Los resultados decepcionantes de la Sexta Cumbre de las Américas en materia de Seguridad Energética y Cambio Climático - Núm. 9-2, Diciembre 2013 - Ars Boni et Aequi - Libros y Revistas - VLEX 645313305

Los resultados decepcionantes de la Sexta Cumbre de las Américas en materia de Seguridad Energética y Cambio Climático

AutorThomas Andrew O'Keefe
CargoAbogado, M.B.A. en Historia, Columbia University, Nueva York
Páginas117-144
117
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO, ARS
BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2) PP. 117 – 144
LOS RESULTADOS
DECEPCIONANTES DE LA SEXTA
CUMBRE DE LAS AMÉRICAS
EN MATERIA DE SEGURIDAD
ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
The disappointing results of the sixth
summit of the Americas in relation
to energetic safety and the climatic
change
Thomas andrew o’Keefe*
Stanford University
California, Estados Unidos
RESUMEN: A pesar de la gran oferta de diferentes recursos energé-
ticos que existen en América, sean estos hidrocarburos o fuentes de
energía renovable o no tradicionales y la amenaza que representa
el cambio climático para los habitantes del hemisferio, los resul-
tados obtenidos en la Cumbre de las Américas que se celebró en
Cartagena de la Indias, Colombia, abril del 2012, referidos a la pro-
moción de la seguridad energética y metas concretas para combatir
* Abogado, M.B.A. en Historia, Columbia University, Nueva York, Doctor en Jurisprudencia
de Villanova University, Pennsylvania, M. Phil. en Estudios Latinoamericanos (Historia y
Economía), Universidad de Oxford, Inglaterra. Profesor en el Programa de Relaciones
Internacionales, Universidad de Stanford, California, Presidente de la consultora jurídica
y económica Mercosur Consulting Group, Ltda., San Francisco, California.
mercosurconsulting.net>.
Artículo recibido el 11 de julio de 2013 y aprobado el 8 de octubre de 2013.
118
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
el cambio climático, fueron poco productivos. Llama la atención
la falta de liderazgo demostrado por el gobierno norteamericano,
a pesar de haber propuesto una Alianza de Energía y Clima de las
Américas (AECA) en la Cumbre anterior celebrada en Trinidad en
2009. El artículo resalta algunos proyectos concretos que se podrían
llevar a cabo bajo la AECA si existiera un mayor interés y acciones
promotoras llevadas a cabo por los gobiernos más inf‌luyentes en el
Hemisferio Occidental.
PALABRAS CLAVES: Cumbre de las Américas - Alianza de Energía
y Clima de las Américas - cambio climático - seguridad energética
ABSTRACT: In spite of the great offer of different energetic resour-
ces that exist in America, be these hydrocarbons or sources or not
traditional of renewable energy and the threat that represents the
climate change for the inhabitants of the hemisphere, the results ob-
tained in Summit of the Americas that was celebrated in Cartagena
of Indias, Colombia, in April, 2012, recounted to the promotion of
the energetic safety and concrete goals to attack the climate change
were slightly productive. It called the attention the lack of leaders-
hip demonstrated by the North American government, despite ha-
ving proposed an Alliance of Energy and Climate of the Americas
(AECA) in the previous Summit that was celebrated in Trinidad in
2009. The article highlights some concrete projects that might be
carried out under the AECA if there were major interest and promo-
ting actions carried out by the most inf‌luential governments in the
Western Hemisphere.
KEY WORDS: Summit of the Americas - Alliance of Energy and
Climate of the Americas - climate change - energetic safety
INTRODUCCIÓN
Uno de los temas más urgentes para los países del Hemisferio Occidental
ha sido cómo asegurar una provisión estable y conf‌iable de recursos energé-
ticos a costos razonables y que no acarreen deterioro del medio ambiente.
Un informe preparado por la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL) de la Naciones Unidas (ONU) destaca que a pesar que
Latinoamérica es la región que menos contribuye a las emisiones de gases
de efecto invernadero a nivel mundial, ha de ser una de las regiones más
119
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
perjudicadas por el cambio climático.1 Entre otras cosas, se prevé un estrés
hídrico grave que afectará la oferta de agua potable y la posibilidad de gene-
rar hidroelectricidad. Además se anticipa el alza del mar como resultado del
derretimiento de las capas de hielo polares, un acontecimiento que generaría
el desplazamiento de un gran porcentaje de la población por la cantidad de
tierra perdida a causa de las inundaciones permanentes. En consecuencia, los
pequeños países isleños del Caribe serían los más perjudicados. El cambio
climático también ocasionará pérdidas signif‌icativas en la biodiversidad, en
muchas ocasiones irreversibles, algo particularmente grave en una región que
incluye a varios de los países con la mayor biodiversidad del planeta.
La energía ha sido un tema de discusión en todas las Cumbres de las
Américas que se han celebrado desde su inicio en Miami en 1994. En el Plan
de Acción emitido por los mandatarios reunidos en dicha primera Cumbre,
se propuso una cooperación hemisférica en el campo de energía como un
requerimiento para el desarrollo económico sostenible. Con el mismo f‌in se
propuso establecer una Alianza de Uso Sostenible de la Energía que, entre
otras cosas, comprometía a los gobiernos a:2
1 El informe enfatiza que el conjunto de resultados muestra claramente que hay evidencia
sólida acerca de la existencia de efectos económicos signif‌icativos en el sector agropecu-
ario asociados al cambio climático para América Latina y el Caribe. Sin embargo, los im-
pactos serán muy heterogéneos entre países y regiones y revelan, además, un comporta-
miento no lineal. De este modo, algunos países y regiones tendrán benef‌icios temporales
como consecuencia de los aumentos moderados de la temperatura y los cambios en la
precipitación, aunque en el largo plazo predominan los efectos negativos. Por ejemplo,
un aumento de la temperatura podría inicialmente repercutir positivamente en la pro-
ductividad agrícola, si no se consideran los potenciales problemas relacionados con la
aparición o la difusión de plagas y enfermedades, ni la restricción hídrica a consecuencia
del derretimiento de los glaciares. Vid., organización de las naciones Unidas (2009) p. 28.
El mismo informe resalta que a pesar de que las emisiones latinoamericanas de dióxido
de carbono con origen en el sector de energía muestran una tendencia ascendente con
el aumento de los ingresos per cápita de la población, la mayor parte de las emisiones
actuales proviene de la degradación de los suelos, como la deforestación, y no del con-
sumo de energía (algo que también indica una menor dependencia latinoamericana en
combustibles fósiles en comparación a otras regiones del mundo). Ídem. pp. 36, 37 y 56.
Sin embargo, todo esto podría cambiar dramáticamente si una escasez de agua producida
por los cambios climáticos redujera el uso de la energía hídrica. Por contraste, el sector
de energía representa un 97 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono para el
Caribe, aunque dichas emisiones son insignif‌icantes a nivel global. Ídem., p. 36.
2 Cfr. Plan de Acción Suscrito por los Jefes de Estado y de Gobierno Asistentes a la Primera
Cumbre de las Américas, Miami, Florida, 9 al 11 de diciembre de 1994.
120
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
i) Formular estrategias nacionales de energía de menor costo que tomen en
consideración todas las opciones, incluidas la ef‌iciencia en el uso de
la energía, la energía renovable no convencional (solar, eólica, geotér-
mica, pequeña hidroeléctrica y biomasa) así como recursos de energía
convencionales.
ii) Poner énfasis en la f‌ijación de precios basados en el mercado, que des-
aliente un desperdicio en el uso de la energía.
iii) Promover, en cooperación con el sector privado y con las comunidades
rurales y aisladas, programas de electrif‌icación rural que tomen en con-
sideración, cuando proceda, la utilización de fuentes de energía renova-
ble, de conformidad con el marco reglamentario nacional.
iv) Alentar al Banco Mundial y al Banco Inter-Americano de Desarrollo a
aumentar, con celeridad y en forma sustancial y como parte de los prés-
tamos para el sector energético, el f‌inanciamiento de proyectos que pro-
muevan la ef‌iciencia en el uso de la energía tradicional y de la energía
renovable.
v) Ayudar, utilizando las organizaciones regionales existentes, en la coordi-
nación y cooperación técnica entre los países, incluyendo la identif‌i-
cación y ejecución de proyectos y programas de capacitación e inter-
cambios de personal e información para aumentar la capacidad técnica
de los trabajadores en el sector energético; y
vi) Promover la identif‌icación y ejecución de los proyectos del sector privado
que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque la Alianza del Uso Sostenible de la Energía que se propuso en
Miami desapareció rápidamente de la agenda hemisférica, la energía persistió
como tema importante de discusión en la Cumbre Especial sobre Desarrollo
Sostenible celebrado en Santa Cruz, Bolivia en 1996. Fue en dicha reunión
que se estableció un Comité Guía Hemisférico de Energía para promover el
desarrollo y el uso energético mediante: i) El incremento de la inversión en el
sector energético; ii) La promoción de tecnologías energéticas más limpias en
los mercados de energía eléctrica; iii) El aumento de cooperación y habilidad
en materia regulatoria; iv) El incremento de la sostenibilidad económica y
ambiental del sector petrolero; v) La creación de nuevas oportunidades para
el gas natural; vi) Promoción de la ef‌iciencia energética; vii) El desarrollo de
121
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
estrategias de electrif‌icación rural; viii) El intercambio de información sobre
políticas, programas y proyectos relacionados con el cambio climático.3
Las metas establecidas en Santa Cruz formaron la base intelectual de la
Iniciativa Energética Hemisférica que se lanzó con la Segunda Cumbre de
las Américas en Santiago de Chile en 1998. Más tarde en la Tercera Cumbre
de las Américas de 2001 en Quebec, se hizo referencia a dicha iniciativa, al
discutirse las políticas y prácticas necesarias para avanzar hacia la integración
regional de los mercados energéticos. Pero cuando los mandatarios se reu-
nieron en Mar del Plata para la Cuarta Cumbre de las Américas en 2005, la
Iniciativa Energética Hemisférica había desaparecido de la agenda, corriendo
la misma suerte que la antecesora Alianza de Uso Sostenible de la Energía
que se había propuesto en Miami, una década atrás.
