Ordalía. - Núm. 49, Enero 2009 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 632228641

Ordalía.

AutorKong Ar
CargoPoema

Ordalía demostrar la propia inocencia ya constituye una falta; me entrego para demostrar el crimen, propio y ajeno, en fuego y en agua, abro los brazos en cruz para toser fusilado según el juicio de nadie. quien vive en la oscuridad abraza toda la justicia y la injusticia del mundo, no se le puede atrapar porque no arranca ni se esconde. aquí estamos, en todos los lugares de la mancha, en el sueño y el peligro de dispersarse como semillas bajo el viento. las piedras a veces despiertan, pero no encuentran diversión en el espacio y se devuelven a su fondo, sin alcanzar a abrir los ojos. no eligen ser pared de un hogar pequeño o romperle el cráneo a una blanda mujer. elegir es el vértigo de saltar desde el centro hacia una periferia sin promesas, los monstruos desnudos que habitan donde el mar se termina y celebran sin cansancio su ausencia de forma. caminar y ser caminados. la piel acostada es como la costa donde pasean los pasos de otra piel en cualquier pedazo del día. el límite y la dispersión, tormenta de arena, trombas marinas, los zapatos en los cables. pero dos plantas del pie siempre podrán intercambiar lo recorrido en un abrazo. dormir y ser dormidos. la intersección es una madre hablando junto a la ventana, con la templanza de una mañana que ya empieza a acomodarse. dejemos que entre el sol, las gallinas, los perros negros y la herejía, que la animita no es chica ni grande porque aprende a cambiar de tamaño con cada amanecer. ser y ser sidos; mostramos nuestras muñecas...

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