Reflexiones en torno a la forma literaria de Ariel de J.E. Rodo en tanto genero. El sermon laico y el ensayo. - Núm. 41, Enero 2007 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 634501297

Reflexiones en torno a la forma literaria de Ariel de J.E. Rodo en tanto genero. El sermon laico y el ensayo.

AutorGarcía Monsivais, Blanca M.

Resumen

El propósito es una indagación de la cercanía y contactos de Ariel (1900) de J.E: Rodó, con las formas del "sermón laico", como varias veces ha sido caracterizado este texto, y también con el género del "ensayo", y otras formas como el "opúsculo" y el "discurso oratorio", para buscar destacar el carácter distintivo que configura este texto en tanto género y la manera particular de su procedimiento. Las vías son intrincadas y así hay que verlo en Ariel, en cuanto a las variantes en que se manifiestan estos géneros, y en la manera en que influyen y participan en la estructuración de Ariel. Aquí se toma este texto en tanto proceso semiótico, lo cual nos lleva al problema del género. Estudios recientes así lo enfocan y los cuales nos impulsan en este trabajo. En cuanto al género "ensayo", otros recientes estudios contienen propuestas que revelan la complejidad de este género, los cuales aquí tomamos en cuenta para analizar el texto de Ariel en la propuesta que venimos mencionando. No se trata de elaborar una lista de rasgos, sino destacar el carácter distintivo que configura a este texto como género, siendo que si lo híbrido es una característica principal, sin embargo esto viene a disponer de una manera particular de procedimiento que cada texto construye o "inventa" como expresa Bensmaïa, que si bien es un modo particular, es también una manera de ser abierta y no normativa desde las perspectivas que proponen las teorías sobre el género del "ensayo", para así aportar conocimiento sobre el texto de Ariel.