En vista de la importancia que tiene el sector de hidrocarburos para la
economía de Trinidad y Tobago, y el papel que jugaba el país en ese entonces
como el mayor proveedor de gas natural licuado (GNL) para muchas nacio-
nes del Hemisferio (incluso para los EE.UU.), no es sorprendente que la ener-
gía fuese uno los de temas centrales de la Quinta Cumbre de las Américas
celebrada en Puerto España en 2009. En dicha Cumbre, se reiteraron los aho-
ra muy conocidos tópicos por parte de los Jefes de los Estados Americanos,
en tanto a desarrollar sistemas de energía menos contaminantes, asequibles
y sostenibles, además de promover el acceso a la energía y a las tecnolo-
gías y prácticas energéticas ef‌icientes. Algo que también marcó la Cumbre en
Trinidad fue el resurgimiento del nacionalismo, en cuanto al control de los
recursos naturales y el f‌in del consenso hemisférico que había predominado
en cumbres anteriores, a modo de la aceptación incuestionada de políticas
económicas de mercado.
La Declaración emitida al f‌inalizar la Cumbre en Trinidad, reaf‌irmó: “el
derecho soberano de cada país a la conservación, desarrollo y uso sostenible
de sus propios recursos energéticos”.
Un mandato dirigido a promover la producción y el uso de los biocom-
bustibles, provocó una larga nota al pie de página por parte del gobierno
boliviano, que propuso “una visión alternativa basada en el vivir bien y en
armonía con la naturaleza, para desarrollar políticas públicas que apunten a
la promoción de energías alternativas seguras que garanticen la preservación
3 Vid. Plan de Acción Suscrito por los Jefes de Estado y de Gobierno Asistentes a la Cumbre
de las Américas sobre Desarrollo Sostenible, 1996.
122
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
del planeta, nuestra madre tierra”.4 Paradojalmente los Jefes de los Estados
Americanos reunidos en Puerto España también discutieron un tema por lo
normal muy sensible, cual es la energía nuclear, y propusieron interconectar
las diferentes redes de energía a nivel regional. También se comprometieron
en adoptar medidas adicionales para mejorar e incrementar la recopilación y
distribución de datos de mercado sobre petróleo y otras fuentes de energía en
todos los países para asegurar el funcionamiento adecuado de los mercados
energéticos a nivel regional y mundial”, así también de apoyar “el desarrollo
e implementación de mejores prácticas voluntarias de responsabilidad social
empresarial en el sector energético”.5
Aunque el cambio climático no es tan destacado en la agenda hemisfé-
rica como la energía, las Cumbres de las Américas previas a la de Cartagena
han tocado el tema como parte de “asuntos ambientales”. Por ejemplo, en la
Primera Cumbre de Miami en 1994, los gobiernos americanos se comprome-
tieron en ratif‌icar e iniciar la ejecución de las disposiciones de la Convención
Marco de la ONU sobre Cambio Climático que entró en vigor ese mismo año.
En 1998, los jefes de estados americanos reunidos en Santiago, se compro-
metieron en promover la ratif‌icación del Protocolo de Kioto a la Convención
Marco de la ONU sobre Cambio Climático, un compromiso que el gobierno
norteamericano nunca cumplió, a diferencia de todos los otros países en el
hemisferio. Tres años más tarde, los 34 mandatarios americanos reunidos en
la Tercera Cumbre de las Américas de Québec, propusieron “tratar el asun-
to de cambio climático como una acción prioritaria, trabajando de manera
constructiva en los procesos internacionales con el f‌in de lograr el progreso
necesario para asegurar una respuesta racional y efectiva al cambio climático;
reconocemos las vulnerabilidades en todos nuestros países, en particular en
4 Declaración de Compromiso de Puerto España de 2009, p. 7, n. 1. Las preocupaciones
del gobierno boliviano se basaban en “que el desarrollo de políticas y de esquemas de
cooperación que tengan por objetivo la expansión de los biocombustibles en el Hemis-
ferio Occidental pueden afectar e incidir en la disponibilidad de alimentos y su alza de
precios, el incremento de la deforestación, el desplazamiento de población por la de-
manda de tierras, y por consiguiente, repercutir en el incremento de la crisis alimentaria,
afectando directamente a las personas de bajos ingresos, sobre todo a las economías más
pobres entre los países en desarrollo”.
5 Ídem., p. 8. En términos de desarrollar e implementar las mejores prácticas voluntarias de
responsabilidad social empresarial, hay un “particular énfasis en las iniciativas que tienen
por objeto mejorar el diálogo entre el gobierno, la industria, las comunidades locales, los
grupos indígenas y las organizaciones no gubernamentales, para facilitar que todos los
interesados comprendan, participen y se benef‌icien mejor de las actividades en el sector
de energía”.
123
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
los pequeños Estados insulares en vías de desarrollo y costeros, y la necesidad
de apoyar estudios de vulnerabilidad, el desarrollo y la implementación de
estrategias de adaptación, el desarrollo de capacidades y la transferencia de
tecnología”.6
En 2009 en Puerto España, los Jefes de Estados Americanos reconocieron
la necesidad de hacer reducciones profundas en las emisiones de gases de
efecto invernadero “para lograr el objetivo último de la Convención [Marco
de la ONU sobre Cambio Climático], respetando sus principios, especialmen-
te aquel que establece que debemos proteger el sistema climático para el
benef‌icio de las presentes y futuras generaciones de la humanidad, sobre la
base de la equidad y de acuerdo con nuestras responsabilidades comunes
pero diferenciadas y capacidades respectivas”.7
I. LA ALIANZA DE ENERGÍA Y CLIMA DE LAS AMÉRICAS
Dado el enfoque de la Quinta Cumbre de las Américas de 2009 en Puerto
España sobre los temas de energía y sostenibilidad, no es sorprendente que
el gobierno norteamericano propusiera establecer una Alianza de Energía y
Clima de las Américas.8 A diferencia de otros proyectos hemisféricos del pa-
sado, donde los EE.UU. tenían la costumbre de dirigir la agenda y esperar que
los otros países americanos siguieran sus propuestas con poca discrepancia,
la administración del Presidente Obama hizo hincapié en que la AECA era
voluntario, permitiendo a los gobiernos, las organizaciones inter-americanas,
el sector privado, y a la sociedad civil tomar el mando o participar en las
6 Plan de Acción Para fortalecer la democracia, crear la prosperidad y desarrollar el poten-
cial humano, nuestros Gobiernos, 2001, p. 27.
7 Declaración de Compromiso de Puerto España de 2009, p. 9.
8 Un comunicado de prensa emitido por la Casa Blanca, The United States and the 2009
Summit of the Americas: Securing Our Citizens’ Future, 19 abril 2009, Washington, D.C.,
Off‌ice of the Press Secretary, disponible en: <http://www.whitehouse.gov/the_press_of-
f‌ice/The-United-States-and-the-2009-Summit-of-the-Americas-Securing-Our-Citizens-
Future/>, fecha consulta: 24 enero 2013, indicaba solo que el Presidente Obama invitó a
los países de la región participar en una Alianza de Energía y Clima de las Américas; un
marco f‌lexible para promover la seguridad energética y combatir el cambio climático. Se
le anima a los países sugerir ideas tangibles para la cooperación, incluyendo la ef‌iciencia
energética, la energía renovable, hidrocarburos más limpios, e infraestructura para el sec-
tor de energía.
124
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
iniciativas que ref‌lejen mejor sus prioridades”.9 En particular, se exhortó a los
gobiernos del hemisferio a trabajar conjuntamente o individualmente, para
liderar sus propias iniciativas, f‌inanciar actividades, y establecer un ambiente
político propicio para animar un desarrollo con menos emisiones de dióxido
de carbono. Subsecuentemente los gobiernos también tendrían la libertad
para identif‌icar áreas donde podrían contribuir o colaborar de mejor manera,
igual que identif‌icar esas áreas donde la asistencia externa fuese necesaria.
