativas de movilidad (automóvil--transporte público). Pero, por otra, que dichas prácticas están marcadas por una economía específica de la movilidad y por la complementariedad entre las formas globalizadas del consumo y el papel jugado por el micro-comercio informal.

Palabras clave: comercio globalizado, comercio informal, prácticas de consumo, movilidad, centralidades, Ciudad de México

Abstract

This paper addresses the phenomenon of the simultaneous and explosive expansion since the late eighties all over Mexico City metropolitan space, of the globalized retail chains and the street informal micro commerce. The processes linked to this phenomenon are explored by examining evidences regarding metropolitan population consumption practices, observed in a sample of neighbourhoods areas concerning a wide spectrum of urban environments and socio-spatial strata co-existing in the metropolitan territory. The analysis shows, on one hand, a transformation of consumption practices that, as it was expected, are differentiated according to residential location and its corresponding urban environment, individual and household socio-economic level, and alternative forms of mobility (private car--public transport). But, on the other hand, that these practices are also shaped by a specific economy of mobility and by specific compatibilities between globalized consumption forms --which tend to incorporate, though under different modalities, all social classes--, and the role played by the informal micro commerce.

Key Words: globalized retail chains, informal commerce, consumption practices, movility, centralities, Mexico City

  1. Introducción

    En este artículo se partirá de tres constataciones que generan cuestionamientos acerca de las tácticas de consumo en la ciudad de México (1). La primera es que, desde fines de los años ochenta, se observa la expansión simultánea y explosiva del gran comercio globalizado y el comercio informal y callejero en diversas modalidades. La segunda, consiste en que este fenómeno coexiste con una estructura social notablemente polarizada, en la que los sectores populares con reducido poder adquisitivo constituyen no menos del 60% de la población metropolitana (2). La tercera, que esta proliferación está asociada al surgimiento de múltiples centralidades detonadas por las grandes cadenas comerciales, las cuales muestran una distribución cada vez más homogénea en un territorio socialmente desigual.

    De lo anterior surgen las siguientes interrogantes. Primero, ¿cuáles son y cómo se organizan las prácticas de consumo que hacen posible que una población predominantemente pobre, esté siendo crecientemente integrada a las modalidades globalizadas del mismo? Segundo, ¿cómo se asocia lo anterior a la expansión simultánea de las modalidades informales del comercio? Tercero, ¿cómo explicar la proliferación de estas nuevas centralidades a partir de niveles y prácticas de consumo necesariamente diferentes y marcadamente desiguales?

    Estas preguntas son exploradas a partir del análisis, a escala metropolitana, de evidencias surgidas del trabajo realizado en un conjunto de áreas testigo, correspondientes a diferentes zonas y estratos socio-espaciales, por medio de herramientas de investigación, cualitativas y cuantitativas. Se trata de un total de 20 colonias, fraccionamientos y unidades habitacionales localizadas en diferentes áreas de la metrópoli (V. Cuadro 1 y Figura 1), que, en conjunto, representan las modalidades dominantes de hábitats urbanos coexistentes a escala metropolitana, así como la gama de estratos socio-espaciales en que estas modalidades pueden ser clasificadas a partir de técnicas estadísticas. Cabe señalar que en México se denomina "colonia" al tipo de subdivisiones que en otros países de habla española suelen ser denominadas barrios, en tanto que se reserva el apelativo de barrio a algunos antiguos barrios populares cercanos al Centro Histórico o colindantes con algunas de las que fueron antiguas villas coloniales, como los centros de las actuales delegaciones Coyoacán y Tlalpan del Distrito Federal.

    [FIGURA 1 OMITIR]

    En cuanto a los tipos de hábitat, en las áreas testigo están representadas colonias populares, fraccionamientos periféricos de clase media, unidades habitacionales de interés social, colonias de nivel alto situadas en la ciudad central, pueblos conurbados y una antigua cabecera administrativa (Azcapotzalco) que evolucionó, al igual que otras más connotadas (los centros de Coyoacán y Tlalpan, por ejemplo) a partir de una antigua villa originalmente independiente de la Ciudad de México. Estas áreas testigo fueron clasificadas, mediante la aplicación de la técnica de conglomerados, en seis estratos socio-espaciales, definidos a partir de cinco indicadores censales disponibles a nivel de áreas geoestadísticas básicas: porcentaje de viviendas con disponibilidad de agua entubada al interior de la vivienda; porcentaje de viviendas que cuentan con calentador de agua; porcentaje de viviendas que disponen de computadora; porcentaje de la población ocupada que recibe más de 5 salarios mínimos y; porcentaje de la población de 18 años y más que cuenta con educación superior.

