Desarrollo regional en la Argentina: la centenaria vigencia de un patron de asimetria territorial ***. - Vol. 32 Núm. 95, Mayo 2006 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 55728915

Desarrollo regional en la Argentina: la centenaria vigencia de un patron de asimetria territorial ***.

AutorCao, Horacio
CargoOtros temas

Resumen

La República Argentina se caracteriza por la marcada desigualdad en el nivel de desarrollo de las regiones que la componen. En el presente trabajo se pasa revista a la maneta en que se origina tal asimetría regional y cómo se fue reproduciendo a lo largo de las distintas etapas de nuestra historia, y se desarrolla una serie de hipótesis acerca de cuáles serían, en la etapa actual, sus principales características.

Palabras clave: historia regional, desarrollo regional, desarrollo desigual, provincias, Argentina.

Abstract

Republic or Argentina is characterized by a sharp inequality in the development level of it regions. This paper reviews the way in which that regional asymmetry is originated, and it was reproduced along the different stages of Argentinean history. A series of hypothesis regarding it main features in the present stage is developed.

Keywords: Regional history, regional development, inequal development, provinces, Argentina.

  1. Introducción

    Uno de los elementos que definen a la Argentina como país subdesarrollado, en transición o periférico, es la asimetría en el desarrollo de las regiones que lo componen.

    Como se describirá con mayor detalle a lo largo de este trabajo, tal desigualdad territorial tiene su origen en la modalidad de organización asumida cu la última etapa del siglo XIX. En tal momento, y a favor de circunstancias económicas, políticas y militares, el emprendimiento agroexportador de base pampeana ocupó el centro de la dinámica nacional, generándose una brecha con el resto de los territorios que nunca pudo cerrarse.

    Un solo ejemplo permitirá mostrar la relevancia de esta situación: mientras que en Argentina la diferencia entre las jurisdicciones de mayor y menor Producto Bruto Geográfico per cápita (Ciudad de Buenos Aires vs. Formosa, año 1997-ProvInfo, 2005) es de 11,6 a 1, en Estados Unidos y Canadá, por considerar dos países federales desarrollados, esta diferencia es del orden de 2 a 1 (U.S. Census Bureau, 2003; Statistics Canada, 2003).

    A lo largo de la historia del país, las diferencias interregionales ocuparon el interés de políticos, pensadores e investigadores sociales. En el siglo XIX, autores relacionados con el origen de nuestra organización nacional, como Juan Bautista Alberdi o Domingo Faustino Sarmiento, trataron el tema, y en la primera mitad del siglo XX, los principales políticos y muchos de los intelectuales más reconocidos lo consideraron como uno de los desafíos centrales que debía enfrentar nuestro país.

    Pasada la mitad del siglo XX, y alrededor del en ese entonces flamante paradigma del desarrollo regional, una serie de investigadores coincidieron en un análisis de las relaciones entre las regiones argentinas llamado a tener amplio consenso entre la comunidad científica. Fue como el vuelo del búho de Minerva; los procesos de ajuste estructural iniciados en la década del '70 produjeron la ruptura de los equilibrios que habían sido tan brillantemente descritos.

    A propósito de estos hechos, el presente trabajo es parte de los estudios que enfrentan el desafío de construir una representación de los nuevos equilibrios que, como consecuencia de las condiciones sociales, económicas y políticas de las últimas décadas están emergiendo en el territorio argentino. Puntualmente, nuestro objetivo es marcar las continuidades y rupturas que existieron en el desarrollo relativo de las provincias a lo largo de la historia y exponer una hipótesis acerca de su configuración actual.

    En este último aspecto, sabemos que se trata de una etapa de transición donde el perfil de especialización y equilibrio espacial todavía tiene contornos borrosos. A pesar de ello, consideramos que la importante cantidad de trabajos referidos al tema conforman una masa crítica lo suficientemente madura como para poder empezar a dar algunas respuestas provisorias. En tal sentido, se quiere señalar que este escrito se sirve y es corolario de diferentes estudios en los que participaron los autores (Cao y Rubins, 1998; Vaca, 2003; Cao, Rubins y Vaca, 2003; Cao, 2006).

    En cuanto a los contenidos específicos del trabajo, básicamente están orientados a realizar una presentación estilizada de las líneas y tendencias que caracterizaron los equilibrios regionales del país desde su consolidación como Estado-Nación (segunda mitad del siglo XIX) hasta la actualidad. En función de esta lógica, el texto se divide en tres secciones, cada una de ellas dirigida a analizar la situación de las regiones en las diferentes etapas en que se suele dividir la historia del país.

    Para terminar esta introducción se considera conveniente realizar algunas precisiones conceptuales.