Es interesante notar que el entonces Senador Barack Hussein Obama,
en su único discurso durante la campaña electoral para la presidencia en
2008, ofreció una visión de lo que sería su política exterior para América
Latina y el Caribe,donde propuso establecer una Alianza de Energía y Clima
para las Américas. Obama señaló que bajo esta propuesta se permitiría a las
industrias norteamericanas que emiten gases de efecto invernadero, compen-
sar una parte de sus emisiones con una inversión en proyectos energéticos
menos contaminantes en América Latina y el Caribe. También se comprome-
tió en aumentar las investigaciones para el desarrollo de nuevas tecnologías
en carbono limpio, además del desarrollo de nuevos tipos de biocombusti-
bles no basados en alimentos para consumo humano. Finalmente, Obama
prometió promover el amplio uso de la energía eólica, solar, y nuclear en
todo el Hemisferio Occidental.
Cuando se celebró la Quinta Cumbre en Trinidad en 2009, la pala-
bra “para” había sido sustituida con “de”, así se resaltaba que los EE.UU.
no jugarían un papel predominante en llevar adelante la Alianza de Energía
y Clima de las Américas. El cambio de terminología era consistente con un
mensaje que la administración del Presidente Obama quería proyectar en la
reunión de Puerto España, es decir que los EE.UU. se estaban reuniendo con
socios igualitarios y que “no existen socios mayores o menores en nuestras re-
laciones; solo existe la cooperación basada en un respeto mutuo, en intereses
comunes, y en valores compartidos”.10
9 ECPA-Open Invitation and Flexible Framework, Washington, D.C., U.S. Department of
Energy, disponible en <http://energy.gov/pi/off‌ice-policy-and-international-affairs/initia-
tives/energy-and-climate-partnership-americas>, fecha consulta: 24 enero 2013.
10 Off‌icial Remarks of United States President Barack Obama at the Opening Ceremony of
the Fifth Summit of the Americas, 2009 , p. 2. Taducción del autor de: “There is no senior
partner and junior partner in our relations; there is simply engagement based on mutual
respect and common interests and shared values”.
La interpretación cínica acerca el énfasis en este nuevo concepto de “socios igualitarios”
es que ocultaba el hecho que el recién elegido Presidente Obama llego a Puerto España
con las manos vacías. Con una economía al borde del colapso y dos guerras altamente
125
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
La propuesta para establecer una AECA fue seguida por un Simposio
en junio de 2009 en Lima, que contaba con la presencia de los Ministros de
Energía de algunos de los países latinoamericanos, y en donde se f‌irmó un
acuerdo bilateral entre los representantes de los gobiernos norteamericanos
y del Perú para crear un Centro Regional de Ef‌iciencia Energética. Al mismo
tiempo los representantes mexicanos ofrecieron f‌inanciar un Centro Regional
de Energía Eólica en Oaxaca. Por su parte, la delegación norteamericana pro-
puso un Programa de Comunidades de Baja Emisiones de Carbono en donde
el Departamento de Energía de los EE.UU. “se asociaría con países de la
región para proveer asistencia técnica y una limitada cantidad de recursos
para desarrollar criterios de construcción de edif‌icios y adoptar modernas
estrategias de planif‌icación urbana, que incluyen planes para un desarrollo
orientado al uso del transporte público, para así conseguir la meta de fomen-
tar comunidades de baja emisiones de carbono”.11
En los meses posteriores al simposio de Lima, surgieron propues-
tas adicionales para establecer un Centro de Capacitación sobre Ef‌iciencia
Energética en Costa Rica, con el respaldo del Consejo de Defensa de Recursos
Naturales en los EE.UU., un Centro para investigar el uso de la biomasa como
fuente de energía en Brasil, y otro Centro para investigar el uso de recur-
sos geotérmicos en El Salvador respaldado por el Banco Inter-Americano de
Desarrollo (BID) y el Departamento de Energía norteamericano.12
costosas, la nueva administración norteamericana no estaba en condiciones de proponer
ningún tipo de iniciativa que implicaría una inversión signif‌icativa de tiempo y dinero. A
pesar de la explicación pragmática por este nuevo tono en las relaciones inter-america-
nas, la idea de “socios igualitarios” fue bien acogido por países que por años habían suf-
rido las intervenciones e intromisiones en sus asuntos internos por parte del hegemónico
poder del norte. Incluso el Presidente venezolano Hugo Chávez le ofreció a Obama un
abrazo efusivo, algo que jamás hubiera sucedido con su antecesor George W. Bush.
11 El énfasis en una limitada cantidad de dinero” casi asegura que esta propuesta norteam-
ericana terminará como la propuesta de la administración del Presidente Bill Clinton de
1999 para establecer una Alianza de Ciudades Limpias. Dicha iniciativa, limitada a Chile,
fracasó por la falta de f‌inanciamiento por parte del gobierno norteamericano en una
época cuando el gobierno Federal gozaba de un superávit f‌iscal (algo que, por lejos, no es
el caso hoy). Cfr. Americas Energy Leaders Take Action to Realize Energy and Climate Part-
nership of the Americas, Washington, D.C., 16 june 2009, disponible en
gov/articles/americas-energy-leaders-take-action-realize-energy-and-climate-partnership-
americas>, fecha de consulta: 24 enero 2013.
12 Una lista completa de las diferentes iniciativas y propuestas que surgen bajo la AECA se
puede encontrar en el sitio web of‌icial de dicha iniciativa .ecpamericas.org>,
fecha de consulta: 24 enero 2013.
126
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
Se celebró la Primera Reunión Ministerial de Energía y Clima de las
Américas en Washington, D.C. entre el 15 y 16 de abril de 2010, con la
asistencia de representantes de 32 de los 35 gobiernos americanos. En dicha
reunión, la delegación norteamericana anunció que la AECA se respaldaría
en siete pilares conceptuales (los dos últimos añadidos por la Secretaria de
Estado Hillary Clinton a último momento):
i) Ef‌iciencia Energética (promoción de prácticas óptimas de políticas, a través
de la asistencia en el desarrollo de códigos de construcción y otros es-
tándares en los sectores industrial y residencial, así como la capacitación
en cuanto a auditorías energéticas);
ii) Energía Renovable (aceleración del despliegue de energías menos conta-
minantes por medio del apoyo a proyectos, diálogos acerca de políticas
adecuadas, colaboración científ‌ica y el establecimiento de una red tec-
nológica de energía no contaminante);
iii) Combustibles Fósiles Más Ef‌icientes y Menos Contaminantes (promoción
de prácticas óptimas sobre gestión del uso de la tierra y tecnologías de
energía no contaminantes, que reduzcan la contaminación convencio-
nal y la huella de carbono de los combustibles fósiles);
iv) Infraestructura Energética (promoción de infraestructuras energéticas mo-
dernas, integradas y más resistentes, especialmente en torno a redes
eléctricas y gasoductos);
v) Insuf‌iciencia Energética (abordar la insuf‌iciencia energética urbana y rural,
mediante estrategias que promueven el desarrollo urbano sostenible y
mejoren el acceso a servicios modernos de energía no contaminantes y
tecnologías adecuadas en zonas rurales, que sirvan para mejorar la salud
pública y reducir el uso excesivo de leña);
vi) Uso de la Tierra y la Silvicultura en Forma Sostenible (reducción de las
emisiones originadas por causa de la deforestación y degradación fores-
tal, y el fomento de la retención de carbono mediante la conservación y
gestión sostenible de los bosques);
vii) Asistencia para la Adaptación (asistir a los países y a las comunidades vul-
nerables con estrategias para entender y reducir su vulnerabilidad frente
a los impactos del cambio climático).
En la Reunión Ministerial de Washington, D.C. de abril del 2010, el
Departamento de Energía norteamericano se comprometió en proveer
127
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
asistencia técnica, incluyendo el ofrecimiento de seminarios, a efectos de
explorar las posibilidades de construir un sistema de cables submarinos para
transmitir electricidad -generada a base de energía renovable- entre los dife-
rentes países caribeños. Ese mismo departamento y el BID también f‌irmaron
un acuerdo estableciendo un Centro de Innovación Energética, que permitirá
a las dos entidades coordinar los recursos destinados a facilitar proyectos y
otras actividades regionales. Dicho Centro ha de servir como un foco para
acceder a una línea de crédito anual del BID que actualmente suma unos
1.5 mil millones de dólares estadounidenses destinado a f‌ines energéticos.13
Finalmente, el Departamento de Energía norteamericano anunció el esta-
blecimiento de una asociación entre el Laboratorio Nacional de Energía en
Golden, Colorado, con científ‌icos e ingenieros en Colombia, dedicados a
la investigación para identif‌icar, evaluar y promover tecnologías para el uso
sostenible de la biomasa en dicho país sudamericano.
En la primera Reunión Ministerial de la AECA, el Departamento de
Estado anunció los nombres de tres científ‌icos norteamericanos que servi-
rían como expertos para viajar a los diferentes países americanos, para así
compartir sus conocimientos, intercambiar experiencias, y consultar con sus
pares regionales acerca del desarrollo y la utilización de energías menos con-
taminantes, como también discutir un mayor uso de la tierra en forma soste-
nible, y la adaptación de las sociedades al cambio climático.14 Por su parte,
el Departamento de Agricultura norteamericano fue seleccionado para coor-
dinar cualquier tipo de asistencia técnica entre el gobierno estadounidense
y otros países en el hemisferio, para aumentar la producción y el uso de la
biomasa como fuente de energía sostenible.
