Sentimentalización y el mundo digital
| Autor | Luis Larraín A. |
| Cargo | Ingeniero comercial y licenciado en Economía de la Universidad Católica. Actualmente es Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, tras ser su subdirector entre los años 1990 y 2010 |
| Páginas | 13-15 |
Libertad y Desarrollo
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s interesante examinar ahora cómo la dimensión
emocional de la discusión pública se ve influen-
ciada por las nuevas tecnologías. De alguna ma-
nera el mundo digital es el ambiente en el cual
se da hoy buena parte de esta discusión, o para ser más
directos, es el campo de batalla donde se da la lucha por
las hegemonías.
Es conocido que en esta democracia postfactual en que
vivimos, muchas veces los hechos importan menos que
las emociones. Más de alguna vez se ha escuchado en la
sala de redacción de un medio que “es mejor una buena
historia que la verdad”. Se ha producido en nuestra socie-
dad un fenómeno de digitalización de la emoción pública.
Los medios digitales, y en particular las redes sociales,
provocan una fragmentación de la oferta informativa y los
medios de comunicación convencionales no cumplen su
tradicional función moderadora. Así, asistimos a un mun-
do con mayor polarización política y “ruido” más que a
uno con nueva información.
Fernando Vallespín nos habla del “narcicismo del sujeto
postsoberano”. Byung Chul Han ha acuñado el concep-
to de “democracia de enjambres” donde muchedumbres
reactivas se mueven a base de “flujos de halago o desca-
lificación” que circulan por las redes sociales y donde se
produce un verdadero bullying a través de las llamadas
shitstorms y shamestorms. El respeto que requiere la dis-
cusión pública supone un pathos de la distancia que se
ha perdido, según el filósofo coreano.
Pierre Rosanvallon13, por su parte, ha dicho que vivimos
en una “vetocracia” en que la negatividad tiene una ven-
taja estructural. En su crítica a la democracia representa-
tiva plantea una contrademocracia o democracia de los
poderes indirectos diseminados en el cuerpo social.
E
6. SENTIMENTALIZACIÓN
Y EL MUNDO DIGITAL
En definitiva lo que ocurre es que el impacto de la digi-
talización ha sido fundamentalmente deslegitimar la
mediación que tradicionalmente ejercían los medios de
comunicación y mediante las redes digitales el ciudadano
sentimental se ha convertido en una suerte de “público
afectivo”.
Las redes sociales, donde hoy la mayor parte de los con-
tenidos son videos, fotos o “memes”, conviven con la TV
y tienen en común las pantallas. El politólogo italiano Gio-
vanni Sartori acuñó el concepto de videopolítica. Según
Lipovetsky14, nos han convertido en espectadores.
Recordemos que los memes son replicadores culturales,
análogos a los genes. Están relacionados con la nece-
sidad de aprobación que tienen los hombres y por ello
existe la imitación. El deseo mimético es parte también
de la explicación para la envidia: imitamos, pero también
comparamos.
Otra de las consecuencias directas de esta forma de
discusión sobre las cuestiones públicas es que el estilo
gana importancia frente al contenido. El cientista político
Jeffrey Green nos dice: “la voz del pueblo ha sido reem-
plazada por los ojos del pueblo”. El problema es que esta
“democracia ocular” es más bien plebiscitaria. No está
diseñada para entrar a estudiar la complejidad de los pro-
blemas. Hay incluso quienes creen que las revoluciones
en la sensibilidad estética son las que mayor potencial
tienen para conducirnos a un cambio radical en el futuro.
De allí la importancia del cine en nuestra vida. Una pelí-
cula puede ser un factor de cambio social muy rápido en
nuestros días.
Por otra parte, como ha sido destacado luego de la Primave-
ra Árabe, el éxito de las coaliciones ad-hoc y protestas contra
un gobierno se facilitan de manera muy importante por la
caída en costos de transacción que signican los cambios
en la tecnología y el acceso masivo a redes sociales.
Historiador e intelectual francés cuya investigación ha estado enfocada
principalmente a la historia de la democracia.
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Gilles Lipovetsky es un lósofo y sociólogo francés cuyo campo de estudio
es la sociedad posmoderna.
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