Perspectiva para un dialogo entre las reflexiones linguisticas. - Núm. 45, Enero 2008 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 68429939

Perspectiva para un dialogo entre las reflexiones linguisticas.

AutorHasler, Felipe

Antes de establecer un dialogo entre las reflexiones que el pueblo mapuche hizo sobre su lengua y la lingüística actual, es necesario conocer en profundidad el lugar que el lenguaje tiene dentro de la cosmovisión mapuche para poder comprender dichas reflexiones a cabalidad, de manera de poder establecer un dialogo equilibrado entre ambas culturas y no una conversación basada en los prejuicios y en los lugares comunes que siempre dejan en desventaja a las culturas indígenas.

  1. La voz de la tierra

    "Consideramos que los Genmapu son construcciones intersubjetivas, tal como lo son para el mundo occidental, por ejemplo, los indicadores económicos, el viejo pascuero o el gusto por la cocacola. Representaciones simbólicas de un sistema distinguido en el mundo social, y en este caso, las dinámicas de la naturaleza. Dada de la estrecha relación entre la persona y la naturaleza, todo lo que construyó el pueblo mapuche emerge esta". (60)

    El lenguaje para los mapuches tiene su origen en la tierra, pues de la Ñuke Mapu ellos aprenden todas las palabras. Esta concepción, opuesta al convencionalismo, a la arbitrariedad del signo lingüístico, se enmarca dentro de la concepción de lo que el mapuche entiende por "conocer", y esta se enmarca dentro de toda una cosmovisión que es absolutamente distinta a la occidental. Aquí se puede establecer el primer punto de diálogo.

    El mapuche es de la tierra, nace de ella y a ella volverá, se encuentra en ella y con ella siempre en un mismo plano, sin separarse de ella en ningún momento, lo que radica en que el mapuche en ningún momento "objetiviza" la realidad, poniéndose por encima de ella en una relación vertical en que el conocedor es sujeto y la naturaleza es el objeto conocido. El kimün mapuche nace de la conexión espiritual entre el pellü (frecuencia espiritual) del hombre y el pelli ("anima") de la cosa, en una relación horizontal que posibilita un dialogo fecundo que no se verticaliza jamás. De esta relación nace el lenguaje, pues cada palabra del mapudungun nombra la "cosa" entera, sin dejar nada afuera de su significado, ya que es la misma tierra, la misma "Ñuke Mapu" la que le ha comunicado su nombre al mapuche. El lenguaje surge como la expresión transparente de la armonía epistemológica del pueblo mapuche, como espejo de una teoría del conocimiento que es capaz de conocer los secretos de lo conocido solo porque es capaz de escucharlo con su propia voz.

    "Hablar mapudungun permite la respiración de la tierra, el habla es el aliento de la tierra, somos mapuche, hijos de la tierra y nuestra madre respira por nosotros, hablar es dejar que la tierra respire y ello da origen a la vida ... La lengua es una fuerza más de la naturaleza, junto a todas las que forman parte de este mundo" (61)

    Según lo anterior, el hombre se alza como un vínculo, un puente, entre la palabra dicha y lo referido por ella. El hombre es quien materializa la relación entre el mundo y la palabra, como el árbol, pulmón de la tierra, que al intervenir entre el mundo y la palabra, al nombrar las cosas, les infunde vitalidad, coincidencia con su propio ser.

    La arbitrariedad del signo lingüístico, analizada desde esta perspectiva, nace de la separación del hombre y la naturaleza. El hombre se escinde del Todo que le dio origen, se levanta por sobre él, con la posibilidad de "objetivarlo", de observarlo como una realidad independiente del observador, desde la que este valida lo que "dice". En otras palabras, el hombre se levanta como sujeto agente de la acción de conocer, siendo la naturaleza su objeto paciente. El hombre estabiliza la naturaleza para poder nombrarla a la vez que se queda sordo para escucharla.

    "La gnoseología de la No Unidad (occidental), separó el conocimiento o producto gnoseológico, separó al "sujeto" o "sujeto cognoscente", del "objeto" u "objeto cognoscido" de la Realidad; esta gnoseología estableció una "relación cognoscente" vertical desde el sujeto cognoscente a pesar de sus enfoques objetivista, eclécticos, estáticos, mecánicos, dialécticos, fenomenológicos, relativistas, cuánticos y además, en esencia, desarrolló solo la razón instrumental" (62)

  2. Kimün mapuche: el despertar de la conciencia.

    Hemos dicho que la ciencia occidental tiene bases epistemológicas muy distintas al kimün mapuche, pero aún así es posible hacer analogías. Así como el científico tiene que aplicar un método claro y acorde con el paradigma que sirve de base para su investigación, el mapuche también tiene que seguir ciertos pasos para poder generar kimün. La gran obligación del mapuche como sujeto conocedor, es mantener su pellü constantemente alerta y vigilante para poder escuchar siempre la voz de su ñuke, su madre, que le habla a cada instante. Esta postura "metodológica" se refleja en el lenguaje, ya que el mapudungun tiene cerca de 15 verbos para nombrar la "movilización constante de la energía" (trepeln, nepen, duanlkülen, nüwan), o lo que en español llamamos despertar. También se ve reflejado en su religión, y aquí conviene hacer nuevamente otro alto.

    Los mapuches creían que según la vida que uno llevaba, podía "resurgir" como otro ser después de la muerte. Así por ejemplo, si uno llevaba una buena vida...

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