Desde que se celebró la primera Reunión Ministerial de la AECA en
Washington, D.C. en abril del 2010, el gobierno de Canadá logró establecer
un grupo de trabajo dedicado al petróleo pesado y no convencional, al cual
se incorporaron los gobiernos de Brasil, Colombia, los EE.UU., México, y
Venezuela. La meta de este grupo de trabajo consiste en facilitar el intercam-
bio de información acerca las mejores prácticas e innovaciones tecnológicas
para poder reducir el impacto maligno sobre el ambiente que está asociado
13 El BID originalmente esperaba aumentar esta línea de crédito a unos 3 mil millones
de dólares estadounidenses por 2012, pero esto nunca sucedió. Es irónico notar que la
mayor parte del dinero para esta línea de crédito proviene de países fuera del hemisferio
como Japón, Corea del Sur y España.
14 Infelizmente, este programa no duró mucho tiempo ya que el gobierno norteamericano
nunca lo f‌inanció adecuadamente. Como consecuencia, los tres científ‌icos perdieron
interés y eventualmente se retiraron del programa.
128
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
actualmente con la extracción y ref‌inamiento de los denominados crudos
pesados.
Entre otras iniciativas de la AECA, México está a cargo de un grupo de
trabajo, investigando diferentes maneras de promover la ef‌iciencia energética
que incluye a casi todos los países americanos con el f‌in de facilitar el inter-
cambio de las mejores prácticas y experiencias en esta materia. De esa ma-
nera se espera fomentar alianzas a nivel regional que promuevan la ef‌iciencia
y la conservación energética. Por su parte, Brasil lidera una iniciativa para
construir viviendas económicas por todo Latinoamérica y el Caribe, donde se
utilizan materiales sostenibles, que además contribuyen a una reducción de
las emisiones de gases con efecto invernadero.
Chile ha utilizado la AECA en forma protagónica para enfrentar varios
retos relacionados con la inseguridad energética. Por ejemplo, Chile es la
sede regional de un Centro de Energía Renovable que recibe asistencia téc-
nica del Departamento de Energía norteamericano y que ofrece un sitio Web
denominado Información Energética Abierta para facilitar el intercambio de
información acerca los diferentes recursos de energía renovable que existen
en toda América. Chile también participa, junto con Argentina, Colombia,
EE.UU., Perú y Uruguay, en otra iniciativa de la AECA que busca intercam-
biar información acerca de cómo explotar mejor las reservas de gas natural
provenientes de las rocas de esquisto o shale, en forma no dañina para el
ambiente. Además, Chile está involucrado en un proyecto con Colombia,
Ecuador, EE.UU., Panamá, y Perú, que busca interconectar las redes eléctricas
nacionales desde Panamá hasta Chile.
Ente los proyectos concretos que surgen de la AECA, está uno que
involucra a la generadora norteamericana Southern Company con una orga-
nización no-gubernamental en Colombia que pretende preparar estudiantes
secundarios de hogares humildes para futuros trabajos en el sector de ener-
gía. El Departamento de Energía norteamericano también está trabajando con
el Ministerio de Coordinación de Producción, Empleo y la Competitividad en
Colombia, para convertir los desperdicios industriales en valiosos insumos
y bienes. Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) está a
cargo de implementar el Programa de Energía Sostenible para el Caribe, que
está f‌inanciado principalmente por la Unión Europea con alguna contribu-
ción menor del Departamento de Energía norteamericano. Dicho proyecto
busca ayudar a los países más pequeños del Caribe y las Bahamas a aumentar
la sostenibilidad de sus recursos energéticos al mismo tiempo que se reducen
las emisiones de carbono dióxido, gracias a una mayor utilización de energía
renovable. La OEA también está implementando otro programa f‌inanciado
por el Departamento de Energía norteamericano, con el f‌in de facilitar un
129
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
diálogo entre los gobiernos caribeños para encontrar soluciones a largo plazo
para desarrollar fuentes de energía sostenibles y proveer la asistencia jurídi-
ca y técnica que dichos gobiernos requieren para modernizar su legislación
energética. En general, la OEA juega un papel importante en cuanto a la di-
seminación de información acerca de las diferentes iniciativas de la AECA y
promueve alianzas entre los sectores privados y públicos con el f‌in de facilitar
la implementación de dichas iniciativas.
Finalmente, el Cuerpo de Paz norteamericano está a cargo de una
iniciativa de la AECA para introducir prácticas de ef‌iciencia energética y tec-
nologías de energía alternativa -como la utilización de paneles solares a pe-
queña escala, estufas solares para cocinar, y la construcción de pequeñas
turbinas para la energía eólica- en Costa Rica, Guyana, Honduras, Nicaragua,
Panamá, Perú, la República Dominicana, y Surinam. En Paraguay, el Cuerpo
de Paz está entrenando a un grupo de pequeños agricultores en el uso de una
máquina que puede generar electricidad además de producir un fertilizante
orgánico con los desperdicios agrícolas.
II.LAS OPORTUNIDADES OFRECIDAS POR EL HEMISFERIO OCCIDENTAL
El Hemisferio Occidental goza de abundantes y diversos recursos
energéticos, tales como hidrocarburos convencionales, además de fuen-
tes de energía renovables y no tradicionales. Aproximadamente un tercio
de las reservas de petróleo, a nivel global, se encuentran en el Hemisferio
Occidental.15 Latinoamérica en sí produce el 14 por ciento de la produc-
ción global de petróleo, pero solamente utiliza la mitad para sus necesidades
actuales.16 Latinoamérica y el Caribe juntos consumen una cuarta parte de
toda la energía potencial que se encuentra dentro sus territorios.17 Se espera
que con el aumento de la explotación del gas natural, que proviene de rocas
de esquisto o shale en los E.E.U.U., se ayudará a dicho país a reducir sus
15 De acuerdo a Statistical Review of World Energy 2013, British Petroleum (junio 2012)
p. 6. Disponible en:
cal_review_of_world_energy_2013.pdf>, fecha consulta: 24 enero 2013.
16 insUlza (2008) p. 9.
17 Barrera-hernández et al (2012) p. 61. La proporción entre reservas y la producción actual
indica que Bolivia, Ecuador, Perú, y Venezuela tienen suf‌icientes recursos de gas natural
para unos 130 años.
130
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
importaciones de petróleo en forma drástica, e inclusive, permitirá la expor-
tación de GNL a otros países. Grandes formaciones de esquisto -y se supone
de gas natural que se puede obtener utilizando las nuevas técnicas de fractu-
ración hidráulica o hydrofracking- se encuentran en la República Argentina,
Brasil, Canadá, y México. El descubrimiento de enormes reservas de petróleo
y de gas natural en el alto mar, dentro de los límites territoriales brasileños y
al fondo de varios kilómetros de roca y formaciones de sal, ofrece a Brasil la
posibilidad de convertirse en un importante exportador de petróleo a nivel
global. Desde 2006, Brasil ya es autosuf‌iciente en cuanto al petróleo.
Si la riqueza de hidrocarburos fuese poca, América del Sur contiene
más de un cuarto de todas las reservas de agua fresca en el mundo, algo que
le permite a los países del continente aumentar lo que ya es un signif‌icante
uso de la energía hídrica, aunque esto podría verse perjudicado por la des-
aparición de los glaciares Andinos, como consecuencia del cambio climáti-
co. Entre los diez mayores consumidores de energía a nivel global, Brasil es
el que goza de la matriz energética más limpia, ya que el 85 por ciento de su
electricidad viene de recursos hídricos, y una mayoría de todo el consumo de
energía en el país, proviene de recursos renovables.18
Por supuesto no todo el Hemisferio Occidental goza de la misma
abundancia y diversidad de recursos energéticos. Por ejemplo, con la ex-
cepción de Trinidad y Tobago, la mayoría de los países caribeños requieren
importar el petróleo que utilizan para generar la electricidad y sostener sus
métodos de transporte. Una situación semejante existe en Centroamérica.
Chile, Paraguay y Uruguay son importadores de petróleo en un continente
que es un exportador neto de dicho recurso. A pesar de esto, todos los países
americanos, sin excepción, tienen la posibilidad de aumentar su uso de la
energía renovable, sea en forma solar, eólica, geotermal, y/o utilizando las
corrientes generadas por las mareas en el mar.19 Integrando todos los mer-
18 Cfr. United States Energy Information Agency, Brazil Country Analysis Brief, Washington,
D.C., U.S. Department of Energy, 28 febrero 2012, disponible en <http://www.eia.gov/
emeu/cabs/Brazil/pdf.pdf>, fecha consulta: 24 enero 2013, pp. 1-2 y 7. Como punto de
comparación, las fuentes de energía renovable, que incluyen la energía solar, eólica, geo-
termal, hídrica y la biomasa, generaron solamente un 13 por ciento de la electricidad en
los EE.UU. en 2011, mientras que los recursos renovables contribuyeron a un 8 por ciento
del consumo de energía total. Una de las explicaciones por el gran uso de los recursos de
energía renovables en Brasil es el hecho que hoy en día casi todos los automóviles en el
país funcionan con motores f‌lex fuel que ofrece la opción al conductor de usar exclusiva-
mente el etanol como combustible.