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En otro estudio mencionamos los variados puntos de vista con que la crítica considera el género literario de Ariel (1900) de J.E. Rodó [1], el cual aunque en su generalidad es señalado como ensayo, es cuestión apenas abordada. Hay críticos que lo ubican en otros géneros, pero sólo en menciones breves y alusivas. Brevemente, destacaremos sólo algunas más explícitas a nuestro ver, como es la visión de Mario Benedetti quien lo califica como "ensayístico", y define su estilo como de "gran ensayo", pero no es el único, aclara, el que se puede encontrar en la totalidad de su obra [2]. Carlos Real de Azúa pone reparos a tal determinación para Ariel, ya que considera que es más una costumbre ubicado así literariamente, y propone que hay en él claros rasgos que lo ubican en otra categoría, que es la del "sermón laico", un género de la oratoria, dice, muy en boga entre las prácticas europeas de entonces [3]. Y aunque elabora sobre el contexto intelectual de la época en que escribe Rodó, alude sólo al francés, el cual aunque fue principal influencia en Rodó, sin embargo no desarrolla mayormente sobre el tema. Sabemos que también R.A. Emerson fue muy influyente en nuestro escritor, y que en la obra del norteamericano, estudia Atwan, si bien se encuentran los procedimientos de la predicación y oratoria, como el sermón, en su búsqueda de la forma, deja atrás sus muy definidos y lógicos esquemas para elaborar en la forma más libre y abierta del ensayo [4]. También, de Ariel, por ejemplo, Carolina Elisabet López dice que "fue definido como un 'sermón laico' dedicado a la juventud de América", pero no menciona las fuentes en que se sustentar [5]. Belén Castro lo llama "un ensayo ficcionalizado como sermón laico autorizado por las palabras del maestro", pero ensayo no en el sentido amplio de "intento" o prefiguración de otro texto sino, como una concepción de escritura fragmentaria, "nueva" y más compleja que configura al igual que Motivos de Proteo (1909) una "unidad discursiva de [...] estructura flexible que se va haciendo por las relaciones de colateralidad, de asociación, de interrelación entre esas unidades", dejando aparte la "forma predefinida por las preceptivas partes del discurso" [6]. En esta vena de la propuesta de Castro, y comparativamente con las otras formas señaladas acerca de Ariel, reflexionamos aquí con mayor amplitud la cuestión del género y su relevancia, como lo hemos hecho en otros estudios con otros textos, lo cual pensamos puede contribuir a mejor conocer la historia del género ensayo en nuestras literaturas y acerca de su cultivo y desarrollo. Sobre todo nos ocupa la cercanía y contactos del género de Ariel visto en tanto "sermón laico" y "ensayo", tomando en cuenta las otras caracterizaciones como "opúsculo" y "discurso", y éste último, en su forma didáctica y magistral. Para esto es relevante ver como entiende la crítica estas formas, como para Rodriguez Monegal, este texto de Rodó, parte de una proyectada forma epistolar para volverse "discurso", dice, que es el del maestro Próspero, que propiamente es un personaje como lo son los estudiantes [7]. Como se sabe, y lo apunta este mismo crítico en otro estudio, en la exposición de 370 originales y documentos de Rodó el 19 de diciembre de 1949, se mostró "un autógrafo (no. 67 del catálogo) que presentaba el plan, temario y materiales preparatorios de una obra proyectada hacia 1898 - preludio común 'Ariel' y 'Motivos de Proteo' - bajo el título de 'Cartas a ..." [8], pero lo cual señala a nuestro ver, un proyecto que se vio transformado y expresa una circunstancia biográfica, y no una forma del género. Como señala Castro, esta forma epistolar es también una "situación ficcional" de la cual parte, imprimiendo un "contenido cultural a un supuesto destinatario [lo cual implica] 'la ficción de escritura' en soledad, diferida al receptor ausente", y sermón laico porque en primer término elabora una moral para los intelectuales, es decir lo que se ha llamado un "americanismo" de valores latinoamericanos en lo literario, cultural, político y aún heroico [9]. Esto es, la "patria intelectual" evocando a los antecesores como Fernández de Lizarde y dirigiéndose "expresamente a los futuros intelectuales hispanoamericanos en quienes depositó la responsabilidad que él mismo se había arrogado" que es el ideal de la cultura y "el ejercicio de la crítica cultural", la autonomía de la estética y la participación de la intelectualidad en la esfera de las nuevas sociedades [10]. Sobre estos contenidos no elaboramos ahora, y remitimos a la obra mencionada y los múltiples estudios elaborados al respecto. Continuando con la cuestión de la forma, por su lado, José Miguel Oviedo lo llama a veces "ensayo" y otras lo precisa como "opúsculo", ya que para él carece de la complejidad y extensión "de los de Sarmientos u Hostos" y agrega, "es sorprendentemente un opúsculo que no llega a las cien páginas, de corte didáctico, claro y apasionado" [11], pero con esta determinación es claro que sólo se toma su extensión y no la forma de su competencia discursiva entendido en el sentido de los hechos semióticos de las relaciones, unidades, operaciones, etc., que puedan intervenir [12]. También para Real de Azúa decir "ensayo" es, en términos muy generales, como lo describe, de "mera, libre y personal composición de ideas" [13]. Otros ven una compleja condición estructural ensayística, un lenguaje propio de la ficción, un discurso magistral, entre otros varios aspectos [14]. Junto con todo esto, los estudiosos y lectores de la obra de Rodó saben muy bien de los contactos y simpatías del autor con el ensayo y escritores del ensayo [15]. En las historias de la literatura hispanoamericana, el "sermón laico" casi no tiene mención, a diferencia de las otras formas que mencionamos más arriba. Real de Azúa lo señala como práctica muy frecuente en las culturas europeas, sin mayor especificación de su práctica en las hispanoamericanas. Aunque Castro menciona una práctica de la forma del sermón laico en "autores muy leidos y seguidos por Rodó, como Anatole France, Ernest Renan o Jules Simon (o Emerson en Estados Unidos [y también en el mundo hispánico en la pedagogía krausista decimonónica de España y de Hispanoamérica])" [16], es relevante destacar que, por ejemplo en Francia, donde se le practicó y cultivó, apenas existen estudios al respecto, y como escribe W. Pierre Jacoebee en 1982, "The separation of sermons forms from other forms of literature is a relatively recent one" [17]. Por su parte, en un estudio de 1983, Edgard H. Davidson afirma en tono decisivo, que "[the] Sermon is a genre. It is also a literary mode. Like other genres and literary modes, it has a learned, literary tradition" [18], en lo cual no deja de escucharse el eco de una llamada de atención a los estudios literarios. El término y concepto de "sermón" y "sermón laico", en principio, tampoco se encuentra en los diccionarios generales...

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