    La perspectiva de análisis que se adopta, en oposición a lo que puede englobarse bajo el rótulo de teorías convencionales del desarrollo (1), se identifica con el llamado "Estructuralismo Latinoamericano" que postula la especificidad de la situación de los países subdesarrollados y de la coyuntura histórica mundial. En términos generales, puede decirse, además, que la evolución y la transformación de los procesos productivos, de las relaciones de trabajo y de las formas del crecimiento económico, se estudian teniendo en cuenta sus conexiones con las condiciones de vida de la población (Arocena, 2001).

    Por otra parte, siguiendo la gran mayoría de trabajos dedicados al tema, tomaremos como unidad de análisis los Estados constituyentes de la federación, que en la actualidad suman 23 provincias y un Estado autónomo (el de la ciudad de Buenos Aires) (2).

    Ocasionalmente, para referirnos a procesos desarrollados a mayor escala, trabajaremos con una regionalización muy utilizada en la Argentina, que reúne provincias bajo una lógica preponderantemente originada en la geografía física. Esta operación divide al país en cinco unidades: Pampa Húmeda, Patagonia, Noroeste, NOA), Noreste (NEA) y Cuyo.

    Finalmente, llamaremos áreas a los agrupamientos de provincias que, en cada caso, tienen un grado de homogeneidad en su nivel de desarrollo y en los que se desenvolvieron procesos históricos relativamente comunes. Con el fin de orientar al lector, en los mapas se presentan las provincias, regiones y áreas que se utilizarán a lo largo del texto.

  2. La articulación regional en la etapa de consolidación del Estado-Nación

    Hacia fines del siglo XIX intereses europeos pusieron sus ojos sobre la Pampa Húmeda. Aunque se sabía de larga data que sus tierras eran excepcionalmente aptas para la producción ganadera y agrícola de clima templado, sólo cuando confluyeron una serie de factores externos e internos, pudo comenzar a desarrollarse su potencial productivo.

    Entre los factores externos cabe mencionar el auge de las exportaciones de productos primarios hacia los países centrales en curso de acelerada industrialización, la oferta de capitales para la modernización y expansión de las economías exportadoras y una vigorosa ola de inmigrantes venidos principalmente desde el sur de Europa.

    En el ámbito interno, interesa destacar la importancia que tuvo la pacificación del país y la consolidación del Estado-Nación, procesos que ingresan en su etapa final con el triunfo militar de la provincia de Buenos Aires sobre el resto del país al que se conoce como el interior (Batalla de Pavón, año 1861). Bajo la supremacía militar y económica de Buenos Aires comenzó a construirse una comunidad de intereses entre actores de las distintas regiones que, entrañando una articulación territorialmente jerarquizada, se tradujo en un pacto interregional implícito. Los elementos fundamentales de este pacto fueron:

    En lo político:

    --El interior reconoce la hegemonía de Buenos Aires y se compromete a no poner en juego la estabilidad del sistema.

    --Buenos Aires reconoce al resto de las clases dominantes provinciales como legítimas representantes territoriales y deja de lado proyectos unitarios o de reemplazo de estas élites regionales.

    En lo económico:

    --Se organiza un mercado único nacional alrededor del Puerto de Buenos Aires y del emprendimiento agrícola ganadero, lo que implica cortar históricas relaciones entre las regiones derrotadas en la guerra civil y merca dos que las móviles fronteras de la época habían dejado en países limítrofes (Bolivia, Brasil, Paraguay, Chile).

    --El gobierno central, como contrapartida, despliega una serie de "subsidios y auxilios" hacia provincias que se encontraban en una situación económica y fiscal crítica. Paulatinamente, el emprendimiento agrícola ganadero se extiende hacia otras provincias pampeanas, a la vez que comienzan a implementarse políticas públicas que posibilitarán el surgimiento de economías agroindustriales en otros puntos del país (3).

    Este escenario era ventajoso para los actores hegemónicos de Buenos Aires, pues les resultaba conveniente asignar una porción de la renta pampeana a la pacificación del país y a la incorporación de un importante espacio de apoyo a su crecimiento capitalista. Según el Censo de 1895 más del 40% de la población era parte de lo que se identifica con el área periférica, y aunque la zona sufría una larga crisis, su peso era relevante desde el punto de vista de la oferta de mano de obra, de insumos para la producción, de alimentos para la reproducción de la fuerza de trabajo y de su condición de mercado consumidor.

    Asumida la derrota en la guerra civil este acuerdo también era conveniente para las clases tradicionales del interior, en tanto para algunas significaba poder incorporarse al emprendimiento agrícola-ganadero, mientras que para las restantes se abría la posibilidad de una asociación, aunque la misma fuera como miembros subordinados.

    En Santa Fe y Córdoba se presentaron las condiciones naturales, socioeconómicas y políticas para sumarse a Buenos Aires en el vigoroso proceso de desarrollo agrícola-ganadero (4).

    Hacia principios del siglo XX, los rendimientos por hectárea de la agricultura argentina eran similares a los de la norteamericana para el trigo y ligeramente superiores para el maíz y la avena, y...

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