19 levy (2012).
131
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
cados de energía en el Hemisferio Occidental, por una interconexión de la
infraestructura física, ofrece la posibilidad de utilizar plenamente todos estos
recursos energéticos cuando sean requeridos. Además, un mayor uso de los
recursos energéticos renovables contribuiría a una importante reducción en
las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque el gas natural que vie-
ne del esquisto, por cierto no es un ejemplo de energía renovable, su mayor
uso gracias a las grandes reservas que se encuentran en muchos países ame-
ricanos, podría jugar un importante papel como una fuente de energía de
transición hacia un uso mayor de fuentes no-convencionales. A pesar de ser
un combustible fósil, el gas natural emite casi la mitad del dióxido de carbo-
no que emite el carbón y solo un 70 por ciento de lo que emite el petróleo,
mientras que las emisiones de monóxido de carbono que provienen del gas
natural, son la quinta parte de las emisiones que provienen del carbón, y las
emisiones de dióxido de azufre y partículas son casi inexistentes.20
Además de estar dotado con una abundancia de diferentes fuentes
de recursos energéticos, el Hemisferio Occidental también abarca extensos
bosques tropicales que sirven para absorber las emisiones de gases de efecto
invernadero. Por ejemplo, se estima que los bosques de la selva Amazónica,
guardan 20 veces más carbono que el total emitido cada año por los diferen-
tes tipos de gases de efecto invernadero a nivel global.21 Al mismo tiempo, el
Hemisferio Occidental también incluye algunos de los países que más emiten
gases de efecto invernadero en el mundo, como es el caso de los EE.UU.,
aunque cedió su posición de mayor emisor a nivel global, dándole paso a
China hace solo unos pocos años. Se espera que las emisiones de Canadá,
que actualmente solo representan un 10 por ciento de las emisiones de los
EE.UU., aumentarán con el desarrollo de sus reservas de petróleo no-con-
vencional de bitumen que se encuentran principalmente en la provincia de
Alberta.
El hecho de que el Hemisferio Occidental aglomera los mayores emi-
sores de gases de efecto invernadero en el mundo y al mismo tiempo ofrez-
ca una abundancia de fuentes de energía renovable y extensos bosques que
sirven como mecanismos naturales para absorber el carbono en la atmósfe-
ra, implica que América es un continente privilegiado para implementar un
sistema regional de permisos negociables de emisiones (cap and trade) pro-
puesto por el entonces Senador Obama de Illinois en 2008. Bajo un sistema
de comercio de permisos de emisiones, una empresa norteamericana que
emite gases de efecto invernadero puede recibir un crédito para compensar
20 wolf, Martin, “Prepare for the Golden Age of Gas”, Financial Times, 22 febrero 2012, p. 9.
21 cenTre for inTernaTional governance innovaTion (2009) p. 9.
132
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
sus emisiones que exceden el límite legal establecido, con una inversión en
un proyecto en Latinoamérica y el Caribe, que genere electricidad en forma
menos contaminante, o destine recursos para preservar un bosque tropical
latinoamericano como una forma natural de retención de carbono. El hecho
de que este tipo de programa estuviera limitado al Hemisferio Occidental,
ayudaría a evitar los problemas del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL),
establecido por el Protocolo de Kioto a la Convención Marco de la ONU so-
bre el Cambio Climático.
III.UN MECANISMO DE DESARROLLO LIMPIO LIMITADO AL HEMISFERIO
OCCIDENTAL
Bajo el MDL, administrado por la ONU, los gobiernos de los países
desarrollados y sus empresas pueden suscribir acuerdos para cumplir con
metas de reducción de gases de efecto invernadero, bajo el Protocolo de
Kioto, invirtiendo en proyectos de reducción de emisiones en países menos
desarrollados. La empresa que hace este tipo de inversión, obtiene así un
crédito que permite exceder el nivel de emisiones legalmente permitido en su
país de origen. A muchas empresas les conviene hacer este tipo de inversión
en un país menos desarrollado, porque muchas veces los costos son menores
que los gastos que incurrirían para obtener la nueva tecnología necesaria para
reducir sus propias emisiones en el país de origen. Un ejemplo concreto de
este tipo de trueque sería el f‌inanciamiento de una represa hidroeléctrica o
una central térmica que utiliza el gas natural en un país menos desarrollado y
que no se hubiera construido sin el f‌inanciamiento extranjero. De esa manera,
se evita la construcción de una generadora más contaminante que utilice el
carbón, por ejemplo. Aunque originalmente se suponía que el MDL vencería
a f‌ines de 2012, se prorrogó la fecha de vencimiento hasta el 2020, cuando
se supone el Protocolo de Kioto será reemplazado por un nuevo acuerdo con
obligaciones para todos los países socios de la ONU, en cuanto a la reduc-
ción de las emisiones de gases de efecto invernadero.22 Dado que los EE.UU.
22 En la Conferencia acerca del Cambio Climático de la ONU, de diciembre 2011, celebra-
do en Durban, República de África del Sur, unos 35 países industrializados se comprom-
etieron en extender sus obligaciones bajo el Protocolo de Kioto en cuanto a reducciones
de emisiones de carbono y su participación en el MDL hasta 2015, cuando se supone
que se f‌irmará un nuevo acuerdo para reemplazar el Protocolo de Kioto. En la reunión
acerca del Cambio Climático de la ONU que se celebró en Doha, Qatar a principios de
diciembre de 2012, se acordó extender la fecha de vencimiento del MDL hasta f‌ines de
2020, pero Rusia, Japón, y Nueva Zelandia retiraron su participación en el MDL.
133
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
nunca ratif‌icó el Protocolo de Kioto y que Canadá no aceptó la extensión del
MDL más allá del 2012, un nuevo programa parecido al MDL, que se limita
a los países del Hemisferio Occidental, podría servir como un acuerdo alter-
nativo hasta la entrada en vigencia de un nuevo acuerdo multilateral.
Una ventaja importante que un MDL limitado al Hemisferio Occidental
ofrece sobre el mecanismo actual, administrado por la ONU, es su menor
susceptibilidad al tipo de fraude que f‌lagela el programa multilateral vigen-
te.23 Esto se debe no solamente por el hecho que involucraría a menos paí-
ses que el programa multilateral -y así mismo facilitaría un mejor monitoreo
para evitar prácticas fraudulentas- pero también porque existen una varie-
dad de instituciones en el Hemisferio para administrar con mayor ef‌iciencia
un MDL limitado a las naciones americanas. Por ejemplo, la Corporación
Andina de Fomento (CAF) ya administra un mercado de créditos de carbono
en Latinoamérica, que registra y emite certif‌icados de reducción de emisiones
en el sector de transporte. La CAF también ha f‌irmado acuerdos para la com-
pra y venta de créditos de carbono con entidades públicas y privadas, que
han contribuido a un mayor uso de energía renovable, en nuevos proyectos
que pretenden absorber el carbono con una mayor reforestación de bosques
tropicales y un aumento en la producción de biocombustibles. Aunque la CAF
no goza de suf‌icientes recursos y capital humano para administrar un MDL,
que abarcaría todo el hemisferio, este trabajo de vigilancia e implementación
de proyectos podría ser compartido con otras instituciones regionales conf‌ia-
bles. Es decir, la tarea de la CAF podría estar limitada a los países Andinos
(incluyendo a Chile), mientras que se podría encargar un papel semejante
al Banco Centroamericano de Integración Económica en Centroamérica, al
Banco de Desarrollo de Norteamérica para los países del TLCAN, y al Banco
de Desarrollo del Caribe para las naciones de dicha región. En el caso de los
países del Mercosur, la institución correspondiente podría ser el Fondo para
el Desarrollo de la Cuenca de la Plata o Fonplata.
23 wara y vícTor (2008) p. 11: “Una investigación hecha por dos profesores de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Stanford en California en 2008 encontró que una gran
cantidad de los créditos generados por el MDL no representaban una verdadera reduc-
ción en las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global ya que muchas de las
inversiones fueron en proyectos que se hubieran hecho sin el f‌inanciamiento extranjero
y muchas veces, inclusive, a menos costo. Aún más grave, los investigadores de Stanford
encontraron evidencia que el MDL incentivaba a los países en vías de desarrollo en au-
mentar sus emisiones para así atraer inversiones por parte de gobiernos o empresas en
países desarrollados desesperados para obtener créditos de carbono”. Esto fue el caso en
particular de un gas refrigerante conocido como HFC-23.