    En las áreas testigo se aplicaron diferentes instrumentos destinados a relevar prácticas y discursos relacionados con el uso y las representaciones de diferentes espacios urbanos y de la ciudad en su con junto, entre otros: etnografía de prácticas en el espacio público, entrevistas en profundidad y una encuesta domiciliaria. Esta última tuvo como propósito recoger evidencias susceptibles de ser analizadas estadísticamente respecto, entre otras cosas, de las prácticas socio-espaciales de los habitantes residentes en las áreas testigos. El número de cuestionarios aplicado en cada una de estas áreas está señalado bajo el encabezado N (tamaño de la muestra) en los cuadros, en los cuales se presenta la distribución de las respuestas a distintas preguntas relacionadas con prácticas de consumo.

  2. Movilidad y consumo

    Como lo explica una abundante literatura, el consumo no es de ninguna manera una actividad exclusivamente utilitaria (Baudrillard, 1978; Bourdieu, 1979; Featherstone, 1991; García Canclini, 1995), al mismo tiempo que está sujeto a restricciones materiales y debe ser analizado teniendo en cuenta el contexto socio-espacial en el que se realiza, implica prácticas a menudo idiosincrásicas (Williams, 2001, p. 204). Lejos de ser una actividad puramente instrumental, el "ir de compras" se mezcla de maneta inextricable con el esparcimiento y con otras actividades vinculadas al complejo proceso de reproducción de la vida cotidiana.

    De acuerdo con los organizadores de un seminario internacional sobre comercio y movilidades urbanas realizado en la ciudad de México en julio de 2005 "... las prácticas de consumo se han vuelto más complejas. La demanda se ha vuelto más volátil por el aumento de la movilidad, la multiplicación de las elecciones individuales y la creciente complejidad de la oferta. Los lugares de compra mezclan de manera cada vez más sistemática productos y servicios que atañen a diferentes sectores, formales e informales, industriales y artesanales. En particular, la integración de servicios anexos a los espacios de las compras es una exigencia creciente de los consumidores, cada vez más acostumbrados a las técnicas de venta y a las estrategias del sector súper e hipermercadista. Las prácticas de compra y de consumo articulan mucho más escalas territoriales, desde el vecindario hasta la metrópoli, y, en algunos casos, escalas extrametropolitanas. Los intercambios mercantiles y sociales se han desterritorializado en parte gracias a las tecnologías de información y comunicación. En la ciudad, las compras se vinculan con otras prácticas urbanas (trabajar, divertirse, etc.) generando combinaciones y recorridos cuyas lógicas son cada vez más difíciles de entender. Finalmente, con la reducción de los tiempos de trabajo y el crecimiento de la movilidad, los espacios-tiempos del consumo se han ampliado y reconfigurado." (CEMCA, 2005)

    Todo lo anterior es aplicable, en términos generales, a la ciudad de México. No obstante, es necesario señalar algunos matices, en particular, en lo que respecta a las prácticas de compra rutinarias y su relación con la movilidad cotidiana. Una relación marcada actualmente por dos grandes tendencias en la organización de las alternativas de consumo en la aglomeración metropolitana de la ciudad de México.

    La primera de estas tendencias consiste en una amplia difusión espacial desde los años noventa de las grandes superficies comerciales y las cadenas globalizadas de entretenimiento, las cuales actualmente están presentes, a diferencia de lo que ocurría previamente, en las áreas marcadamente populares y con elevados índices de pobreza. Los mapas 2 y 3, derivados de un trabajo de localización georreferenciada de diferentes tipos de equipamientos --principalmente, supermercados y salas cinematográficas-- muestran precisamente el amplio territorio cubierto por estas grandes superficies y cadenas, en una aglomeración en la cual el área urbana continua abarcaba para el año 2000...

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