Replica al maletin literario. - Núm. 46, Marzo 2008 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 68429579

Replica al maletin literario.

AutorValdebenito, C

¿Cómo un escritor "escritor" puede pensar de forma tan corrupta, poco seria, llena de patetismo? La respuesta la dieron Alberto Fuguet y Álvaro Bisama en sus respectivas columnas del domingo de la Revista de Libros de El Mercurio. Los dos escribieron sendas columnas defendiendo, desde sus maltrechas trincheras, El Maletín Literario. El lector, al final de cada columna, no sabe si los disparates de Bisama son más reprochables que los disparates de Fuguet o viceversa. Y entonces llegan estos dos señoritos. Que se creen: ¡Los señoritos Fortíssimos! Llegan para interpretar con tal brío lo del maletín Literario, con ese ritmo y alarde que aseguran que noquean. Pero yo tengo el alma sin afeitar, y siempre al borde de un precipicio y les empiezo a dar. ¿Qué nos dice Fuguet? Parte afirmando que no le interesa participar en el debate nacional y, a reglón seguido, escribe esta columna a página completa en el diario de mayor circulación del país justificándose por todos los flancos. Dice que en otra época tenía serios reparos con el Maletín, pero que al ser llamado por teléfono por un ángel del poder, se le iluminó la sesera y cambió de opinión, es decir en un santiamén al farsante se le ocurrieron unas cuantas excelentes razones para aceptar de buen gusto la nominación. El lo justifica de muchas formas, pero nunca menciona el suculento billete que se le pagó, es interesante porque ¡nunca ningún jurado lo menciona! Y Fuguet recalca que antes de ser designado "... era, desde luego, como buen escritor, muy escéptico", esas fueron las palabras. Y comienza con las mentiras de siempre y la farsa: "que se me ocurrió que si todos iban a decir que no, ¿quién diría que sí?". ¿Qué razonamiento más hueco e incomparable?, y así damos inicio a la invocación del cliché y al comienzo de la trivialización de la experiencia del Maletín Literario, sin embargo lo que resulta inverosímil es la solemnidad y la sensación de autoridad que tiene el "escritor" al expresarlo. Le quiero aclarar a Fuguet que veinte escritores aceptaron de muy buen agrado y le puedo revelar que podemos encontrar más de cien que aceptarían y con muchas más codicia, alegría y patriotismo que él. ¿Cómo tan básica y cómica su argumentación? La verdad es la verdad. Estas son las espantosas irregularidades que definen los asuntos humanos. Y luego afirma, taxativamente, que no se arrepiente. Cómo si alguien fuera a pensar que se arrepiente, eso solo se condice con el nivel de su calaña, sin más, simple...

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