134
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
Un MDL limitado al Hemisferio Occidental también podría neutra-
lizar el rechazo actual de Brasil -celosa de proteger su soberanía y siempre
vigilante en contra cualquier intento de internacionalizar a la Amazonia- al
permitir proyectos dirigidos a la preservación o reforestación de la selva ama-
nica a cambio de créditos de carbono. La actitud brasileña de no participar
en el MDL actual, administrado por la ONU, representa un serio obstáculo
para mitigar los efectos del cambio climático, ya que el 65 por ciento de la
selva amazónica se encuentra en territorio brasileño.24 Es probable que este
rechazo por parte del gobierno brasileño a proyectos en la selva amazónica
para obtener créditos de carbono, pueda mitigarse con un MDL limitado al
Hemisferio Occidental f‌irmado en marzo del 2010. Según este Memorando,
los dos países se comprometen en cooperar para reducir las emisiones que
resultan de la deforestación y la degradación de los bosques, conforme al
programa de la ONU llamado REDD-plus.25 Además, las metas de REDD-plus
son compatibles con el ya mencionado sexto pilar de la AECA, en cuanto al
24 cenTre for inTernaTional governance innovaTion (2009) p. 7. Es interesante resaltar que la
mayor parte de las emisiones de carbono de Brasil son el resultado de los incendios ma-
sivos que destruyen sus bosques tropicales, una práctica que por sí solo no contribuye a
nuevas emisiones de gases de efecto invernadero porque los arboles eliminan el carbono
de la atmósfera en forma natural. Cuando los árboles son quemados se devuelve dicho
carbono a la atmósfera.
richTer (2010) pp. 68 y 69: “Las plantas obtienen el carbono que precisan para su creci-
miento del dióxido de carbono en la atmósfera y lo devuelven cuando son quemados, un
proceso que no resulta en un aumento neto de gases de efecto invernadero siempre que
no se usaron fertilizantes u otras tecnologías agrícolas modernas”. El verdadero problema
con una masiva quemadura de los árboles tropicales son las cenizas que contribuyen for-
mar un hollín en la atmósfera que atrapa los rayos solares o no deja penetrar los rayos a la
superf‌icie, además de destruir un secuestrador natural de dióxido de carbono.
25 El programa de la ONU para Reducir Emisiones de la Deforestación y la Degradación
de los Bosques o REDD representa un esfuerzo para establecer un valor económico en
cuanto a las reservas de carbono que se encuentran almacenados en forma natural dentro
los árboles de los bosques, ofreciendo así incentivos f‌inancieros a los países en vías de
desarrollo para reducir sus emisiones que provienen de las destrucción de los bosques y
para que inviertan en una forma de desarrollo sostenible que implica un menor uso de
carbono. REDD-plus resalta el papel que juega la conservación, el manejo sostenible
de los bosques, y el aumento de las reservas de carbono en los bosques como una
manera de generar ingresos para los países en vías de desarrollo bajo un nuevo acuerdo
multilateral acerca cambio climático que reemplazaría el Protocolo de Kioto en 2015. En
la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático de diciembre 2011 que se celebró
en Durban, República de África del Sur, se llegó a un acuerdo sobre los criterios que se
deben utilizar para f‌inanciar proyectos que surgen bajo el paraguas de REDD-plus.
135
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
“uso de la tierra y la silvicultura en forma sostenible”, que pretende reducir
las emisiones originadas por causa de la deforestación y la degradación fores-
tal, y la retención de carbono mediante la conservación y gestión sostenible
de los bosques.
Un MDL limitado al Hemisferio Occidental también ayudaría en li-
berar a los países pequeños del Caribe de su alta dependencia en el petróleo
importado, que contribuye a que sean de los países en el planeta con la más
elevada deuda externa per cápita.26 El Caribe goza de una amplitud de fuen-
tes de energía renovable para generar electricidad, como por ejemplo, las
mareas producidas por las corrientes del océano, además de la energía solar,
eólica y geotermal. El problema es el pequeño tamaño de los mercados de
cada país, lo cual signif‌ica que no existen economías de escala que hagan
una inversión rentable dentro un plazo razonable. Pero para una generadora
de electricidad en Canadá y los EE.UU., que busca créditos de carbono, este
tipo de inversión puede ser atractivo si así evita hacer una inversión mucho
más costosa a nivel interno, para cumplir con sus metas de reducción de emi-
siones de gases de efecto invernadero.
IV. LOS RETOS PARA ESTABLECER UNA VERDADERA Y EFECTIVA AECA
La posibilidad de garantizar un acceso irrestricto a los recursos ener-
géticos del Hemisferio Occidental, particularmente a los hidrocarburos, se
complica por las limitaciones constitucionales o legales vigentes en algunos
países del Hemisferio que imponen trabas a la participación de extranjeros o
las empresas privadas en sus respectivos sectores de energía. Esta es la situa-
ción en México, donde el Estado es dueño de todos los hidrocarburos que se
encuentran en el subsuelo y goza de un monopolio en cuanto a la extracción
y el transporte del petróleo. En muchos casos, el resultado de este tipo de
política nacionalista, ha incidido en una disminución en la producción de
petróleo, ya que las empresas estatales no tienen suf‌iciente capital (principal-
mente porque las ganancias son destinadas a otros f‌ines, ajenos de la indus-
tria) o carecen de la tecnología o personal calif‌icado para explorar y explotar
nuevas reservas. La falta de un consenso, con respecto a la participación
de la inversión extranjera o privada, fue evidente en la Sexta Cumbre de las
Américas en Cartagena, cuando la Presidenta Argentina, Cristina Fernández
26 Bryan (2007) p. 381. Aproximadamente el 93 por ciento del consumo de energía en el
Caribe se base en petróleo, mientras que solo un 4 por ciento se obtiene de los recursos
renovables.
136
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
de Kirchner, se retiró temprano para regresar a Buenos Aires y anunciar la
nacionalización de 51 por ciento del paquete accionario de Repsol-YPF. Este
tipo de comportamiento no es atractivo para la realización de inversiones en
el sector de energía por parte de empresas privadas, sean de capital nacional
o extranjera, y crean obstáculos para la integración de los mercados de ener-
gía a nivel regional y hemisférico.
Otras complicaciones existen en cuanto a cualquier intento de in-
terconectar las diferentes redes nacionales de electricidad. Toda la infraes-
tructura transfronteriza de electricidad y de gaseoductos que existe hoy en
Sudamérica, es el resultado de intercambios de energía ad hoc, sin una le-
gislación o visión a largo plazo que apoye una cooperación y un desarrollo
de redes que sean sostenibles y conf‌iables.27 Esto permite explicar por qué
Colombia -considerado un importante generador de electricidad para la re-
gión Andina- exportó aproximadamente 1077 horas gigavatio de electrici-
dad para Ecuador y 282 horas gigavatio para Venezuela en 2009, de una
producción total de 57,618 horas gigavatio. Esta suma es considerablemente
menor de la cantidad de electricidad exportada desde Argentina para Chile
y Uruguay durante el mismo año, a pesar de los reconocidos problemas de
abastecimiento Argentino en materia de energía28. Aunque Centroamérica,
representativo de un caso de interconexión eléctrica con una visión regional
de largo plazo, también presenta def‌iciencias en cuanto a la cantidad de in-
tercambio transfronterizo de electricidad y su alta dependencia en los hidro-
carburos para generar tal electricidad.
Durante los años 90 el Banco Inter-Americano de Desarrollo o BID,
f‌inanció la interconexión de las redes eléctricas de Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, de esa manera mejorando con-
siderablemente el servicio de electricidad y reduciendo, de ese modo, las
tarifas para los consumidores. En consecuencia, se estableció el Mercado
Eléctrico Regional (MER) con la entrada en vigencia en enero de 1999 del
Tratado Marco sobre el Mercado de Electricidad Centroamericano. El Tratado
Marco y dos protocolos posteriores, abrieron los mercados de los seis países
centroamericanos a las empresas privadas, para generar y transmitir la elec-
tricidad. Se establecieron dos instituciones supranacionales que vigilarían el
nuevo mercado eléctrico regional y que tenían el poder de comprometer a
los gobiernos nacionales con nuevas leyes y regulaciones que predominarían
27 De acuerdo a Barrera-hernández et al. (2012) p. 63, en general, el desarrollo de las inter-
conexiones existentes respondieron a iniciativas entre gobiernos para compras puntuales
de electricidad o de gas natural.
28 comisión de inTegración energéTica regional (2011) p. 15.
137
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
sobre la legislación nacional. Las dos instituciones supranacionales estable-
cidas fueron la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica (CRIE) y la Ente
Operador Regional (EOR).
La CRIE está a cargo de asegurar que los gobiernos nacionales estén
al día con los compromisos que asumieron bajo el Tratado Marco de 1999 y
otras obligaciones jurídicas posteriores. Por su parte, la EOR está a cargo de
operar las interconexiones transfronterizas de electricidad y dirigir los excesi-
vos f‌lujos de energía a los países o regiones donde hay una def‌iciencia.
Un aspecto importante del Tratado Marco de 1999, es que autorizó la
creación de una nueva empresa completamente estatal o mixta (capital pú-
blico y privado) para construir y operar una línea de transmisión eléctrica de
unos 1800 kilómetros desde la frontera entre Guatemala y México (para así
facilitar una interconexión transfronteriza con la red eléctrica de México) has-
ta Panamá. Esta línea se conoce como el Sistema de Interconexión Eléctrica
para los Países de América Central (Siepac). Se comenzó a construir el Siepac
en 2007 y se esperaba que entrara en operación a f‌ines de 2013 (después de
innumerables atrasos en el término de los trabajos de construcción).
A pesar de tener un marco institucional dotado con poderes supra-
nacionales, el intercambio de electricidad entre los países centroamericanos
hasta la fecha ha sido relativamente insignif‌icante. Esto responde al temor
de muchos de los gobiernos en permitir contratos de venta de electricidad a
largo plazo y así arriesgar una posible escasez de energía para abastecer la
demanda local en caso de un acontecimiento inesperado. Esta preocupación
puede cambiar con la plena implementación del Siepac y un abastecimiento
de electricidad más conf‌iable.
Otro aspecto preocupante acerca el mercado centroamericano de
electricidad, es su alta dependencia en los combustibles fósiles para gene-
rar la electricidad, y lo que esto implica para los esfuerzos destinados a re-
ducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Este fenómeno se atri-
buye a las privatizaciones del sector eléctrico en Centroamérica, durante
los años 90, cuando se buscaba promover la inversión privada con el f‌in
de lograr una mayor ef‌iciencia y la incorporación de nueva tecnología al
sector. Lamentablemente, el sector privado pref‌irió invertir en proyectos de
generación de electricidad que utilizaban los combustibles fósiles (en vez de
138
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
generadoras a base de energía renovable), porque los costos de instalación
eran más económicos y se lograba obtener ganancias en un menor plazo.29
En cuanto al tema de cambio climático, el gran impedimento que exis-
te actualmente para establecer un MDL limitado al Hemisferio Occidental,
es la falta de una legislación Federal en los EE.UU. para reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero, lo que facilitaría la creación de un sistema de
comercio de permisos de emisiones de carbono.
Hasta la fecha, ningún gobierno o grupo de países americanos, han
asumido un papel de liderazgo ni se han comprometido en proveer suf‌iciente
capital para lograr la seguridad energética y reducir signif‌icativamente las
emisiones de gases de efecto invernadero. La falta de liderazgo por parte de
los EE.UU. es particularmente preocupante. En los tres años y medio después
que la AECA fue of‌icialmente inaugurada, el gobierno norteamericano ha
destinado menos de 150 millones de dólares estadounidenses para f‌inanciar
proyectos en todo el hemisferio. Si el cambio climático realmente representa
una grave amenaza para el planeta, como muchos científ‌icos lo piensan, esta
suma no evitará una catástrofe global. Como ejemplo de contraste, el go-
bierno norteamericano ha gastado aproximadamente 4.4 trillones de dólares
estadounidenses, en la última década, para las guerras en Irak y Afganistán.30
Entonces, si la economía más rica en América no puede comprometerse se-
riamente para f‌inanciar las iniciativas de la AECA, con menos razón se puede
esperar que otros países en el hemisferio lo hagan.
29 La inversión inicial de capital que se requiere para construir una planta térmica de
generación eléctrica utilizando a combustibles fósiles varía entre la mitad hasta dos tercios
de la inversión requerida para construir un represa hídrica de potencia equivalente. Vid.
cenTre for inTernaTional governance innovaTion (2009) p. 10. Otra crítica importante
que se hace en contra SIEPAC es que solo tiene una capacidad de transmisión de 300
megavatios, poco signif‌icante en un sistema que tiene una capacidad instalada total de
10.000 megavatios.
30 Esta suma elaborado por un equipo académico, incluye los costos totales de las guerras
en Irak y Afganistán desde sus comienzos hasta f‌ines de 2011, y agregan los costos
médicos de los veteranos norteamericanos que han vuelto a su país con heridas físicas
y/o psíquicas. Por su parte, la Of‌icina del Congreso Para el Presupuesto de los EE. UU.
(v.g., Congressional Budget Off‌ice), en un pronunciamiento a principios de 2012, ofreció
una estimación de solo 1.5 trillones de dólares estadounidenses como los costos totales
de las guerras en Irak y Afganistan. Vid. BrinKley (2012) p. 1.
139
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
V. LA SEXTA CUMBRE DE LAS AMÉRICAS
El enfoque de la Sexta Cumbre de las Américas que se celebró en
Cartagena en abril de 2012, fue la interconexión de la infraestructura físi-
ca en el Hemisferio Occidental. En su discurso de bienvenida, el presidente
colombiano Juan Manuel Santos, resaltó que para lograr dicha meta: “esto
implica trabajar, con el apoyo de las entidades multilaterales, para desarrollar
programas y proyectos de infraestructura física y de interconexión eléctrica
que conecten e integren a las Américas”.31
Como crítica a los políticos norteamericanos, que aun niegan la con-
tribución del ser humano al cambio climático, actitud que ha contribuido a
una falta de legislación en los EE.UU. a nivel Federal, de modo de responder
adecuadamente al fenómeno, el Presidente Santos también enfatizó que “[n]
adie puede negar la realidad del cambio climático y la urgencia de que nos
preparemos para enfrentarlo y mitigar sus efectos”.
Uno de los mandatos derivados de la Cumbre en Cartagena es el de
[p]romover y/u optimizar la interconexión eléctrica y fomentar el desarrollo
de generación de energías renovables en las Américas32. En vista de los
resultados mínimos de previos intentos para establecer interconexiones
eléctricas transfronterizas en América Latina, es difícil comprender por
qué los Jefes de Estado Americanos reunidos en Cartagena, dieron tanta
importancia al tema (aunque si se lograra, el país anf‌itrión de la Sexta Cumbre
sería la más benef‌iciada). El tipo de interconexión eléctrica que se pretende
desde Panamá hasta Chile implicaría un gran esfuerzo y un gasto de dinero
masivo, además de la necesidad de hacer cambios en la legislación de cada
país para garantizar un nivel de armonización que facilite la compra y venta
transfronteriza de electricidad. Si eso no fuera poco, no está claro cuáles
serían las fuentes para generar la electricidad que se transmitiría por esta
línea continental. Se supone que una fuente importante serían las represas
colombianas, pero esto podría complicarse por la amenaza que presenta el
cambio climático a los glaciares andinos y la escasez hídrica. Tal vez será más
factible lograr alentar la transferencia de nuevas tecnologías energéticas, así
como el intercambio de las mejores prácticas que contribuyan a un mayor
provecho de dichas tecnologías.
31 Palabras del Presidente José Manuel Santos en la Instalación de la VI Cumbre de las
Américas, 2012, p. 7.
32 Mandatos Derivados de la Sexta Cumbre de las Américas, 2012, p. 1.
140
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
Es sorprendente que no se mencionó en Cartagena, a pesar de haber
sido incorporado a mandatos que surgieron de todas las previas Cumbres, el
tema de la conservación de la energía y la ef‌iciencia energética. Como varios
estudios científ‌icos lo demuestran, la ef‌iciencia energética es la manera más
económica y fácil para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
A corto plazo la ef‌iciencia y la conservación, pueden contribuir a una mayor
reducción de emisiones de carbono, que el uso en conjunto de la energía
solar y eólica, en vista de las limitaciones tecnológicas que el uso de estas
dos fuentes de energía renovables presentan en la actualidad. La Agencia de
Energía Internacional ha estimado que una mayor ef‌iciencia puede reducir
por lo menos dos tercios de las emisiones actuales de gases de efecto inver-
nadero, mientras que el Instituto McKinsey Global, estima que solo la ef‌icien-
cia energética ayudaría a llegar a la mitad de la meta sugerida por muchos
científ‌icos como lo mínimo para evitar los efectos catastróf‌icos del cambio
climático.33
Parece increíble que el único mandato que fue emitido en la Cumbre
de Cartagena que hace alguna referencia al cambio climático, fuera uno de
“reducción y manejo de los desastres naturales”, que reclama a los gobiernos
americanos “trabajar con las instituciones f‌inancieras sub-regionales, regio-
nales e internacionales con miras a mejorar los mecanismos de f‌inanciación
para la adaptación al cambio climático”.34
CONCLUSIONES
Indudablemente lo más llamativo de la Sexta Cumbre de las Américas
que se celebró en Cartagena, fue la ausencia de liderazgo demostrado por los
EE.UU. y la falta de propuestas realistas para lograr la seguridad energética
y combatir el cambio climático. En su discurso of‌icial a los Jefes de Estados
reunidos en Cartagena, el Presidente Obama solo mencionó superf‌icialmente
33 Dicha meta es una concentración de gases de efecto invernadero en la atmosfera de
menos de 550 partes por un millón. Vid. artículo “The Elusive Megawatt”, en The Econo-
mist, 10 mayo 2008, disponible en , fecha
consulta: 14 octubre 2013, p. 78. La Agencia para la Protección del Ambiente (EPA) de
los EE.UU. atribuye el 33 por ciento de las emisiones norteamericanas de gases de efecto
invernadero al sector de transporte y otro 38 al sector de construcción de viviendas y
edif‌icios. richTer (2010) p. 97. Esto explica porque la ef‌iciencia energética puede tener
un impacto tan signif‌icante en cuanto a la reducción de las emisiones norteamericanas,
en particular.
34 Mandatos Derivados de la Sexta Cumbre de las Américas, 2012, p. 4.
141
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
su deseo de incentivar alianzas para fomentar el uso de la energía limpia y
enfrentar el cambio climático. El hecho que nunca se mencionó la AECA en
Cartagena fue algo insólito en vista que el gobierno norteamericano había
presentado dicha iniciativa como su propuesta of‌icial para cumplir con los
mandatos en cuanto a energía y cambio climático que surgieron de la Quinta
Cumbre de 2009 en Trinidad.35
Esa falta de liderazgo por parte de los EE.UU. no sería tan grave si una
organización como la Unión Sudamericana de Naciones o Unasur, asumiera
un papel protagónico en cuanto al tema de la seguridad energética y el cam-
bio climático. A pesar que Unasur ha dado importancia a los dos temas en su
agenda of‌icial de trabajo, poco se ha avanzado en cuanto a iniciativas concre-
tas para facilitar la integración de los mercados de energía, en la promoción
de la conservación y la ef‌iciencia energética, o en responder adecuadamente
a las amenazas presentadas por el cambio climático. Por ejemplo, existen las
mismas diferencias políticas e ideológicas entre los gobiernos sudamerica-
nos, que también han impedido una mayor integración de los mercados de
energía a nivel hemisférico.
Nuestro planeta no puede esperar para que la Casa Blanca busque
el momento político más idóneo para implementar una legislación que re-
sultará en reducciones signif‌icantes a las emisiones de gases de efecto inver-
nadero por parte de las industrias y los consumidores norteamericanos. La
administración Obama no debe esperar hasta que haya un nuevo acuerdo
internacional que reemplace al Protocolo de Kioto o haya logrado convencer
a una mayoría de los senadores y diputados Republicanos (y unos cuantos
del partido Demócrata), para actuar y de esa manera evitar una catástrofe,
que una amplia mayoría de la comunidad científ‌ica pronostica ocurrirá si no
se hace algo para desacelerar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Un asunto que el gobierno de los EE.UU. puede hacer inmediatamente es
subir el perf‌il de la AECA y f‌inanciar adecuadamente los proyectos propuestos
bajo dicha iniciativa. Una AECA revitalizada debiera enfocar sus esfuerzos
en aumentar la ef‌iciencia energética y asegurar la conservación de recursos
de energía, ya que esto producirá los mayores resultados tangibles a corto
plazo e incurrirá en una menor resistencia política interna o por parte de
otros gobiernos en el hemisferio. El gobierno Federal de los EE.UU., también
35 Vid., Informe del Gobierno de los EE.UU. Sobre la Implementación de los Mandatos Ema-
nados de la Quinta Cumbre de las Américas, Organización de Estados Americanos-Grupo
de Revisión de la Implementación de Cumbres, OEA/Ser.E, GRIC/INNA/2/10, 27 mayo
2010, disponible en <http://www.summit-americas.org/nat_rep/2010/USA_Sp.pdf>, fe-
cha consulta: 24 enero 2013, p. 8.
142
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
puede facilitar acuerdos entre los Estados norteamericanos y otros países o
subdivisiones políticas dentro de esos países para así establecer un sistema de
comercio de permisos de emisiones de gases de efecto invernadero. El Estado
de California ya está a punto de inaugurar un programa de este tipo con
algunas provincias de Canadá, y está explorando la posibilidad de hacer lo
mismo con otros Estados en Brasil y México. Finalmente, bajo el paraguas de
una AECA revitalizada, se podría incentivar alianzas entre entidades públicas
y universidades por toda América, con el f‌in de desarrollar nuevas tecnologías
energéticas y para combatir el cambio climático. Estas tecnologías quedarían
en el ámbito público, para así facilitar su rápida y amplia diseminación y uso
en toda América.
El Hemisferio Occidental ofrece un abanico de fuentes de energía
para abastecer todas sus necesidades. Este hemisferio, también ofrece opor-
tunidades para comenzar a reducir las emisiones de gases de efecto inver-
nadero en forma signif‌icativa. Lo que falta es el liderazgo y un compromiso
f‌inanciero para convertir todo aquello en algo real. Si los países americanos
pueden trabajar en conjunto para convertir la promesa de la AECA en algo
concreto, esto podría servir como un prototipo de desarrollo y cooperación
para todo el resto del planeta.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Barrera-hernández, Lila, roogenKamp, Martha M., zillman, Donald N., y del
gUayo, Iñigo (coordinadores) (2012): “South American Energy Integration:
Mission Possible?”, Energy Networks and the Law: Innovative Solutions
in Changing Market (Oxford, Oxford University Press), pp. 61 - 77.
BrinKley, Joel (2012) “Iraq Outlook Looks Dim After U.S. Troop Pullout: Some
Predict Another Brutal Dictatorship”, Político, 27 de febrero de 2012, pp.
1 y 10.
Bryan, Anthony T. (2007): “Trinidad and Tobago”, Energy in the Western
Hemisphere: Benef‌its and Impediments (Washington, D.C.: The Center
for Strategic and International Studies Press) pp. 366 - 404.
cenTre for inTernaTional governance innovaTion (2009): Blueprint for a
Sustainable Energy Partnership for the Americas (Warterloo, ON.: CIGI)
16 p.
143
ARS BONI ET AEQUI (AÑO 9 N° 2): PP. 117 –144
Disponible en <http://www.cigionline.org/sites/default/f‌iles/Blueprint%20
web_0.pdf>, fecha consulta: 24 enero 2013.
comisión de inTegración energéTica regional (2011): Síntesis Informativa
Energética de los Países de la CIER: Información del Sector Energético
en Países de América del Sur, América Central y El Caribe, Datos del Año
2009 (Montevideo, CIER) 28 p. Disponible en .org.uy/
d06-sie/index.htm>, fecha consulta: 24 enero 2013.
insUlza, José (2008): “Energy and Development in South America”, Energy and
Development in South America: Conf‌lict and Cooperation (Washington,
D.C.: Woodrow Wilson International Center for Scholars), pp. 9 - 12.
organización de las naciones Unidas (2009): Economía del Cambio Climático en
América Latina y el Caribe: Síntesis 2009 (Santiago, Comisión Económica
para América Latina y el Caribe) 73 pp. Disponible en <http://www.
eclac.cl/publicaciones/xml/8/38128/Sintesis-Economia_cambio_clima-
tico-WEB.pdf>, fecha consulta: 24 enero 2013.
richTer, Burton (2010): Beyond Mirrors and Smoke: Climate Change and
Energy in the 21st Century (New York, Cambridge University Press) 226
pp.
wara, Michael y vicTor, David G. (2008): A Realistic Policy on International
Carbon Offsets (Stanford, Program on Energy and Sustainable
Development, Stanford University) 24 p. Disponible en
stanford.edu/pubs/22157/WP74_f‌inal_f‌inal.pdf>, fecha consulta: 24
enero 2013.
NORMAS JURÍDICAS CITADAS
Declaración de Compromiso de Puerto España, Quinta Cumbre de las Américas,
Puerto España, Trinidad y Tobago, 19 de abril de 2009. Disponible en
<http://www.summit-americas.org/V_Summit/decl_comm_pos_sp.pdf>,
fecha consulta: 24 enero 2013.
Mandatos Derivados de la Sexta Cumbre de las Américas, Cartagena de Indias,
Colombia, OEA/Ser.E CA-VI/doc.6/12 Rev.2, 23 mayo 2012. Disponible
en <http://www.summit-americas.org/SIRG/2012/041412/mandates_sc_
es.pdf>, fecha consulta: 24 enero 2013.
144
O’KEEFE, THOMAS ANDREW (2013): LOS RESULTADOS DECEPCIONANTES DE LA SEXTA CUM-
BRE DE LAS AMÉRICAS EN MATERIA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA Y CAMBIO CLIMÁTICO
Off‌icial Remarks of United States President Barack Obama at the Opening
Ceremony of the Fifth Summit of the Americas, Fifth Summit of the
Americas, Port of Spain, Trinidad & Tobago, April 17-19, 2009 OEA/
Ser.E, CA-V/doc.2/09. Disponible en <http://www.summit-americas.
org/V_Summit/remarks_usa_en.pdf>, fecha consulta: 24 enero 2013.
Palabras del Presidente José Manuel Santos en la Instalación de la VI Cumbre
de las Américas, 14 de abril de 2012, Cartagena de Indias, Colombia,.
Disponible en <http://www.summit-Americas.org/SIRG/2012/041412/
statement_santos_inaugural_es.pdf>, fecha consulta: 24 enero 2013.
Plan de Acción Para fortalecer la democracia, crear la prosperidad y de-
sarrollar el potencial humano, nuestros Gobiernos, III Cumbre de Las
Américas, Quebec, Canadá, 20 al 22 de abril de 2001. Disponible en
<http://www.summit-americas.org/iii_summit/iii_summit_poa_sp.pdf>,
fecha consulta: 24 enero 2013.
Plan de Acción Suscrito por los Jefes de Estado y de Gobierno Asistentes a la
Cumbre de las Américas sobre Desarrollo Sostenible, Santa Cruz de la
Sierra, Bolivia, 7 al 8 de diciembre de 1996. Disponible en <http://www.
summit-americas.org/summit_sd/summit_sd_poa_sp.pdf>, fecha de con-
sulta: 24 enero 2013.
Plan de Acción Suscrito por los Jefes de Estado y de Gobierno Asistentes a la
Primera Cumbre de las Américas, Miami, Florida, 9 al 11 de diciembre
de 1994. Disponible en <http://www.summit-americas.org/i_summit/i_
summit_poa_sp.pdf>, fecha de consulta: 24 enero 2013.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR